Reinicio del espacio de Unidas Podemos: retos y obstáculos
En medio del panorama político y electoral, las diversas izquierdas reconocen la necesidad de cooperar y trabajar conjuntamente en las instituciones.
Para la izquierda española, el panorama político y electoral ha adoptado un nuevo matiz tras la IV Asamblea Ciudadana de Podemos, el cual concluyó el domingo 13 de junio. Durante el referido encuentro la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, resultó proclamada secretaria general con cerca del 90% de los votos.
En concordancia con otras manifestaciones de cambio dentro de las organizaciones de izquierda rupturista en los últimos meses, ha iniciado un nuevo ciclo de renovación y de restructuración interna, algo esperable en partidos políticos adaptables a los cambiantes parámetros económicos y sociales.
Belarra asumió las riendas en una organización donde procurará en lo político la feminización y la descentralización territorial, así como la voluntad de “desmadrileñizar” Unidas Podemos, según palabras de la propia adjudicada.
Asimismo, ha hecho alusión a la necesidad de optimizar la implantación territorial con las municipales y autonómicas del 2023 en el horizonte político. Tomando en cuenta los resultados de los últimos comicios territoriales, la nueva dirigencia tiene una tarea pendiente por realizar en este sentido.
Por otro lado, Belarra resalta la imperiosa necesidad de seguir un camino mancomunado junto a las demás fuerzas políticas que conforman Unidas Podemos, a saber: IU, En Comú Podem, Galicia En Comú, Alianza Verde. Todo ello junto a aquellas formaciones territoriales que forman parte de la “dirección de Estado” progresista y la mayoría de la investidura del Congreso.
Podemos se ve en la necesidad de armonizar con otras organizaciones para que se consoliden mayorías progresistas en las instituciones. Asimismo, la nueva etapa de losmorados tendrá como reto traducir en lo político, el relacionamiento de la propia Belarra con la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quién lidera el espacio de Unidas Podemos.
Dichas relaciones aún se encuentran en proceso de configuración y ordenación de dinámicas. Tras el cierre de la IV Asamblea de Podemos, la atención política se centra en el desenvolvimiento de Yolanda Díaz, la cual, fue propuesta por Pablo Iglesias como la próxima candidata a la Presidencia del Gobierno por Unidas Podemos.
Se dibuja así un horizonte de colaboración para los próximos años. Rivales en los distintos comicios, las diversas izquierdas reconocen la necesidad de cooperar y trabajar conjuntamente en las instituciones, materializando esta idea en práctica.
Por otra parte, los partidos verdes están en tendencia política en Europa y buscan ganar espacios en España. Esta situación ha motivado que en España, esta influencia sea permeable por primera vez, superando los límites electores, estrechos, de estas propuestas.
La causa han sido los movimientos de Íñigo Errejón para hacerse referente de Los Verdes en España, y así poder confrontar electoralmente con Unidas Podemos en el próximo ciclo electoral, ya que rechaza la unidad con la coalición.
El político conservador ha visto renovado su liderazgo gracias a los resultados obtenidos por Mónica García en Madrid, logrando superar al PSOE de Gabilondo. UP ha respondido realizando acercamientos a los socios de los verdes con los que han acudido a las elecciones anteriormente.
Desde los resultados del 4-M, se ha materializado un viraje estratégico dentro del progresismo español por medio de nuevas coaliciones políticas, pero siempre manteniendo la consistencia ideológica que lo define como partidos políticos consecuentes a su ideario critico al Régimen del 78.
Los cambios anteriormente referidos han afectado sustancialmente las relaciones de agrupaciones políticas como Unidas Podemos y Mas País. Estos han manifestado abiertamente una intención de acercamiento, pero procurando disipar la influencia de Errejón en una eventual alianza.
Por su parte, Unidas Podemos ha entrado a una etapa de reorganización donde la nueva correlación de fuerzas definirá su futuro. Los conflictos internos derivados de la relación Iglesias-Errejón conllevó a la erosión de la cohesión partidista. Sin embargo, esta nueva etapa puede significar una oportunidad para posicionar a la militancia en el centro de los procesos en la tolda morada y roja.
En el marco de la nueva dinámica política de la izquierda en España, cabe resaltar el pacto suscrito entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP). Dos visiones ideológicas contrapuestas en lo económico, pero con un parcial esquema funcional en común en lo social.
En este sentido, es necesario que en la actividad parlamentaria, los votos de la izquierda se mantengan sin modificaciones para garantizar la viabilidad de su gobierno. Esto será importante para eventuales escenarios, tales como, las conversaciones en curso con el independentismo catalán, sobre las cuales recae una enorme presión social y política.
Retos
Entre los retos a superar también se encuentra el encausar la conflictividad territorial en España. Es primordial establecer un diálogo político entre el gobierno catalán y el estatal, para establecer las bases para la negociación y la concertación política que facilite soluciones perdurables.
Otro reto político para la izquierda, es el planteamiento de estrategias certeras para abordar el avance de la derecha populista y radical que, mediante una política de crispación social, postulados racistas y antiinmigración, al que se le suma el imaginario nacionalista español nostálgico propio del franquismo, ha ganado terreno en pleno siglo XXI.
En este respecto, la manifestación contra los indultos promovida por la derecha, la cual se llevaba a cabo en el centro de Madrid paralelamente a la IV Asamblea de los morados, fue calificada por la recién elegida secretaria general como algo muy grave.
En el marco del referido acto, la recién electa dirigente afirma sobre la derecha que “El odio, el enfrentamiento, la corrupción y la defensa de sus privilegios son la única forma de hacer política que conocen“. “España no se merece esta oposición“, añadió en referencia directa al jefe de la oposición, Pablo Casado.
En la izquierda española se hace de imperiosa la necesidad de prescindir de los problemas internos y centrarse en la movilización popular, tan limitada durante el contexto pandémico, pero necesaria para motivar al ciudadano que quiere ver materializado en acciones, su poder para transformar las viejas estructuras del actual Estado español.
Los líderes de izquierda deben tener la determinación de buena parte de sus partidos en recuperar espacios populares, mediante un mayor contacto con la ciudadanía. Los más reciente sondeos estadísticos dan fe de la desmotivación como subproducto de haber caído en una dinámica eminentemente institucional.
Una vez se llega al mando estatal, debe mantenerse el espíritu motivacional de la militancia. Para ello es necesario la interacción permanente con aquella audiencia que, mediante su voto, manifestaron su confianza en el proyecto político.
En el marco de los ajustes que debe experimentar la izquierda en España en cuanto a la movilización de su militancia, también cabe destacar la necesidad de reafirmar las alianzas con las izquierdas regionales históricamente consolidadas.
La historia, así como la contradictoria realidad institucional española, obliga a las fuerzas progresistas a actuar coordinadamente en función de objetivos políticos conducentes a la conformación de la República como forma de gobierno más cónsono con la democracia, y el desmontaje del viejo régimen político impuesto.
Este acercamiento con las izquierdas regionales debe determinar los parámetros fundamentales para el reconocimiento de la igualdad entre todas las nacionalidades que hacen vida en España, gestando un proyecto político comparable a la conformación de una República Plurinacional.
Finalmente, la izquierda rupturista debe ir encaminada a promover un proceso constituyente que traduzca las realidades de España, consolidando el fin de la monarquía, la separación de la iglesia y el Estado, el derrocamiento del neoliberalismo, la nacionalización de los sectores estratégicos, la adecuación de la sanidad pública, entre otros importantes objetivos.