El rey está desnudo: Felipe VI se hunde en audiencia
El discurso de navidad del rey Felipe VI, siendo su octava alocución fue uno de los menos vistos desde que comenzara su reinado en 2014
El pasado 24 de diciembre, el tradicional discurso de navidad del Rey Felipe VI nuevamente fue el centro del análisis político. Se trató de un mensaje anual en medio de la polémica auspiciada por la situación del Rey emérito, el cual, por segundo año pasará la Navidad en su exilio en Emiratos Árabes Unidos.
El exilio voluntario del rey emérito Juan Carlos I por los escándalos de tráfico de influencias, malversación de fondos y fraude fiscal; las infantas Elena y Cristina, además de su vacunación en Dubai entre muchas otras acciones, son cuestionamientos a la legitimidad de la monarquía.
No cabe duda que la percepción de la población ha cambiado en tiempo, teniendo valoraciones que descalifican la actual posición de la monarquía y sus muestras de debilidad estructural, paso previo a la ruptura de un sistema arcaico, que debe ser superado en favor de unos esquemas que garanticen plenos derechos y deberes ciudadanos.
En función de lo anteriormente expuesto, es el más reciente discurso de navidad del rey Felipe VI, siendo su octava alocución fue uno de los menos vistos desde que comenzara su reinado en 2014. Según datos de Barlovento Comunicación, registró una audiencia media de 7.933.000 espectadores y un 64,1% de cuota de pantalla.
Pierde el discurso 2,8 millones de espectadores respecto al de 2020, el más visto de su reinado, que aglutinó a 10,76 millones y logró un 71% de cuota de pantalla. Es uno de los menos vistos desde 2014, ya que solo en 2016 logró una cuota de pantalla menor: 57,6% y 5,82 millones de espectadores.
El consumo total de televisión fue de 12,3 millones y desciende 4 millones en la comparación con 2020, lo que supone una bajada del 25 por ciento, según datos facilitados por Barlovento Comunicación.
Los datos reflejan que los segmentos demográficos donde el mensaje navideño del Rey tuvo mayor seguimiento son entre las mujeres, los mayores de 45 años y las regiones de Aragón, Murcia y Castilla La Mancha.
Durante los días previos al discurso del rey, las expectativas de los ciudadanos no eran muy altas. En la referida emisión decembrina, como era de esperarse, Felipe VI no condenó las corruptelas de su padre, Juan Carlos I en torno a sus estrechos lazos con la realeza saudí, con la cual le llevaron en numerosas ocasiones a actuar como intermediario a favor de los intereses comerciales españoles en la región.
Tampoco Felipe VI habló sobre los más de los ocho millones que el Gobierno asigna al presupuesto de la Casa Real. Asimismo, algo que siempre se extraña en el discurso real, es el abierto rechazo al fascismo que históricamente se representa dentro de la monarquía en el marco del pasado franquista de España, pasado que, en realidad, nunca desapareció.
En otro orden de ideas, no hubo por parte del monarca una condena pública contra los actos de crispación social de la ultraderecha española, la cual, se basa en una praxis política que procura generar discursos hostiles que denotan un intento de hacer rutinario el odio dentro de la población.
Hasta hace relativamente poco tiempo la gente no se atrevía a reclamar públicamente, mucho menos cuestionar, la conveniencia de financiar con sus impuestos una figura real que más allá de simbolizar “unidad”, pareciera ser fuente perenne de división.
El pasado 12 de octubre se constató que la legitimidad de la monarquía continúa erosionándose, un año después de que se publicara el primer estudio de la consultora 40dB, el cual ha sido impulsado por la Plataforma de Medios Independientes.
Con base al estudio estadístico, se determinó que el 43,8% de los encuestados defiende la necesidad de celebrar un referéndum sobre la forma de Estado, frente a un 36,1% que lo rechaza. Si hoy se celebrase dicho referéndum sobre el modelo de Estado en España, ganaría la República con un 39,4% de apoyos frente a la monarquía, con un 31%.
Son dos de los principales resultados obtenidos en la segunda encuesta sobre la monarquía, lo más concluyente de este sondeo, es el continuo y progresivo deterioro de la monarquía a ojos de la población española.
Los nuevos tiempos de España exigen que el gobierno ejerza el poder de acuerdo al concepto de Estado de derecho y que esté sujeto a un amplio control por parte de la ciudadanía. Cabe resaltar, que en la actualidad el espíritu republicano está ganando cada vez más fuerza en España, y con una Consulta Popular se puede vislumbrar la instauración de una República plurinacional y solidaria.
Para trasformar el contexto dinástico, se debe procurar un sistema que, concede a sus ciudadanos amplias libertades, igualdad política, control sobre las políticas públicas y sobre los decisores mediante legítimo y lícito funcionamiento de las instituciones. Este régimen satisfaría expectaciones ciudadanas respecto a la gobernanza que requiere.