Venezuela se alista para las elecciones legislativas. El proceso electoral culminará el próximo 6 de diciembre suponiendo una renovación total de la Asamblea Nacional, que en los últimos cinco años ha estado en poder de la oposición.
La derecha venezolana comenzó la legislatura unida en torno al objetivo de tumbar, mediante acciones que los situaban fuera de la Constitución, al gobierno de Nicolás Maduro. Tras varios años sin lograrlo, se ha dividido. Una mayoría que hoy parece representar Luis Parra, actual presidente del ente legislativo, ha retomado la senda democrática, por lo que participará en las elecciones para medirse a las fuerzas revolucionarias.
Por otro lado permanece inmutable a los hechos que se suceden su contra Juan Guaidó, que observa cómo pierde a sus últimos aliados (Capriles Radonsky fue el más sonado fuera de Venezuela, pero los dos pilares de la extinta IV República ya han confirmado su participación en el proceso electoral), suponiendo otro varapalo tras las declaraciones de Trump en las que el estadounidense acercaba posiciones al presidente Maduro, a la vez que se distanciaba de su apuesta injerencista.
El candidato principal del Gran Polo Patriótico (GPP) a la Asamblea Nacional de Venezuela por el Estado Lara, Francisco Ameliach, analiza a la oposición considerando que “es una mayoría antinacional, apátrida, que obedece a intereses trasnacionales y que se beneficia con millones de dólares, saqueando los activos de la Nación sin importarle el gran sufrimiento y angustia a que somete a nuestro pueblo promoviendo el bloqueo económico, una inflación inducida y una amenaza de guerra permanente“.
El exgobernador del Estado Carabobo considera que esos argumentos “son razones suficientes para que las venezolanas y los venezolanos vayamos juntos a votar el próximo 6 de diciembre para producir un cambio de esa mayoría apátrida por una mayoría patriota” cuyo objetivo sea “lograr la mayor suma de felicidad posible para nuestro pueblo y una paz duradera que permita centrarnos en el desarrollo nacional“.
El objetivo principal de la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente fue definido por el Presidente Nicolás Maduro desde el primer día que hizo pública la convocatoria: “una Asamblea Nacional Constituyente para lograr la paz”. A día de hoy, ningún análisis serio puede negar que el objetivo de la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente se ha cumplido: Evitar una guerra civil en Venezuela. Francisco Ameliach.
Sobre la división de la oposición que se evidenció cuando la mayoría de la derecha escogió a Luis Parra en vez de a Juan Guaidó, el dirigente bolivariano y chavista profundiza en que “es un gran problema político para la nación venezolana no contar con una verdadera oposición seria, nacional, que defienda los intereses de la Patria. Aquí, con contadas excepciones, los políticos de oposición actúan como agentes de guerra del imperio estadounidense, y sus partidos políticos funcionan como agencias de la CIA“.
Considera que “el jefe político de la oposición venezolana es el gobierno de Estados Unidos y su plan es adueñarse de nuestro petróleo mediante una guerra indirecta, robarse la reserva petrolífera más grande del planeta, que por cierto, manejaron a su antojo durante todo el Siglo XX, hasta que el Presidente Hugo Chávez los derrotó en el año 2003. Esa derrota no la perdona el prepotente imperio estadounidense, por eso somete al pueblo venezolano a una guerra no convencional – multifactorial“.
En base a ese análisis y atendiendo a “la ruptura de la oposición en la Asamblea Nacional“, Ameliach considera que “pudiera indicar el nacimiento de una nueva oposición venezolana, una oposición nacional, que no sea una agencia ejecutora de los planes imperialistas de Estados Unidos, que respete la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela, nuestra Carta Magna donde se establecen las reglas básicas de convivencia política. Ojalá aguanten las fuertes presiones de la maquinaria imperial estadounidense y pongan por delante, tal como lo establece la Constitución, los derechos irrenunciables de la Nación: la libertad, la soberanía, la paz y la autodeterminación nacional“.
Ese plan injerencista, según expresa Francisco Ameliach, podría haber conducido a un escenario violento, sin embargo, “el Presidente Nicolás Maduro ha demostrado ser un estratega para la paz, su decisión de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, cumpliendo lo establecido en el texto constitucional, surge en un contexto donde Venezuela estaba en las puertas de una guerra civil“, sostiene.
“Hay que recordar que en los primeros meses del año 2017 ocurrieron múltiples hechos focalizados de violencia urbana en los cuales se produjeron perdidas humanas y materiales“, recuerda el candidato sobre las Guarimbas, quién añade que “estas acciones fueron planificadas, apoyadas y financiadas por el gobierno de Estados Unidos y ejecutadas por la dirigencia de la oposición venezolana que actúa como quinta columna del imperio yanqui“.
Para evitar que la violencia se extendiera provocando una crisis social en la nación, “el Presidente Nicolás Maduro tramita una Asamblea Nacional Constituyente para convocar el poder del voto popular, mecanismo mediante el cual se expresa la soberanía nacional que constitucionalmente reside intransferiblemente en el pueblo“, lo que terminó con las guarimbas en cuanto se conoció que 8 millones habían participado en el mecanismo democrático frente a los 3 millones que tomaron parte en el plebiscito contra la ANC organizado por la oposición.