Las principales novedades de la nueva Ley de Memoria Democrática solventarán muchas de las carencias de la antigua ley de 2007. Dentro de los cambios más sustanciales figuran:
Anulación de las condenas establecidas por la dictadura
Se trata de un reconocimiento de las víctimas, a través de la nulidad de sus condenas por motivos políticos, de ideología o creencias. Se trata de un paso más allá de la “ilegitimidad” que establecía la ley de 2007. En este grupo se incluiría el juicio y la sentencia contra el presidente catalán Lluís Companys.
Retirada de honores
La nueva ley prevé la eliminación de los títulos nobiliarios establecidos por el dictador y retirar las condecoraciones a personas relacionadas con el régimen, algo que, hasta ahora no había sido permitido por la legislación.
Se trataría, por ejemplo, de honores y condecoraciones recibidas por actividades en contra de la democracia. Estas medidas promoverían la revocación de distinciones y honores que estén relacionados con la exaltación de la Guerra Civil o del franquismo.
La mejora de la pedagogía
La memoria democrática se incorporará con mayor potencial al currículum educativo en la fase secundaria y en el bachillerato, pero también se fomentará la formación del profesorado. Es necesario que todo lo que pasó aparezca en los libros de texto, que se convierta en una verdad oficial, y no algo que se mantenga medio oculto en las aulas.
Se trata de garantizar el deber de la memoria, como garantía de no repetición, y en ese paso las administraciones públicas deben liderar las medidas necesarias para el fomento de la formación. Para ello se actualizarán los contenidos curriculares y se fomentará la investigación y la divulgación, con el fin de fomentar, promover y garantizar el conocimiento de la historia española entre la ciudadanía.
Se garantizará el acceso a los fondos documentales de los archivos que, hasta ahora, en muchos casos han estado vedados a los investigadores y académicos (como en el caso de los archivos de la Fundación Francisco Franco, que controla una ingente cantidad de documentación a la que no se permite el acceso).
Nuevas fechas para la memoria
Se señalan en el calendario dos nuevas fechas conmemorativas. El 8 de mayo, que honrará la memoria de los españoles que murieron en los campos de concentración nazis, y que celebrará también la liberación de Europa del yugo fascista. Y el 31 de octubre, momento en que se aprobó el proyecto de Constitución de 1978 en el Congreso de Diputados.
Estas fechas contrastan con algunas de las principales “conmemoraciones” que se han mantenido en España, como el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, pero que durante muchos años fue considerado también el Día de la Raza.
La reparación de las víctimas de trabajos forzosos
Reconocimiento y reparación de las víctimas de los trabajos forzosos, incluyendo la señalización de lugares para su identificación y recuerdo. Impulso para que las empresas y organizaciones que se beneficiaron de ese trabajo esclavo adopten medidas de reconocimiento y reparación (igual que se hizo en Alemania con las empresas que habían contratado mano de obra esclava).
Asimismo, la confección de un inventario de obras realizadas por prisioneros de los campos de concentración, Batallones de Trabajadores, Batallones Disciplinarios, Colonias Penitenciarias Militarizadas, etc.
Introducción de la perspectiva transversal
Se introduce la perspectiva de género en el ámbito de la memoria histórica, un factor que ha estado bastante abandonado hasta ahora. Se reconoce así el papel de las mujeres españolas como protagonistas de la larga lucha por la democracia y sus valores, y la represión específica y el sufrimiento infringido por el hecho de ser mujeres.
De igual forma, el texto también recuerda a los que sufrieron la represión por su etnia o diversidad sexual, intentando rescatar a todos los colectivos que fueron objeto de represalias.