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Los votos de Yaku Pérez, Guillermo Lasso y Xavier Hervás no son intercambiables

Cualquiera de los dos candidatos que pase a segunda vuelta para enfrentarse con Andrés Arauz, no reúne los requisitos para obtener los votos de otras candidaturas.

Sea quién sea el candidato que pase a segunda vuelta para enfrentarse con Andrés Arauz, ganador indiscutible de la jornada electoral del pasado domingo, parte con una desventaja frente al progresista, los votos que necesita para ganar no son suyos.

Andrés Arauz le sacará al segundo candidato 1,2 millones de votos. Su suelo electoral es de 2,9 millones, pero su techo electoral es de 5 millones a tenor de lo conseguido por la izquierda en las pasadas elecciones de 2017.

El candidato de la Revolución Ciudadana sostiene un discurso calmado expresado con talante conciliador, sus propuestas políticas giran en torno a la socialdemocracia, de contenido progresista y formas moderadas.

De esta manera se logra blindar frente a las acusaciones de populismo. Ha reducido a sus adversarios a una posición defensiva en la que lo acusan de querer acabar con la desdolarización, pero su pasado político es prueba irrefutable de que no será así. Arauz fue ministro durante la “Década Ganada“, en un gobierno que profundizó la dolarización.

Estos motivos son los que le permiten interpelar a la mayoría social de Ecuador, generando las condiciones necesarias para conseguir un aumento del voto de cara a la segunda vuelta electoral, que se celebrará en abril.

El líder de la Lista 1 – Centro Democrático no necesita pedir prestados votos a otras candidaturas, porque la suya tiene una tendencia ascendente desde hace semanas que no ha cambiado. Ser el candidato que representa el recuerdo de un gobierno como el de Rafael Correa, que mantiene u apoyo popular mayoritario, también juega a su favor.

Cualquiera de los dos candidatos que finalmente se enfrente a él, Guillermo Lasso o Yaku Pérez, no cuentan con ello. Su núcleo duro de votantes es de 1,2 millones menos que el de Arauz y ninguno de ellos suscita los requisitos para conquistar el voto de los candidatos que no han pasado a segunda vuelta.

Pese a que los candidatos perdedores llamen a sus electores a apoyar al que se enfrente a Andrés Arauz, sus sectores sociales son nichos enfrentados entre sí, más después de una campaña electoral en la que se ha dibujado a Lasso y Pérez como antagonistas pese a que comparten su apoyo al neoliberalismo. Una estrategia bipartidista para dividir el voto de Andrés Arauz que ahora, que pretenden unir ambos electorados, juega en contra.

El electorado de Guillermo Lasso es clasista y racista, la mayoría de ellos no votaría por un candidato identificado con el movimiento indígena, más aún tras los hechos acaecidos en octubre de 2019. Los votantes de Xavier Hervás no concuerdan con la propuesta en favor del aborto del candidato de Pachakutik, una cuestión muy importante en el país suramericano.

Por el otro lado, los que apoyaron a Yaku Pérez en las urnas se han creído la construcción de imagen progresista, ecologista y outsider, y han comprado el discurso del candidato que criminaliza por igual a Guillermo Lasso y a Andrés Arauz. No apoyarían a un banquero sin sensibilidad por la naturaleza. Los votantes de Xavier Hervás se identifican como progresistas moderados, por lo que rechazan el discurso machista y neoliberal del millonario.

Ante esta perspectiva, cualquiera que sea el que pase a la segunda vuelta, se encontrará con las limitaciones de su propio discurso muy enfocado a nichos sociales, que resultará impermeable a los apoyos que puedan conseguir de otros candidatos, y les impiden romper su eje argumentativo, porque de hacerlo perderían a su núcleo duro de votantes, que es fiel, por alcanzar uno nuevo que no lo sería porque pertenece a otro candidato con propuestas muy diferentes, al menos en la apariencia proyectada por los medios de comunicación.