Los bulos de extrema derecha que ponen en peligro la democracia
En los últimos meses, la difusión de información falsa y creación de bulos son las tácticas de la derecha, que están atentando contra la democracia y el periodismo profesional.
El periodismo actualmente está en manos del fascismo, porque sin ningún tipo de escrúpulos e interés por el bienestar colectivo, su objetivo es mantener el status quo a como dé lugar, y eso incluye los bulos.
De ahí que la derecha y la extrema derecha sueltan un bulo a través de sus redes sociales, el cual es recogido por los medios de comunicación afines a su ideología y lo difunden.
Una democracia no puede permitirse está actuación, puesto que divide aún más a la sociedad y coloca a conveniencia de las élites sus titulares, artículos y noticias.
Cuando, en realidad, el periodismo debe estar al servicio de la ciudadanía, manteniéndola informada y al tanto de todos los sucesos que son veraces, sin tergiversar o politizar.
Tal es el caso del último bulo formado en contra del Ministro de Consumo Alberto Garzón, quien solo ha sido atacado por su opinión sobre la industria cárnica.
Sin importar que un sistema como lo son las macrogranjas originan problemas ambientales y minimizan las ofertas de empleo.
También se han lanzado bulos en contra de Yolanda Díaz, en reiteradas ocasiones, desde su salto hacia la política nacional y el gran impacto que está teniendo su proyecto.
Irene Montero es otra de las líderes que recibió bulos tanto de su vida personal como por acusaciones absurdas por parte de la derecha, para conseguir desacreditarla.
Pero, es comentado y esparcido a más no poder porque favorece a los miembros de dicho sector, quienes pretenden mover todo según sus intereses.
Es fundamental que la ciudadanía pueda crear su opinión y posición sobre un tema, al ser informada de manera objetiva y equilibrada.
Por otro lado, está el hecho de que los bulos buscan forjar una realidad alternativa que podría asentar el machismo, el racismo y también impide el progreso.
Bulos sobre el 8M de 2018 y 2019
Durante la marcha del 8 de marzo de ambos años, en conmemoración al Día Internacional de la Mujer, se propagó una gran cantidad de información falsa.
Entre ella, que la Ministra de Igualdad Irene Montero, presentaba síntomas del Covid-19 y aún así asistió a la marcha, además de “basarse” en imágenes donde supuestamente se le veía tosiendo.
Por supuesto, esos vídeos fueron manipulados y alterados, ya que Montero hablaba con Boti García, directora de diversidad sexual y LGTB sobre la camiseta que llevaba puesta esta última.
En segundo lugar, está el bulo sobre que tres jóvenes habían sido agredidas por feministas radicales, en vista de que “se negaron a llevar un lazo con motivo del 8M“.
La situación fue denunciada por VOX, aunque la Guardia Civil confirmó que no se elaboró ninguna denuncia en la que se refleje una supuesta paliza a tres mujeres.
Al final, los acontecimientos fueron ampliamente difundidos por medios de comunicación afines a ese partido y políticos como Santiago Abascal y Jorge Campos.
Bulos que arremeten contra los MENAS
El término “MENAS” hace referencia a los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años que llegan a España sin ayuda ni cuidado de un adulto.
Es decir, son desplazados, y surgieron a partir del ámbito jurídico como una noción neutra, utilizados en los medios de comunicación y el relato político.
Sin embargo, detrás de este acrónimo se esconde la realidad de miles de niños y jóvenes que se forzados a migrar, debido a temores fundados como conflictos armados, violaciones de Derechos Humanos y pobreza.
Recorren las mismas rutas empleadas para la migración ilegal de personas adultas, exponiéndose a situaciones adversas y grandes peligros.
Al ser un grupo segregado y vulnerable, están constantemente expuestos a recibir ataques xenófobos por parte de la derecha, quienes los acusan de ser “mantenidos por el Gobierno“.
Si bien, una de las principales preocupaciones de estos menores es su futuro laboral, debido a que al cumplir la mayoría de edad pasan de estar tutelados por el Estado a una emancipación forzada.
Todo esto, sin tener medidas efectivas que garanticen su integración en la sociedad y en el campo laboral para generar su propio sustento.
Ser menor de edad e inmigrante son dos factores que se unen y complican mucho más sus circunstancias, añadiendo el hecho de que el sistema no se los pone fácil.
En reiteradas ocasiones demandan que se les otorgue un permiso de trabajo desde los 16 años, pese a que este documento actualmente solo es concedido de manera excepcional.
Al mismo tiempo, VOX siempre ha señalado que los MENAS generan una alta delincuencia en España, cuando es totalmente falso según las estadísticas oficiales.
Ellas muestran que no existe relación alguna entre el aumento de niños y adolescentes migrantes solos y el índice de delincuencia.
Donde sí existe una correlación es entre migrantes y dificultades de acceso a condiciones de vida dignas, porque muchas veces le son negadas por estos sectores.
Esta es su estrategia, hablar de los MENAS para evadir otras responsabilidades, sin importar que se trata de seres humanos, los cuales tienen derechos inherentes.
Los bulos que le son atribuidos aumentan la exclusión social a la que se ven expuestos, la falta de vías legales y seguras para entrar en el país y la irresponsabilidad institucional.