Para quienes esperamos que el 11A en Ecuador fuera la fecha del distanciamiento de la Restauración Neoliberal de la derecha, el anhelado momento fue trocado en uno que nos anuncia lo contrario.
El control de las élites y la injerencia de la prensa y los medios radiales y televisivos, lograron alzarse con la Victoria, el triunfo no es de Guillermo Lasso, ha ganado el odio y la revancha, se impuso el “anticorreísmo”.
Tiempos difíciles los que vienen, con un país sumido en el desempleo, en la pobreza, en la emergencia sanitaria, sin un plan económico definido, sin un plan de vacunación, sin planes de desarrollo y atención social.
Una vez más la pirámide elitista de los “ricos” y los más peligrosos “los que se creen ricos” se vuelve a asentar en las bases de los desechables, de los utilizables, de los despreciables, de los que en contrapartida reciben las migajas que les dejan caer, volverán también a florecer las “damas de asistencia social” para suplir los servicios estatales inexistentes, que hacen gala de la “caridad” y solidaridad de “sus gentes” en beneficio de los desposeídos.
La Ingobernabilidad se hará sentir como una suerte de “acuerdo” que los ecuatorianos conocemos como “el reparto”. Todos querrán su espacio de poder para permitir a Lasso que pueda intentar gobernar “sin problemas”.
Pero aún así, y por cuanto la visión de Estado la han reducido a intentar administrar una empresa, que es lo que saben hacer aparentemente. La administración del Estado no puede seguir los parámetros de la administración privada, sus intrincadas connotaciones e intervención en la vida de los ciudadanos no puede ser medida en función de créditos y/o intereses, producción y productividad únicamente, por eso será difícil mantener la calma ciudadana en medio de un clima social disminuido, cuya media hoy vuelve a ser “tú no sabes quién soy yo”.
Ganó el banquero dicen por ahí, pero nosotros los progresistas no hemos perdido, si acaso estamos golpeados nada más, en medio del desprecio social, lo único que me alegra es que ya no me van a mandar a vivir a Cuba o a Venezuela, porque según las élites con Lasso Ecuador será transformado en Dubai.
La lid electoral ya pasó, a partir de hoy nos toca vivir otro tiempo, un tiempo doloroso tal vez, pero nada imposible resistir, si logramos sobrevivir a Moreno y a Romo, con Lasso esperamos lograrlo también, hoy más que nunca desde nuestros propios espacios estamos llamados a resistir, a defender nuestros derechos y nuestros espacios, por nuestras convicciones y también en esta tarea triunfaremos porque vamos a hacerlo juntos.
Vamos a observar de cerca el Gobierno de Lasso, esperemos en primer lugar que cumpla las ofertas de campaña sobre todo en lo social y laboral. Que haya empleo y aumento de salario a 500.00 dólares mensuales (dudo de esta oferta) a no ser que se haga a prorrata en los 4 años de gobierno, otra improbable de cumplimiento por la formación e inclinación permanente del banquero, será las becas estudiantiles, que las ve como “crédito educativo” para ser cobrado al final de la carrera de los pocos que puedan acceder a esos crédito por su situación de “riesgo financiero”.
Cuatro años de inmisericorde persecución y posicionamiento de ideas de odio y desprecio sobre lo que ha representado en nuestro país la Revolución Ciudadana, con sus principales líderes proscritos y juzgados ilegal e ilegítimamente a través de la implementación del llamado Lawfare, lograron su cometido.
Hoy más que nunca a seguir y perseguir la consecución de nuestros objetivos, de un país en el que se imponga el respeto a todos y no solo a los “rubios”, agradecimiento infinito a Rafael Correa, por marcar el rumbo, a Andrés Aráuz por aceptar el reto, a Carlos Rabascall un ciudadano y ser humano de lujo, y sobre todo al pueblo ecuatoriano por la madurez política demostrada en estas elecciones.
Hasta La Victoria Siempre.