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De guatemala a guatepeor: Los dos caminos de Felipe VI sobre el regreso de Juan Carlos I

El escándalo en la monarquía continua, esta vez con el supuesto regreso del Rey Emérito tras su investigación. Hoy, el Gobierno se lava las manos y le deja la decisión a Felipe VI.

Ahora, el Gobierno de España deja en manos libres a Felipe VI para tomar una decisión que puede inevitablemente afectará su imagen.

No importa cual alternativa elija puesto que todas desencadenarán un mismo efecto efervescente y arrasador que se ha ido gestando.

Más aún recordando que ya es una tendencia abismal el que los ciudadanos prefieran el modelo de la República, aspirando a la abolición de la monarquía.

El escándalo sigue en pleno apogeo. Mientras que en la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, dejó claro que el Gobierno “no presionará“.

No nos corresponde. Seremos respetuosos con la decisión que se adoptará en la Casa Real al respecto de su vuelta”, señaló ante la pregunta de la prensa.

Esto, por supuesto, debido a que los datos demuestran que tuvo, durante años, una fortuna opaca en Suiza y otros regalos multimillonarios de procedencia árabe.

Sin que los españoles supieran, omitiendo el hecho de que tenía posesión sobre cantidades tan exorbitantes provenientes del arca nacional, rodando los 65 millones de euros.

Cabe recordar que cuando el rey Juan Carlos abandonó España, en agosto de 2020, el Gobierno sí estuvo detrás de la decisión y la respaldó.

Por ende, el escándalo se hizo insoportable para La Zarzuela y Felipe VI, respaldado por el Ejecutivo, animó a su padre a salir del país.

Así que el monarca decidió quedarse en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos), donde reside desde entonces.

Desatando una crisis interna en el Ejecutivo nacional, puesto que Pablo Iglesias y sus afines protestaron ante Sánchez.

Esta se presenta como su oportunidad de remedirse, lavándose las manos como Poncio Pilatos, dejándole la responsabilidad a Felipe.

De esta manera, mayormente el PSOE quiere dejar muy claro desde el principio que la decisión es de su hijo como jefe de Casa del Rey y que el Ejecutivo la respetará.

Sin embargo, el ojo del huracán del problema político que supone el regreso de don Juan Carlos no se ha resuelto.

El rey no salió del territorio por los avances judiciales, sino por las informaciones periodísticas que daban detalles del escándalo y seguían creciendo.

Por otro lado, en la información publicada por Vozpópuli el pasado 24 de noviembre, se apuntaba que el regreso de Juan Carlos I dependía de dos aspectos.

Entre ellos: el visto bueno de La Moncloa y de la decisión de la Fiscalía del Tribunal Supremo sobre el archivo o la prórroga de la investigación contra el exmonarca.

Dos caminos, un mismo resultado

Casos como estos desatan controversias y también dividen perspectivas. Así que el debate sobre el futuro del Rey Emérito y la Monarquía se trasladó a todos los grupos.

Felipe VI tiene dos alternativas en la mesa, las cuales de una u otra forma le afectarán directamente.

  • Decirle “no” a su entrada, ya que no está dispuesto a ensuciar mucho más su imagen, que de por sí quedará lastrada por la corrupción.

Y todo lo que implica su deuda con la justicia, llevándolo a admitir indirectamente que conoce las circunstancias sin dar la cara por ello, oscureciendo más la monarquía.

  • Darle el visto bueno, otorgar el permiso para que ingrese a España, aunque desencadenará un torbellino de críticas.

Todos saben que el rey Juan Carlos es un corrupto, así que la izquierda se unirá para que comparezca ante los tribunales correspondientes.

De igual manera, afectará la imagen de la institución, debilitando el poco sector que sigue apoyando la permanencia del sistema.

Porque ha quedado claro en los sondeos que la mayoría de los españoles prefieren la República, acentuando la brecha.

Desde un primer momento, Unidas Podemos se desmarcó del PSOE, al mantener su acusación de “corrupto” sobre Juan Carlos I y pedir un cambio.

Mientras que, los socialistas del Gobierno redirigió su tono, porque hace poco, Pedro Sánchez, utilizaba palabras muy duras para referirse al rey.

Siento el mismo rechazo que la mayoría de la ciudadanía española ante estas conductas incívicas”, llegó a decir el jefe del Gobierno.

Además, en varias entrevistas insistió en que el rey emérito debía “dar explicaciones” por su fortuna opaca.

Por otra parte, el resto de los partidos, los que están más inclinados en el espectro de la derecha, mostraron claras diferencias en su opinión frente a la polémica.

El PP, Ciudadanos y VOX insistieron abiertamente en que don Juan Carlos debería volver a España si así lo desea.

Y el que se expresó de manera más contundente fue precisamente Unidas Podemos.

Recalcaron que la decisión de la fiscalía suiza “no cambia nada” y mantuvieron sus duras acusaciones.

Todo esto, recordando que el 2 de diciembre, 15 días antes de que terminara el plazo para entregar los datos de Juan Carlos I, la Fiscalía decidió prorrogar seis meses la investigación.

La medida, esperada por La Moncloa y por Zarzuela, ha levantado una sombra en el entorno de Juan Carlos I.