La opción plurinacional como palanca de superación del Régimen del 78
El desprestigio de la monarquía, el debate permanente sobre una constituyente y la unidad de las izquierdas definirán la balanza en favor una República en España.
La cohesión política y funcional de los partidos de izquierda en España es fundamental para sentar las bases de la trasformación del Estado. A su vez, para garantizar la unión del progresismo español, es menester mancomunar acciones en torno de la necesidad de instaurar un modelo republicano que responda a las características políticas, económicas, sociales y plurinacionales de España.
Para ello, se requiere un cambio profundo en la izquierda española desde sus cimientos, pero sin renunciar a su esencia emancipadora y rupturista de los viejos esquemas de gobierno dentro del Estado español. Incluso el mismo Estado está sujeto a ser transformado, moldándose en función de un modelo que garantice una óptima, justa y humana distribución de poder.
En España, el espíritu republicano está ganando cada vez más fuerza, vislumbrándose en el horizonte la instauración de una República plurinacional y solidaria. Sin embargo, antes de consolidar los objetivos republicanos, la izquierda debe entrar en un proceso interno de revisión, rectificación y reimpulso político.
Desde la coalición política Unidas Podemos (UP), deben activarse diferentes mecanismos que dinamicen la movilización social, renovando el espacio de la izquierda alternativa en la calle. Dicha coalición debe ser consciente de que sin cambios será más difícil mantener encendida la llama de la participación popular en España, la cual es el motor de los cambios sociales más fundamentales.
En el marco de los ajustes que debe experimentar Unidas Podemos en cuanto a la movilización de su militancia y la ciudadanía en general, destaca la necesidad de reafirmar las alianzas con las izquierdas regionales históricamente consolidadas y actuar mancomunadamente en función de objetivos políticos conducentes a la conformación de la República, siendo este modelo de gobierno el más cónsono con la democracia y el desmontaje del viejo régimen político impuesto.
Este acercamiento con las izquierdas regionales debe determinar los parámetros fundamentales para el reconocimiento de la igualdad entre todas las nacionalidades que hacen vida en España, tales como los gallegos, vascos, andaluces, por citar algunos ejemplos de la plurinacionalidad del territorio español. Solo así se gestará un proyecto político conducente a la conformación de una República Plurinacional y de amplio espectro político.
De este modo, la agenda programática de Unidas Podemos en esta nueva etapa se resume en lo siguiente: reorganización interna y consolidación de los liderazgos del partido; recuperación de la movilización popular para reavivar la llama motivacional de la ciudadanía que pide cambios en las desfasadas estructuras del Estado.
Por último, pero no menos importante, aglutinar a toda la izquierda antisistema establecida en las diferentes regiones de España, todo ello en procura de una agenda común encaminada a la instauración de la Tercera República bajo una configuración plurinacional, cuyo principio político permite aspirar al pleno ejercicio de los derechos de todas las naciones que existen en España.
Al instaurarse un Estado plurinacional se reconocerían como iguales a todas las nacionalidades que hacen vida dentro de la actual territorialidad española. Todo ello salvaguardando el legítimo derecho a la autodeterminación de todas sus identidades nacionales.
Es bien sabido que el debate sobre la conformación de la Tercera República surge recurrentemente en función de determinadas coyunturas políticas altamente difundidas en la sociedad española. El país dentro de su seno tiene posiciones muy claras sobre el tema y son pocas las posturas ambivalentes.
Sin embargo, no es un tema que sea abordado de manera diaria. Cada vez que entra en la palestra pública un escándalo de corrupción, vuelve a aflorar la necesidad de refundar el Estado, pero luego desaparece a la luz de otros temas de agenda. En este sentido, el mensaje antisistema debe ser constante y consecuente con los objetivos emancipadores planteados.
La República, como tema de agenda, no debe originarse basándose exclusivamente a coyunturas polémicas con una limitada vigencia en el tiempo. Debe nacer de una sincera voluntad de impulsar un proceso constituyente, el cual debe utilizarse como tema de agenda y movilización política permanente en las organizaciones de izquierda rupturista en España.
El liderazgo de dicho proceso, debe nacer desde Unidas Podemos como coalición política rupturista a partir del liderazgo de Yolanda Diaz, y fungir como el eje de cohesión de los diferentes bloques que conforman las corrientes izquierdistas.
El contenido programático derivado del reimpulso de las izquierdas antisistema lideradas por Unidas Podemos, debe ir encaminada a promover un proceso constituyente, cuyo resultado será la aprobación de una nueva Constitución.
Esta nueva Carta Magna debe traducir las auténticas realidades de España y consolidar el fin de la monarquía, la separación de la iglesia y el Estado, el derrocamiento del neoliberalismo, la nacionalización de los sectores estratégicos, la adecuación de la sanidad pública, entre otros ensalzables objetivos.
Las condiciones del escenario
Una respuesta asertiva a esta incógnita dependerá de la vigencia de un conjunto de variables en el tiempo. En primer lugar, las acciones constantes de desmérito de la casa real, las cuales representan unas de las más notables contradicciones estructurales del sistema político español.
El exilio voluntario del rey emérito Juan Carlos I por los escándalos de tráfico de influencias, malversación de fondos y fraude fiscal; las infantas Elena y Cristina y su vacunación en Dubai entre muchas otras acciones, son cuestionamientos a la legitimidad de la monarquía que, hasta hace relativamente poco tiempo la gente no se atrevía a reclamar públicamente, mucho menos cuestionar la conveniencia de financiar con sus impuestos una figura real que más allá de simbolizar “unidad”, pareciera ser fuente perenne de división.
Por otra parte, la necesidad de una constituyente debe fungir como eje de debate permanente dentro de las organizaciones políticas tanto de derechas como de izquierdas, así como en la población general por medio de una cobertura mediática constante del tema.
La condición fundamental para materializar un proceso de transformación sistémica del Estado español es la unificación de las izquierdas antisistema de España y el relego de aquellas llamadas “izquierdas” hechas a la medida de los intereses del status quo impuesto por el régimen del 78.
Son circunstancias de legitimidad para un cambio estructural del sistema político de España. El desprestigio de la monarquía, el debate permanente sobre una constituyente y la unión de las izquierdas rupturistas definirán la balanza en favor de los grandes cambios hacia una España auténticamente republicana.