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La “teoría Queer” y su incidencia los movimientos de masas

El debate sobre el tema “trans” está “envenenado”, ahora mismo es “deporte de riesgo” contrariar los lobbys del sistema y procurar a la vez no irse a posiciones machistas o transfobas. Los cuales no son mejores que los que han avalado la “teoría queer” metiéndola como un veneno en los movimientos de masas llevándonos a debates estériles donde se aplaude el individualismo.

Teoría Queer y la lucha de la mujer

En las redes sociales, compañeros así como compañeras que han enfrentado la “teoría queer” por negar la ciencia biología (que no se puede ser más antimarxista que negar la ciencia) y por aceptar las posiciones misóginas del individualismo, les han llovido piedras de una manera que da para llamar al Papa y una nueva cruzada.

Es deleznable, una teoría como la que tanto comunistas, feministas e integrantes del LGTBI, hayan tenido que criticar por defender la lucha de la mujer. E incluso de luchas sociales muy amplias, para evitar que el individualismo penetre más en el movimiento obrero para que luego reciban padrazos de auténticos energúmenos en Canadá y USA por no ser “políticamente correctos”.

Hormonar niños es defender su derecho a “autopercibirse” como quieran ¡En serio! ¿Cuándo ha sido el momento donde la extrema derecha nos ha llevado la delantera criticando estas basuras? Si continuamos así, los chavales se sentirán incluso con las ganas de drogarse y conducir ebrios.

Claramente muchos chavales hacen tonterías a una edad, la cual no es la mayoría legal

¿Y acaso ahora la ley debería anularse porque un niño de 12, 15 o 16 años tiene el mismo raciocinio que uno de 24?

No nos podemos escudar en la psicología de los menores, puesto a que esta ni siquiera está totalmente desarrollada. En la mayoría de los casos, en esas edades se trata de disforia que pasa con la entrada en la adolescencia.

Hacer ese cambio drástico a los 8 años, es sencillamente aberrante y condena a esa persona en plena infancia a tratamientos hormonales duros de por vida y problemas psiquiátricos importantes en su edad adulta. Antes de los 18 años es sencillamente irresponsable iniciar ese tipo de cambios como es el hormonamiento.

No es que de sorpresa en chaval o la chavala cambie en un ángulo de 360 grados a los 18 años, se supone que a esa edad mentalmente han alcanzado cierta madurez mental para asumir las consecuencias de ese tipo de decisiones.

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Obviamente es una edad legalmente indicativa y normativa, clínicamente dependerá de cada persona. En algunos casos podrá ser a los 17 o a los 19, pero lo que está claro es que ni a los 6, ni a los 8, ni a los 10 se puede tener consciencia de las implicaciones de una decisión tan trascendente.

Aunque muchos partidos comunistas no han mantenido una posición firme sobre el trabajo en LGTBI, así como de solucionar muchos problemas de homofobia, que se han visto, comunistas que han aprovechado cosas como la “teoría queer” y sus consecuencias para paliar actitudes machistas, homófobas y reaccionarias en el MCI, ha atrasado seriamente la construcción de las condiciones materiales hacia el hombre nuevo. Esto no evita que los comunistas, aunque sea por nuestra cuenta, procuremos estudiar algo de historia.

Cito el texto de una entrevista que llevé a cabo con una camarada y buena amiga mía de la Gazte Komunisten (GKB) Batasuna: “El día del Orgullo surge de las revueltas ocurridas en Stonewall Inn, ubicado en el Village de Nueva York. A pesar de los esfuerzos de los sectores burgueses para camuflarlo, lo cierto es que estas revueltas tienen un profundo origen obrero. Además, la mayoría de las personas que se enfrentaron a la policía eran transexuales, no eran blancas y lo más importante: eran seres proletarizados en extremo. Sylvia Rivera y Marsha P Johnson lideraron las revueltas de aquella noche. Los disturbios duraron días, y lograron encerrar a la policía durante casi una hora.”

En esta entrevista se cita a personas como la conocida activista trans Sylvia Rivera, Marsha P Johnson y la importancia de calidad democrática que tuvo el colectivo por los derechos sociales del colectivo LGTBI hacía la clase obrera estadounidense.

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