¿Políticos o Influencers?
Las figuras políticas son políticos (trabajo por y para el pueblo), y los influencers de marcas deben vender porque ese es su objetivo estratégico.
El actual auge de la tecnología y de las redes sociales ha abierto una puerta para que salgan a la luz pública un nuevo término: influencers. Pero, ¿qué son los influencers?
Según el Diccionario de Marketing, “un influencer es una persona que cuenta con cierta credibilidad sobre un tema concreto, y por su presencia e influencia en redes sociales puede llegar a convertirse en un prescriptor interesante para una marca”.
Este concepto ha ido en ascenso en los últimos años, y en especial en este año pandémico, cuando las redes sociales se han convertido en la manera perfecta de comunicación, de entretenimiento, recreación y disminución de las restricciones de distanciamientos físicos, que se han impuesto en el 2020-2021.
Los influencers los podemos ver en las redes sociales (Facebook, Instagram, Tik-Tok, Twitter, entre otras) hablando de temas que se pueden volver hasta tendencia en un determinado momento sobre diferentes temáticas y marcas.
El peligro de esto es que una información mal utilizada puede ir en detrimento de la sociedad, sobre todo en el caso de los más jóvenes. Muchas veces se han vislumbrado opiniones en cuanto a medicamentos, regímenes dietéticos, marcas, operaciones, etc., que pueden poner en riesgo la salud de las personas. Ojo, no se está diciendo que la culpa sea de los influencers, porque éstos dan una información que el receptor debe saber si puede asimilar o no. Pero sigue siendo un riesgo sobre todo para los menores.
El ser influencers de una marca o en una red social es una responsabilidad y un trabajo constante, pues deben crear contenidos que sean atractivos para sus seguidores, con la finalidad de que los algoritmos de las redes sociales los mantengan a la vista de un gran público.
De la política a los influencers
Aunque el mundo de los influencers parezca excesivamente seductor, ya que, ¿quién no desea que le obsequien maquillaje, ropa, comida, productos de limpieza, bisutería, servicios? Sobre todo en momentos en los que la economía va en picada.
En la política, su alcance e influencia, parece confundir a muchos. Ya que se ha podido observar cómo en los perfiles de algunos representantes políticos, cuya finalidad es conseguir una mayor cantidad de seguidores, difundir sus actividades políticas, y aumentar su alcance en las redes sociales muestran fragmentos de su vida, pero sugiriendo un mayor alcance adquisitivo que el de la población a la que desean llegar, que en muchos casos causan rechazo de los mismos a los que quieren cautivar.
En el mismo análisis semiótico se pueden observar imágenes que transmiten soberbia o prepotencia, que pudieran estar muy acordes para la presencia de una marca de zapatos o ropa, pero no para la captación de un público en el área política.
Este tipo de acciones se pueden verificar a través de los perfiles en redes de algunos políticos, quienes parecieran estar mal asesorados en cuanto a la estrategia de difusión de sus mensajes y alcances, que siempre debieran ir en la búsqueda del bien común, por ser la definición de política mejor aceptada a nivel mundial.
Entonces debemos entender que las figuras políticas son políticos (trabajo por y para el pueblo), y los influencers de marcas deben vender porque ese es su objetivo estratégico. Los primeros no deben cruzar esa línea tan angosta y seductora, porque su finalidad máxima se puede ver en riesgo, sino que deben fortalecer su imagen en cuanto a su labor específica en la que quiera posicionar su imagen a través del uso correcto de las redes sociales.
Una tarea vital se basa en las WH, muy usadas en el periodismo y desde allí partir para diseñar campañas y estrategias que posibiliten un acercamiento del público meta, estratificando por áreas, edades, intereses y gusto. Para que de esta manera los mensajes puedan llegar de manera correcta a la sociedad.