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Nicaragua: El relato de los “presos políticos” y su trasfondo

Se acercan las elecciones presidenciales en Nicaragua y las élites recurrirán nuevamente al discurso de "presos políticos" para empañar los comicios.

Nicaragua celebrará elecciones presidenciales el próximo 7 de noviembre presentándose el actual mandatario nacional, Daniel Ortega Saavedra, como candidato para la reelección.

En torno a la figura política de Daniel Ortega se ha generado toda una campaña de desprestigio por parte de los medios de comunicación hegemónicos y la derecha alineada a la política de Estados Unidos (EEUU) y que se centra fundamentalmente en el tema de las detenciones en Nicaragua y el relato de los “presos políticos”.

Hoy EEUU muestra una vez más su ambición imperial y enfila la guerra mediática ante la posibilidad de un triunfo sandinista en las elecciones presidenciales del 7 de noviembre.

La detención de algunos personajes políticos entre ellos Félix Maradiaga, aspirante a candidato presidencial fue detenido el 8 de junio de 2021 y es investigado por una serie de cargos, entre ellos “realizar actos que menoscaban la independencia, soberanía, autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera (…) pedir intervenciones militares, organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización”, tal como reposa en el expediente.

Cristiana Chamorro, acusada por lavado de dinero, bienes y activos, casos que la oposición define como “presos políticos” pero el gobierno indica que se trata de casos de terroristas, delincuentes, entre otros.

Ahora bien, qué otros elementos o razones pueden haber en el ataque tan recrudecido que está ocurriendo contra la imagen del candidato para la reelección Daniel Ortega, a pocos días de las elecciones.

Para buscar algunas respuestas hay un contexto que es importante esbozar en al menos dos aspectos:

  • La ideología y política interna de su mandatario nacional.
  • La importancia geopolítica y geoestratégica del país centroamericano.
La ideología y política interna de Daniel Ortega

El ataque contra Daniel Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN es de larga data, el sistemático relato descalificativo busca afectar su imagen de político del colectivo (del pueblo, de los históricamente desposeídos) y posicionarlo como dictador a fin de que pierda el gobierno tal como ocurrió en los años 90.

Por una parte, Daniel Ortega no se ha doblegado sino que por el contrario ha jugado un rol fundamental en el fortalecimiento de relaciones con países revolucionarios y progresistas no alineados con las políticas del imperio norteamericano.

El FSLN derrocó a Anastasio Somoza en 1979, poniendo fin a 42 años de dictadura militar de la familia Somoza y marcando el comienzo de una revolución socialista. Foto: https://www.greelane.com/

Haber logrado el establecimiento de una revolución nicaragüense no ha sido ni será perdonado por las élites y la burguesía que hoy lo atacan. Desde su juventud Daniel Ortega participó en las manifestaciones de 1950 para derrocar la dinastía somocista caracterizada por la represión, la intervención extranjera, la corrupción y abuso de poder sobre la población.

Aunque posteriormente Daniel Ortega estuvo 7 años en prisión, al cumplir su condena en 1974 se incorporó al FSLN donde fue partícipe de la política interna de Nicaragua en la lucha contra el Somocismo y la liberación de la población de los atropellos cometidos durante esta dinastía.

Pronto se convirtió en el coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua (JGRN) en mayo de 1981, logrando representar al FSLN ante los demás países.

Las oligarquías no le perdonan a Ortega que tras la resistencia civil y lucha armada, el FSLN se haya convertido en una organización político-militar que derrota a Anastasio Somoza en julio de 1979. Luego el líder sandinista logró fortalecer relaciones bilaterales con gobiernos de izquierda, representó un gobierno con preferencia y políticas izquierdistas revolucionarias en Latinoamérica.

En este sentido, como presidente de Nicaragua y como representante del FSLN fue reconocido por países como Cuba, Venezuela, la Federación de Rusia entre otros países progresistas alrededor del mundo.

Sin olvidar que Daniel Ortega se convirtió en presidente de la República de Nicaragua en 1984 con un mandato de seis años con casi el 70% de los votos, en el 2006 es electo presidente, luego en el 2016 con el 72.5 % de la votación es reelecto. tal como expresa Yesika López, Luis López y Marlin Menéndez (2019) en el trabajo de gradoImportancia Geopolítica y Geoestratégica de Nicaragua para la Política Exterior de la Federación de Rusia en Centroamérica en el período 2012-2018”.

