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La paradoja del “frente amplio” de Yolanda Díaz

El objetivo de la ministra de Trabajo es el de poner en marcha en 2022 un proceso de escucha de la sociedad civil que le permita articular un proyecto de país

En tiempos recientes Yolanda Díaz ha determinado el rumbo político del denominado “frente amplio”, el cual pretende caracterizar el próximo ciclo electoral en España. La misma vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos dejan claro que procurará salir del nicho electoral situado a izquierda de los socialistas y trazar un proyecto más transversal.

Dicha transversalización política busca llegar al conjunto de la sociedad. Al cabo de las navidades se dará el inicio de la carrera para la materialización de esta plataforma, sobre todo cuando la ministra de Trabajo haya cerrado la reforma laboral.

Dicha tarea legislativa será el punto de inicio para lo que será su gira por todo el territorio español de cara a las generales. En este sentido, el “frente amplio” se ha instalado desde hace algunos meses como un concepto de enorme consenso en la izquierda española.

Paulatinamente Díaz va dejando pequeños adelantos de las acciones políticas que tiene en mente. Hasta ahora, la vicepresidenta se había limitado a asegurar que la cosa no iba de partidos. Tampoco de egos. Que lo importante era el diálogo con la ciudadanía.

El pretendido objetivo de esta “amplitud” del referido frente es permitir romper corsés y salir de cualquier categorización preestablecida. Sin embargo, aunque el término frente amplio no lo requiera, es imposible eludir a los partidos políticos y el papel que están destinados a jugar en este proyecto.

La propia Díaz ha hablado en varias ocasiones de las formaciones y, de forma más precisa, ha apuntado que el ensimismamiento con la denominada organicidad puede ser contradictorio con la puesta en marcha de su plataforma.

A día de hoy se sabe que el objetivo de la ministra de Trabajo es el de poner en marcha en 2022 un proceso de escucha de la sociedad civil que le permita articular un proyecto de país, alejado de momento de siglas y de estructuras partidistas.

En este sentido, Díaz ha procurado distanciarse de las batallas y las dificultades relacionadas con lo “orgánico” de las formaciones políticas. En este sentido, la vicepresidenta ha defendido que “hay que deconstruir a Maquiavelo, que definía un poder muy jerarquizado. Los partidos son una cosa muy pequeña en nuestro país, y hoy son un obstáculo. Las construcciones sociales son de la gente y deben ser de otra manera“.

Para algunos, este distanciamiento de las formaciones políticas no supone una impugnación del sistema ni que Díaz aspire a revolucionar las estructuras partidistas, sino que responde más bien al objetivo de la vicepresidenta de poder crear el escenario adecuado para un debate de contenidos políticos que no gire en torno a cuestiones como las listas electorales o el nombre concreto que debe llevar una candidatura.

Para los expertos en la materia, el debate generado en torno al papel de los partidos en el frente amplio de Yolanda Díaz, lejos de ser una novedad, es un tema “recurrente“.

Hay quienes consideran difícil pensar en una plataforma en la que los partidos estén en un plano totalmente secundario y solamente le aporten la parte de movilización y estructura sin los costes que normalmente esto involucra.

En este sentido, la construcción de este frente amplio, más que una coalición o suma de siglas, parece un intento de superación de los límites electorales que las siglas partidistas han fijado. Puede tratarse de un intento de sortear los procedimientos de la organización interna de los partidos para construir, desde arriba, por aclamación popular, una nueva máquina de guerra electoral.

Yolanda Díaz es la líder política mejor valorada en España y diferentes sondeos estadísticos dan fe de ello. Según los últimos estudios realizados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la actual vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, es la dirigente mejor valorada por los españoles, obteniendo una nota referencial de 4,6 puntos.

Díaz supera así al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el cual saca un 4,2, y a Íñigo Errejón (Más País), que también llega al 4,2, en la pregunta mensual sobre valoración de líderes políticos del barómetro del CIS.

El posicionamiento de Yolanda Díaz se debe al estilo de su praxis política, la cual, parte de la premisa que la sociedad necesita certidumbre y apartar los conflictos. Con base en eso, propone una manera distinta de llevar los asuntos públicos.