Jair Bolsonaro, la peor gestión latinoamericana frente al COVID-19
Desde el inicio de la pandemia por COVID-19, el presidente de Brasil se ha negado a tomar medidas sanitarias para proteger a la población.
Brasil, uno de los países más golpeados por el COVID-19, ha dado mucho de que hablar con respecto a su sistema de salud y la negligencia del gobierno de Bolsonaro en su gestión para hacerle frente a la pandemia.
Esto hizo levantar masivas protestas recientes por cientos de ciudades denunciando la mala gestión del ejecutivo brasileño. Diversos movimientos sociales y sindicatos han declarado que debido a mala gestión, exigen al presidente carioca que renuncie a su cargo como, bajo la consigna “Fuera Bolsonaro“.
Entre las demandas de los protestantes está la aceleración de la vacunación contra el COVID-19, incrementar el monto de las ayudas de manera que los más pobres, los más afectados por la pandemia, tengan un ingreso “digno” para enfrentar la crisis sanitaria.
Ante este panorama, la aceptación de Jair Bolsonaro que ya era poca, comenzó a disminuir. Según Datafolha, en el último sondeo de mayo, el 24% de los brasileños aprobaba su mandato, un 6% menos que en marzo. Este figura como el peor dato desde su elección. Asimismo, el 45% de los encuestados considera su Gobierno malo o pésimo.
Los desaciertos que ha tenido Bolsonaro en torno al COVID-19 fue admitir públicamente que no comprará la vacuna china, negándose también a adquirir la vacuna de Pfizer.
La ausencia de estrategias para enfrentar la pandemia, junto con la corrupción que ha caracterizado al gobierno de Brasil, ha conllevado medio millón de fallecidos, responsabilidad de Bolsonaro.
La nación suramericana alcanza la segunda cifra más alta del mundo después de Estados Unidos. También tiene el tercer número más alto de casos de coronavirus con más de 17 millones.
Recientemente, Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo Bolsonaro junto con otros políticos, fueron multados en la ciudad de Sao Paulo por no llevar mascarillas durante la marcha en motocicleta “Aceleremos por Cristo”. Convocada por el mandatario como parte de su campaña presidencial rumbo a las elecciones del próximo año.
Las quejas sobre la implementación en Brasil de la Copa América 2021 no se han detenido. Desde su anuncio, hace solo un par de semanas, los brasileños han salido a manifestar su rechazo a la decisión de acoger el evento deportivo.
Un minuto después del partido inaugural entre Brasil y Venezuela, incluso los hinchas brasileños protestaban contra la incompetencia gubernamental con pancartas frente al estadio Manejouñca de Brasilia.
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