Daniel Ortega asumiendo su primer mandato como presidente. Foto: Archivo La Prensa.

Respecto a la política exterior y a las relaciones con EEUU, Ortega ha mantenido una postura firme en salvaguardar los intereses y seguridad nacional, la autonomía e independencia del país centroamericano frente a la intervención de los EEUU.

Los elementos anteriormente expuestos significan un obstáculo y generan tensión a los intereses de EEUU sobre la región. La actual presión y desacreditación de Ortega busca mantener la política exterior de EEUU, basadas en el intervencionismo a fin de establecer políticas transfronterizadas de absolutismo hegemónico hacia el sur.

La política de Ortega es un impedimento para EEUU y su Doctrina Monroe (base fundamental de la política exterior norteamericana sintetizada en la frase “América para los americanos”) como mecanismos de expansión territorial y hacerse del “control, subordinación y dominio en los Estados de América Latina, sus políticas y formas de gobierno”, tal como refiere el documento de Luisa Pastor Gómez (2016): “Política Exterior Norteamericana hacia América Central y el Caribe: una aproximación Histórico-Política”.

El gobierno de Ortega constituye un estorbo para los EEUU quien se atribuye el liderazgo en el continente americano y el carácter unilateral de la doctrina, basándose en la doctrina del Destino Manifiesto, la cual consideraba que era un derecho natural de Estados Unidos extender sus fronteras hacia el oeste y hacia el sur para conformar un Estado de dimensiones continentales con objetivos de corte imperialista-esclavista, tal como explica Juan Carlos Pereira (2001), en “Historia de las Relaciones Internacionales Contemporáneas: América en el Sistema Internacional”.

Doctrina Monroe y el Destino Manifiesto. Foto: https://valemaol00.wixsite.com/

El proyecto de país de Ortega es atacado con el fin de que pierda las elecciones, se intenta desde la derecha marcar un precedente, evitar el resurgimiento de Honduras luego del golpe del año 2009, siguiendo por Paraguay, Brasil, Ecuador y Argentina.

La importancia geopolítica y geoestratégica de Nicaragua

Nicaragua cuenta con una extensión territorial de 130,373 km², lo que le confiere un valor agregado en el ámbito marítimo; por “sus particulares características hidrológicas internas y la cualidad bioceánica con acceso al Océano Atlántico y Pacífico, trazando rutas para diversos fines militares y comerciales que pueden servir para el transporte de personas, mercancías, equipos o maquinaria, entre otras. Proporcionando las condiciones adecuadas para establecer una base militar o de abastecimiento, facilitando así, el ahorro de tiempo y recursos financieros”, como detalla Yesika López, Luis López y Marlin Menéndez (2019).

Siendo rico en recursos, además de las características bioceánicas y ubicación geográfica, hacen de este país centroamericano estratégico para el tránsito marítimo, “un puente de gran importancia entre Norte y Sur América, razón por la cual países como la República Popular de China y Rusia, pretenden la construcción de un canal interoceánico en territorio nicaragüense, generando así, diversas perspectivas y escenarios”, afirma Ricardo Martínez (2019) en su artículo, “Rusia y Centroamérica, novedad geopolítica”.

Vladimir Putin recibido por el Presidente de Nicaragua Daniel Ortega. 2014. Foto: Kremlin / Presidencia Rusa.

Estas características vuelven estratégica a Nicaragua, pero por otro lado afecta los intereses de la élites y burguesía mundial. Así, países potencia como Rusia han fortalecido relaciones con Nicaragua en el contexto del cambio geopolítico mundial, que le ha permitido el posicionamiento y acercamiento a los países centroamericanos, generando tensión a los intereses de la Casa Blanca sobre la región.

Por tanto, Rusia se constituye en uno de sus socios estratégicos en el área comercial poniendo en práctica una línea de acción política transformadora y anticapitalista para promover un mundo multilateral, mientras que EEUU pierde el control efectivo sobre una parte de lo que se le denomina como su patio trasero.

Nicaragua es un aliado estratégico histórico [de Rusia] con el cual posee afinidad ideológica y política, lo que pone en manifiesto una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.