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El recorrido democrático de Nicaragua: (2006 al 2021)

Desde la asunción de Daniel Ortega en 2006, Nicaragua comenzó a experimentar mayor igualdad y prosperidad, la sociedad quiere seguir apostando al actual presidente.

Nicaragua está a las puertas de un importante suceso político. Las elecciones del 07 de noviembre, conforman un escenario de confrontación democrática de visiones de país que se contraponen, y que durante un recorrido de más de 10 años, han presenciado momentos de diálogo y distensión, otros, de lamentables estallidos de violencia.

La polémica que rodea el evento electoral en Nicaragua tiene que ver con que este es otro de los bastiones de la izquierda latinoamericana, que junto a Venezuela, y Cuba, formaron la vanguardia contra hegemónica a la propuesta panamericana de dominación de los Estados Unidos (EEUU).

La ultraderecha, que tiene en la familia de la expresidenta Chamorro principal nido simbólico, mantiene una férrea confrontación contra el sandinismo. Son los Chamorro, junto a otros voceros de la oposición nicaragüense quienes acaparan la vocería de una mayoría social que sigue apoyando al sandinismo.

Al menos así lo dicen los votos, desde el año 2006, momento histórico en el cual el sandinismo regresó al poder, y se abrió una etapa de prosperidad y crecimiento en esa nación centroamericana.

El retorno de Daniel Ortega y el sandinismo

En aquel año 2006, la izquierda experimentaba con mucha fuerza su mayor momento de auge en décadas. En Bolivia, en Argentina, en Venezuela y en Brasil, gobernaban los líderes que abrieron paso a la década dorada donde la insurgencia latinoamericana derrotó, al menos temporalmente, al neoliberalismo.

Nicaragua se les sumó con el triunfo de Daniel Ortega. La mayoría nicaragüense votó contra el neoliberalismo, y tras 16 años de retroceso social y decrecimiento económico, los nicaragüenses comenzaron a experimentar una nueva etapa de mayor igualdad y prosperidad.

En efecto, el Sandinismo además de corregir algunos errores del pasado, también se integró al resto de América Latina a través del Alba, la Unasur, y la CELAC. Esta forma de apertura, le facilitó llegar rápidamente a índices de crecimiento económico destacables en la región.

Los nicaragüenses optan por el sandinismo con mayor fuerza

La mayoría social renovó su voto por Daniel Ortega, esta vez, con mayor fuerza. Después de alzarse con la victoria en 2006 con el 38% de los votos, el Sandinismo obtuvo el 62% de la votación total, con una participación superior a la de 2006.

El apoyo al Sandinismo, no es un asunto necesariamente ideológico. Tal y como lo afirma el analista Eduardo Hernández, la situación de Nicaragua para 2011 se había transformado de forma tangible.

El modelo sandinista empieza a brindar resultados en todos los ordenes: económicos, sociales, políticos, culturales, y productivos, así como las garantías en cuanto al respeto a los Derechos Humanos, la seguridad, y la protección a la población”. Afirma Hernández.

Sin embargo, para el 2011, la agresión de EEUU a los referentes más potentes de al izquierda latinoamericana, como Venezuela, Cuba y Nicaragua ya estaba en marcha, y en esa segunda década del siglo XXI, se desarrollarían episodios de desestabilización dirigidos a quebrar el apoyo popular a Daniel Ortega y al Sandinismo.

Los tranques de 2018

En abril de 2018, el gobierno de Daniel Ortega logró la aprobación de un Reglamento a la Ley de seguridad social que otorgaba importantes beneficios para la población. La reacción de la clase empresarial, fue la de promover focos de disturbios, bastante similares a los que se produjeron en Venezuela en el 2017.

Con la difusión de una noticia falsa que anunciaba la muerte de un estudiante de la Universidad Centroamericana, desencadeno la ola de “tranques”, que interrumpieron la paz social alcanzada por el sandinismo a través de alianzas y consensos con el sector privado que condujeron a un crecimiento económico sostenido.

El saldo de este episodio, incluye la pérdida de 430 millones de dólares por el saqueo de comercios y la infraestructura dañada, así como el fallecimiento de 209 personas, por lo cual también se conocen a estos hechos como “los tranques de la muerte”.

El preludio electoral

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), es uno de los Órganos del sistema internacional que declara a Nicaragua como un Estado policial de facto. Ello insinúa que las garantías ciudadanas se ven disminuidas, y por ende, la calidad democrática de ese país está en tela de juicio.

Entre varios señalamientos, está el de la detención de dirigentes políticos que se habían propuesto competir en el venidero evento electoral. Félix Madariaga, Cristiana y Juan Sebastián Chamorro, Miguel Mora y Antonio Cruz, fueron detenidos en virtud de la comisión de delitos estipulados en las leyes penales de Nicaragua.

Algunos de estos voceros de la derecha nicaragüense, estuvieron directa y públicamente vinculados a los “tranques de la muerte”, sin embargo, tanto dentro como fuera del país, han expresado libremente su rechazo al gobierno sandinista de Daniel Ortega.

En eventos electorales previos, la derecha nicaragüense ha tenido participación y la oportunidad de ofrecer su propuesta electoral al pueblo nicaragüense.

La beligerancia en Nicaragua es real

En cuanto a la hipótesis de que en Nicaragua rige el totalitarismo, es difícil afirmarlo en tanto el poder mediático lo detentan el Estado, a través de los llamados medios de la familia y la comunidad, y la empresa privada, con medios televisivos y escritos que confrontan sin ningún limite al sandinismo.

Al menos 6 medios de comunicación privados conservan una línea mediática anti sandinista y anti bolivariana, Canal 12, La Prensa, el Nuevo Diario, Trinchera de la noticia, confidencial y 100% noticias, son canales y periódicos que con programación dedicada al entretenimiento y los informativos, atacan sin censura al gobierno de Daniel Ortega.

De hecho, los medios La Prensa y Canal 12 están vinculados a la familia Chamorro, cabezas visibles de la oposición al sandinismo.

Canal 12 es el más beligerante, su oferta televisiva incluye al programa “Esta noche” principal tribuna de la oposición. Igualmente, entre los propietarios de varios de estos medios, figuran dirigentes anti sandinistas como Miguel Mora, y la propia familia Chamorro.