Las nuevas formas de lectura han superado la forma tradicional de la cultura escrita, del saber escrito. Los libros actualmente han sido desplazados por la cultura digital, cultura de las pantallas, productos multimedia, objetos audiovisuales que intervienen en la forma de leer y percibir la lectura.
Estos nuevos espacios para leer el mundo, traen un cambio importantísimo en los diferentes ámbitos: educativo, político, familiar, religioso, entre otros. En este escenario digital los jóvenes están inmersos en la era de los mass media, en una cultura digital en la que nacieron o se están desarrollando.
Las nuevas prácticas culturales se han apropiado de la cultura
La lectura en la actualidad va desde un libro impreso, prensa escrita, notas en un cuaderno, apuntes de clases, correos electrónicos, mensajes instantáneos y todas las intervenciones en las redes sociales. Las nuevas prácticas culturales se han apropiado de la lectura y del uso de ésta y es desde esta mirada de la lectura donde aparecen las interrogantes:
¿Están leyendo los jóvenes? O ¿Cómo están leyendo? ¿Para qué están leyendo? ¿Qué están leyendo los jóvenes?
Existe un gran número de textos digitales para los jóvenes que supuestamente no leen. Sin embargo, están leyendo constantemente, cuando miran su teléfono celular, cuando están frente a la pantalla del tv, del cine y de la PC están leyendo algo. Los soportes digitales son en su imaginario su pantalla textual, donde hay sonidos, imágenes y ciento de palabras escritas.
La lectura puede estimularse y hacerse desde la vía pública, diarios, revistas, grafitis, avisos, entre muchos más; esto significa que hay repertorios textuales impresos y digitales que se diferencian por sus características de origen. Y que hay prácticas de lecturas que son marcadas por un tiempo, por una reflexión profunda de la palabra escrita.
A partir de todo esto se puede establecer que el término de lectura es un poco confuso. Puesto que leer una revista de modas o leer un libro de cualquier autor reconocido es leer. Leer un mensaje de texto, un WhatsApp o twitt, no es leer un libro, pero es leer, es importante aprovechar estas nuevas posibilidades para inventarse nuevas formas de lecturas.
Nuevas formas y prácticas lectoras para la superación de la brecha generacional
Es aquí donde se puede aclarar que no se trata de medir cuanto leen los jóvenes. Sino más bien preguntarse qué leen y de qué modo lo hacen, conociendo así sus prácticas y preferencias. Es promover nuevas formas y prácticas lectoras para la superación de la brecha generacional y cultural entre la lectura de “libros” y la lectura digital y multisoportes o multimediática
Los jóvenes están determinados y tienen ciertas preferencias a partir de las relaciones entre la cultura, los diferentes medios masivos de comunicación y las actuales redes sociales. Han desarrollado nuevas interacciones sociales, que les permitirán reconocer nuevas formas de leer el mundo.
Los públicos o grupos sociales no nacen como tales, sino que son constantemente formados y transformados por el entorno, la familia, la escuela, los medios, las ofertas culturales comerciales y no comerciales que influyen con diferentes recursos en las maneras cómo se acercan o se alejan de las experiencias de consumo cultural.
Y es desde el consumo donde parten los procesos de apropiación y uso de los productos en los que el valor simbólico prevalece.
El consumo cultural vinculado al uso de las tecnologías de la información y comunicación y la vorágine tecnológica, ha permitido el desarrollo de computadoras inteligentes, programas y redes que están provocando una restructuración y cambios en la sociedad. Desde la forma de interpretación y procesamiento de información, hasta nuevas formas en la percepción del tiempo y el espacio. Esta nueva era donde la nueva ideología es la tecnología, está siendo marcada por símbolos móviles e íconos de movilidad.
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De todos los objetos técnicos tal vez sea el teléfono móvil el que actualmente lleva la carga simbólica más pesada. Convirtiéndose rápidamente en el centro de todas las comunicaciones electrónicas. No sólo por las llamadas y los mensajes de texto, sino también por el acceso a las diferentes funciones a través de las aplicaciones que hoy permiten los procesos de comunicación.
A partir de todo esto es necesario desarrollar el aprendizaje del consumo cultural y cómo han influenciado e intervenido en la práctica de la lectura, a través del uso de las redes sociales. Cómo las redes sociales pueden influenciar las preferencias de ciertos grupos para la apropiación de una determinada forma de leer. Y cómo cada sujeto o grupos tienen formas determinadas de lecturas, entendiendo la lectura como forma de consumo.
Esto con el objetivo de analizar las redes sociales, las relaciones con prácticas de lectura y consumos culturales. Permitiendo mostrar que los consumos culturales pueden desarrollar nuevas formas de lectura.
El consumo cultural y los grupos sociales
Partiendo de estas nuevas formas de lectura se debe abrir el debate para determinar que a través de los consumos culturales se pueden desarrollar nuevas formas de grupos sociales. Que a su vez, establecen nuevas formas de ver el mundo mediante la lectura: lo que leen y cómo leen, además las nuevas formas de promoción de la lectura. Conociendo, si las redes sociales son herramientas que permiten la apropiación de conocimientos o sólo son admitidas como consumos culturales de entretenimiento.
Así mismo es importante reconocer la aproximación entre las redes sociales como herramientas para la educación. Reflexionando si estas son parte de la formación y el acercamiento a la lectura. Gustos y preferencias, al igual que establecer como dichas preferencias por la lectura están determinadas por la relación entre las redes sociales y los hábitos de consumos a través de estas.
De igual forma cómo es la participación de las redes sociales y cuál es su influencia sobre las tendencias en la lectura y en las diferentes formas de leer. En ese sentido es necesario demostrar que estos consumos culturales: redes sociales, lectura y educación no pueden estar aislados. Ya que son parte de la transformación social en los diferentes ámbitos: educativo, político, económico, familiar, religiosos. Permitiendo así generar un amplio espectro de estrategias para el uso idóneo de las redes en el ámbito de la apropiación del consumo cultural y las nuevas formas de lectura. .
Cuáles dispositivos metodológicos se pueden utilizar para estudiar las subjetividades qué están circulando por las redes sociales y con las que se está leyendo el mundo
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