Perú: entre el camino constituyente y la inercia del continuismo
Los peruanos se mantienen a la expectativa de los movimientos del Gobierno de Pedro Castillo, algunos ven la posibilidad de que el mandatario ceda a las presiones del sector conservador.
Pedro Castillo juramentó otro gabinete incluyendo figuras más moderadas. Castillo se apartó de Vladimir Cerrón, sin necesariamente, abandonar las acciones destinadas a ofrecer un estado de bienestar a las mayorías.
Pero también es cierto que la Constituyente del Perú quedó en suspenso. Este paso político, necesario para asegurar un mínimo de estabilidad al Poder Ejecutivo, ha sido sustituido por una agenda que busca resolver primero, lo urgente.
Sin embargo, la incertidumbre se apodera de quienes votaron por un programa de cambios reales, y ven la posibilidad de que Pedro Castillo esté haciendo un viraje bastante parecido al de Ollanta Humala, el presidente que acabó cediendo a las presiones de los poderosos sectores conservadores del Perú.
Los planteamientos de Vladimir Cerrón
Quien ha salido con mayor fuerza a defender la propuesta constituyente es Vladimir Cerrón. Desde que Castillo anunció el cambio de gabinete y la salida de Guido Bellido, Cerrón insinuó un posible viraje de Castillo con respecto al impulso de una nueva Constitución.
“La nueva Constitución no es un capricho de Perú Libre, es una necesidad histórica”. Afirma tajantemente Vladimir Cerrón.
Cerrón propone llevar a cabo un referéndum consultivo, basándose en el articulo 32 de la actual Constitución del Perú. Al respecto Cerrón aclara “instaurar una Asamblea Constituyente no depende del Presidente, del Ministro de Justicia, del Congreso, ni del premier, depende exclusivamente de la decisión del Pueblo”.
Por otra parte, el fundador de Perú Libre asegura que el cambio de gabinete no asegura la continuidad de los ministros actuales ni tampoco del gobierno de Pedro Castillo. El poder sigue, según los planteamientos de Cerrón, en mano de los grandes grupos económicos que exigen que no se lleve a cabo ninguna transformación.
La recolección de firmas dirigida a soportar la consulta constituyente se mantiene. Las bases de Perú Libre en Puno y Tayajaca se comprometen a recolectar firmas. El pueblo que acompañó a Castillo sostiene su simpatía con el proyecto constituyente.
Superar el modelo neoliberal, es uno de los objetivos estratégicos de quienes defienden la necesidad de una nueva Constitución. No obstante, esta no es una postura unánime de Perú Libre.
Perú Libre dividido
El partido que llevó a Pedro Castillo a la presidencia quedó dividido. La salida de Bellido, los señalamientos de Cerrón y la postura de Pedro Castillo provocaron un cisma interno que complica no solo la unidad de la izquierda, sino las condiciones de gobernabilidad para Castillo.
El magisterio está de parte de Castillo, por otro lado, está el grupo que apoya la senda constituyente que lideran Vladimir Cerrón y Guido Bellido, y finalmente, otro grupo de “independientes”, no concuerda con ninguna de las dos tendencias antes mencionadas.
Una parte de la bancada de Perú Libre en el Congreso manifiesta su rechazo al gabinete, y no dará el voto de confianza a los nuevos ministros. Este movimiento le abre la puerta a la vacancia. De igual forma, la vacancia también sigue latente por un proyecto que lleva a cabo la Comisión de Constitución del Congreso que pretende normar la interpretación de la cuestión de confianza.
La inercia y el continuismo
Para Pedro Castillo ha sido complejo desde un principio. Los grandes poderes se opusieron a su proclamación, luego retardaron su juramentación y posteriormente fueron eliminando a los agentes menos favorables a sus intereses.
El acorralamiento llevó a Castillo a deshacerse de las fichas más visibles de Perú Libre, y a incorporar a una izquierda moderada que es llamada por algunos como “caviares”, para aludir a una clase acomodada con aspiraciones de izquierda.
Pero no solo se trata de ello, Perú tiene actualmente a grandes poderes trasnacionales detrás del negocio del gas, y del control de la tierra. Los monopolios y oligopolios no van a permitir que gobierno alguno se atreva a cambiar los esquemas de producción y mucho menos a amenazar la propiedad de los medios de producción.
Con poco margen de maniobra, Castillo debe decidir si finalmente postergará objetivos como la nueva Constitución y una profunda reforma agraria, para quedarse solo con algunos ajustes que disminuyan la deuda social del Perú.
Las bases hablan
Las demandas de las bases de Perú Libre, y de movimientos sociales como las rondas campesinas, incluyen la transformación de la política económica, la descentralización y la democratización de los medios de producción.
“Ya ni siquiera se habla de Constitución”, afirma Mariano Flores González, dirigente de las rondas campesinas. Por otra parte, Flores va directo a defender el asunto de la tierra del que tanto hablo José Carlos Mariategui.
“Queremos que el país se encamine, y que los campesinos se incorporen a la producción, que no sigan los monopolios y oligopolios”, declara Flores. Sin embargo, Flores reconoce que las clases dominantes en el Perú son demasiado conservadoras, y que ello puede llevar a Castillo a hacer de un programa de 100 días, el programa de 5 años.
La “Humalización”
El representante de las rondas campesinas refiere también a un fenómeno verbalizado en varios simpatizantes de la izquierda peruana, que recuerda la decepción de Ollanta Humala como presidente del Perú.
“Ganas con una propuesta y gobiernas con la propuesta de grupos de poder”, explica Flores.
En cuanto a la política exterior, Flores opina que no hay claridad y que probablemente sea la postura de las clases dominantes la que se imponga. La encrucijada en el Perú se acentúa, sobre todo para aquellos que esperaron un cambio significativo en el gobierno tanto en su política interna como externa. El pronóstico en el Perú es complicado.