En los pasados días, mediante una videoconferencia por la que participaron los actuales países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), se discutió la actualidad política y social del continente. Los países caribeños destacaron el peligro que sigue representando en estos momentos el COVID-19.
Haciendo énfasis en su efecto en Sudamérica y el Caribe, mayor de lo que cabría esperar por las acciones injerencistas de los Estados Unidos en los países progresistas de la región, que merman sensiblemente la capacidad de contener la pandemia.
En este sentido, debido a la organización política de base y a la gobernabilidad que garantizan los ejecutivos antineoliberales, además de mantener como prioridad la salud general de la población al ofrecer las pruebas para detectar el COVID-19 de manera gratuita y sus tratamientos, se mantienen como las naciones que mejor han manejado esta crisis sanitaria que vive el mundo.
Durante la videoconferencia se observó con preocupación la actual situación de las naciones que se autodenominan desarrolladas en la región, siendo especialmente alarmantes los casos de Chile, Perú, Colombia, Ecuador y sobre todo Brasil, ya que este último ha visto elevarse los contagios hasta ser el segundo que más los sufre en el mundo.
Los integrantes del ALBA-TCP (Cuba, Nicaragua, Venezuela, Dominica, Granada, San Cristóbal y Nieves y San Vicente y las Granadinas) protestaron diplomáticamente por las sanciones impuestas por Estados Unidos (EEUU) sobre Venezuela. Se refirieron en concreto a los bloqueos económicos y a la congelación de cuentas tanto empresariales como gubernamentales, porque consideran que esas medidas coercitivas impiden la capacidad de avance del desarrollo económico de la nación caribeña.
De igual forma, esta vitrina internacional criticó duramente la arremetida que sufrió el Estado venezolano por parte del Banco de Inglaterra al retener ilegalmente más de 31 toneladas de oro pertenecientes al Banco Central de Venezuela. Los mandatarios presentes coincidieron en que los valores que deben regir las relaciones entre los países deben ser respeto, unión, libertad plena de negocios y la autodeterminación de los pueblos.
EL Presidente Nicolás Maduro declaró que la primera expresión de lucha popular tanto “in-pandemia” como en “post-pandemia” es la del pueblo estadounidense, que aún en estos momentos “lucha contra la desidia, la comercialización de los derechos humanos, la vil doble moral con la que se tratan los temas internos de ese país“.
De la misma forma el mandatario venezolano criticó a su homólogo Donald Trump, acusándolo de pretender la normalización de los actos racistas y la brutalidad policial que permitió el asesinato de George Floyd, tras el cual “se manifestó un despertar en la mayoría del territorio Estadounidense expresadas en protestas en medio de la pandemia“.
El actual ocupante de la Casa Blanca ha visto disminuida su capacidad de gobernabilidad durante las protestas, lo que representa un serio inconveniente de cara a sus intensiones de ganar las venideras elecciones presidenciales.
El mayor acuerdo de la cumbre fue el de reconocer que actualmente los sistemas de salud a nivel mundial no están listos para contrarrestar los efectos de la pandemia. Por tal motivo, se estableció que “hay que dirigir la mayor cantidad de esfuerzos a la consolidación de sistemas sanitarios más eficientes que estén a la orden de la mayoría y no sea condicionada por temas netamente monetarios“.
A modo de ejemplo negativo se expuso el caso de las naciones europeas, que se suponía debían estar mejor “preparadas” para recibir una emergencia de tal envergadura, y en cambio recibieron el golpe más duro en esta crisis.