Ecuador inicia el 2022 con más guerra judicial
Para el neoliberalismo en Ecuador, no ha sido suficiente con la persecución a Correa ahora el objeto directo es el SUCRE.
Para el neoliberalismo en Ecuador, no ha sido suficiente con la persecución a Correa y a Jorge Glas. El Lawfare o guerra judicial se extiende, ahora el objeto directo es el Sistema Unitario de Compensación de Pagos (SUCRE), aunque el fin último sea el mismo de siempre, acabar con el Correísmo.
Fernando Villavicencio es la pieza más importante de todo un juego que vuelve a involucrar a la Fiscal General, Diana Salazar Méndez, operadora de la trama judicial que mandó al exilio a Rafael Correa, y mantiene a Jorge Glas preso, sin garantías para su vida.
La también conocida como fiscal 10/20, por sus bajas calificaciones para optar al cargo, inició un proceso judicial contra el SUCRE destinado a validar las investigaciones del Asambleísta Fernando Villavicencio, en donde, con pruebas poco o nada sólidas, se vincula a la presidencia de Correa con Alex Saab, un diplomático venezolano preso en EEUU.
Villavicencio y la Comisión de Fiscalización
Es oportuno recordar, la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional, dirigida por Fernando Villavicencio, ha estado en el ojo del huracán por su interesada actuación en casos como el de Pablo Celi, la investigación a la directiva de la Asamblea Nacional, los Pandora Papers, y actualmente los negocios de Alex Saab en Ecuador.
La actuación de la Comisión varía según el afectado, en el caso de Pablo Celi, Contralor vinculado al gobierno de Lenin Moreno, la investigación se dilató hasta casi ser anulada. Las omisiones fueron señaladas por la Bancada de UNES, la cual tuvo además la tarea de presentar los argumentos contra Celi.
En el caso de Pandora Papers, Villavicencio también tuvo una actitud pasiva, un escándalo que sacudió las bases morales del Ecuador, pudo ser obviado por la Comisión de Fiscalización, pues el protagonista era Guillermo Lasso.
De hecho, el informe presentado por la Comisión de Garantías Constitucionales, tuvo en Villavicencio su principal detractor, encubriendo la falta al pacto ético cometida por Guillermo Lasso.
La frágil vinculación de Alex Saab con el Correísmo
Fernando Villavicencio, levantó una agenda mediática haciendo denuncias para introducir en la escena política del Ecuador el caso de Alex Saab, un proceso judicial que Venezuela califica de secuestro a un diplomático de ese país.
Villavicencio muestra documentos que prueban la existencia de empresas vinculadas con Saab y Álvaro Pulido, de ahí en adelante, la relación de estos empresarios con Rafael Correa, o Andrés Arauz, y la utilización del SUCRE para el lavado de dinero no son más que especulaciones.
Abierto el expediente contra el SUCRE
El siguiente paso está dado, la apertura del expediente 17101821123022 concreta la aspiración de Guillermo Lasso y de Fernando Villavicencio, un nuevo lawfare es un hecho.
Bajo el manto de la investigación al SUCRE y a la empresa Fogoclons, está escondida la intención real, “establecer responsabilidades de quienes supervisaban la estructura financiera del Ecuador”.
Ahí llegan a Arauz, el principal denunciante de la violación del pacto ético cometida por Guillermo Lasso, y comprobada documentalmente por el Consorcio de prensa Internacional.
El SUCRE, objetivo simbólico
Además de la oportunidad de una guerra judicial dirigida a anular a Andrés Arauz, otro golpe simbolice a la izquierda Latinoamérica está incluida en el arsenal que despliega el neoliberalismo, representado por Lasso y su operador Fernando Villavicencio.
El SUCRE, es simplemente un sistema de compensación de pagos. Cuando todavía no estaban tan en boga las criptomonedas, el SUCRE servía para facilitar los pagos en los intercambios económicos entre países, en la década de la primavera latinoamericana supuso un gran innovación.
Ecuador aprovechó este mecanismo y alcanzó cifras positivas de exportación, la economía ecuatoriana creció, y el SUCRE fue un instrumento como muchos otros, para lograr esa expansión.
Pero el neoliberalismo está claro en sus objetivos, el principal, es eliminar políticamente a todos los adversarios, y enterrar simbólicamente al Correísmo en el imaginario colectivo del Ecuador.