El fascismo y su agenda de crispación movilizan a JUPOL y JUCIL
Las organizaciones creadas por JUSAPOL para agitar las plantillas de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE). se movilizan contra la llamada “Ley Mordaza” bajo una agenda de crispación social de la derecha
El fascismo español por medio de VOX y Santiago Abascal, estuvo el miércoles 24 de noviembre en la Delegación de Gobierno de Madrid y este sábado estará en el acto de JUPOL y JUCIL en Sol. Allí coincidirá con el líder del PP, Pablo Casado, así como representantes de Ciudadanos.
Todo ello en el marco de su praxis política la cual se circunscribe a un posicionamiento político-ideológico muy concreto, basado en la generación de discursos hostiles que denotan un intento de hacer rutinario el odio. Todo ello se materializa ante la ausencia de una agenda política genuina que pueda movilizar voluntades por medio de la razón en vez de la emocionalidad y el rencor.
Con el fin de ampliar su base electoral, el conservadurismo español plantea polemizar cada aspecto de la vida social, trayendo la conflictividad como contexto natural para el sustento de sus discursos basados en xenofobia, homofobia, nacionalismo, fanatismo religioso y la promoción de fórmulas neoliberales.
Para ello, el fascismo español intenta movilizar, mediante una clara agenda de crispación social, a los agentes afiliados a las asociaciones policiales más dura, las cuales se manifestarán este sábado 27 de noviembre.
Lo harán nuevamente con el apoyo de JUPOL y JUCIL, las organizaciones creadas por JUSAPOL para agitar las plantillas de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE). En esta ocasión, el motivo será la propuesta del Gobierno que busca derogar los aspectos más lesivos de la Ley de Seguridad Ciudadana, popularmente conocida como “Ley Mordaza”.
De estas formas la derecha más radical procura devolver la tensión a las calles de la mano de los policías y guardias civiles que rechazan cualquier cambio en la ley que aprobó el Gobierno del PP en 2015 y que permitió endurecer la represión de la protesta social.
En este respecto, la coalición del Gobierno, con el apoyo de varios grupos políticos progresistas, se propone eliminar varios aspectos de la referida norma, cosa que es rechazada por los miembros de los organismos de seguridad.
Sin embargo, el encendido discurso de la derecha no ha sido suficiente para convencer a la totalidad de los policías bajo un mismo discurso. Algunas asociaciones pertenecientes al FSE, entre las que se encuentran principalmente el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) llevaron a cabo el pasado miércoles su propia movilización.
Pese a compartir el fondo de la cuestión, JUPOL (policías) y JUCIL (guardias civiles) decidieron convocar su propia manifestación para este sábado, aunque mostraron también su apoyo a los actos frente a las delegaciones de gobierno que se celebraron el miércoles.
Dentro de los cuarteles policiales, son ampliamente conocidos los apoyos de la derecha a estas asociaciones. En este sentido, cabe destacar que JUPOL nace con el apoyo de Ciudadanos. Posteriormente, con la debacle política de ese partido, su tendencia ha sido una deriva clara hacia VOX.
La ultraderecha española ha anunciado que estará este sábado en la movilización policial contra lo que según ellos sería “La reforma que pretende el Gobierno de la ley de seguridad ciudadana abre la puerta a la barbarie callejera“, así lo afirmaba su portavoz, Jorge Buxadé.
De igual forma, el partido ultra también envió representantes a las distintas concentraciones que se desarrollaron este miércoles ante distintas delegaciones de gobierno en respuesta a la convocatoria de la plataforma que impulsan el SUP y la AUGC.
A pesar de los antecedentes de la radicalidad de los convocantes en marzo de 2020, donde llegaron a romper un cordón policial en el exterior del Congreso, no ha impedido que las máximas figuras políticas de la derecha española muestren su apoyo a esta nueva movilización.
De esta forma, el matonismo y la agenda de crispación son formas de hacer política desfasada y sin ninguna correspondencia con la sociedad española del siglo XXI. Sin embargo, la ultraderecha mediante anacronismos políticos intenta ganar espacio en una España donde aún existen dolientes del Régimen franquista en los estamentos más conservadores.
Si bien, en España la llamada transición no supuso un cambio sustancial con relación al franquismo, la derecha aún cuenta con una serie de estigmas dentro de la sociedad que bloquea el protagonismo de los partidos conservadores.