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Nicolás Maduro: las claves geopolíticas de su respaldo a Rusia

A lo largo de su historia, las relaciones bilaterales entre ambos países siempre han estado transversalizadas de alguna manera por sus intereses geopolíticos.

El pasado martes 1 de marzo de 2022 el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro converso vía telefónica con su homólogo ruso Vladímir Putin. En dicha comunicación, el mandatario venezolano ratificó su irrestricto apoyo a la Federación Rusa en el marco de su conflicto con Ucrania y la OTAN

Asimismo, Maduro hizo un llamado a contrarrestar de manera férrea la campaña de desinformación sobre la operación militar especial que Rusia ha empleado en el Donbás. Según la Embajada de Rusia en Venezuela, el presidente del país caribeño también condenó las actividades desestabilizadoras del Gobierno de Estados Unidos (EEUU).

La Embajada añadió que ambos mandatarios conversaron temas de actualidad, el avance de la alianza estratégica entre Venezuela y Rusia, así como el desarrollo de proyectos conjuntos, y reiteraron que continuarán el contacto bilateral en varios niveles.

Dicha posición por parte de Venezuela está condicionada por una larga y dinámica historia diplomática con la nación eurasiática. Tal relación tiene sus orígenes en el siglo XVIII, a raíz de los acercamientos del prócer de la independencia Francisco de Miranda con Catalina La Grande de Rusia.

A lo largo de su historia, las relaciones bilaterales entre ambos países siempre han estado transversalizadas de alguna manera por sus intereses geopolíticos. Asimismo, han buscado contrarrestar la influencia de potencias hegemónicas en sus respectivos tiempos.

En el contexto de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), los acercamientos con Venezuela estuvieron asociados con la creación del Partido Comunista de Venezuela (PCV), organización política que tuvo un alto impacto en la historia moderna del país sudamericano.

Sin embargo, no fue si no hasta la llegada a la presidencia del Teniente Coronel del Ejército Hugo Chávez, cuando se da inicio a un giro radical a las relaciones entre Rusia y Venezuela. A partir de su gobierno se entretejen una sólida alianza en diferentes aspectos, tales como: energéticos, geopolíticos, diplomáticos y de cooperación militar.

En 1998, tras el triunfo electoral de Chávez, candidato antisistema que enarbola las banderas del bolivarianismo, comienzan las trasformaciones en el país que pulverizan a los partidos tradicionales. En este sentido, se conduce la política exterior venezolana a una ruptura de la dinámica diplomática de los últimos 20 años, donde se mantuvo bajo la influencia de la Casa Blanca.

A casi 10 años de la llamada “caída del telón de acero” la orientación de la diplomacia venezolana era trabajar en contra del mundo unipolar para crear las condiciones de la multipolaridad. Esto rápidamente llamó la atención de las potencias emergentes del momento, en especial Rusia y China.

En la Asamblea General de la ONU del año 2000 se lleva a cabo el primer encuentro bilateral entre el presidente Hugo Chávez y el presidente Vladímir Putin. Dicho encuentro representó el inicio de una sólida relación de cooperación que se vio concretada fundamentalmente en los ejes militares, energéticos y geopolíticos.

A raíz de este encuentro inicial, el presidente Chávez realizó ocho viajes a Rusia en nueve años, todos con el objetivo de reforzar la alianza entre ambos países y consolidar una relación geopolítica de contrapeso a Washington.

Por su parte, Rusia también se sentía atraída hacia el potencial geoestratégico de Venezuela. En este sentido, las relaciones entre ambos países supusieron un intenso intercambio en los ámbitos: económico-comercial, científico-técnico y, por último, la esfera militar y geopolítica.

Esta relación ha sido enérgicamente mantenida en la gestión del presidente Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez en la presidencia. En este sentido, incluso Maduro se ha propuesto entrelazar aún más los lazos entre ambas naciones en todos los ámbitos posibles.

En el ámbito económico-comercial, privan las inversiones, activos e intereses de la energética rusa Rosneft, como de Gazprombank, asociados al tema petrolero, con una fuerte presencia en todas las empresas mixtas que comparte con la estatal petrolera venezolana PDVSA.

Por otro lado, en el ámbito científico-técnico, se ha otorgado becas Gran Mariscal de Ayacucho para estudiantes de nivel universitario al extranjero, un significativo número de venezolanos han cursado estudios de licenciatura, postgrado y doctorado en universidades y centros científicos de Rusia.

Si un ámbito ha dinamizado el posicionamiento geopolítico de Venezuela en la región, ha sido el de defensa. En este sentido, indiscutiblemente Rusia pasó a ser el más importante proveedor militar de Venezuela, modernizando casi todos sus sistemas de defensa y suministrando a esta nación armas y equipos de indiscutible calidad puesta en combate en diferentes zonas de conflicto.

Asimismo, han provisto a Venezuela de gran operatividad, así como de las características tecnológicas más avanzadas en la región al compararla con sus posibles adversarios en el terreno militar.

A día de hoy, la Federación Rusa se ha convertido en el más importante aliado estratégico de Venezuela y el de mayor peso internacional, donde mantiene una firme posición de veto a las propuestas impulsadas por los EEUU para la remoción de Nicolás Maduro de la primera magistratura venezolana.

Al respecto, el jefe de Estado venezolano ha llevado a cabo sus máximos esfuerzos diplomáticos en apoyar a Rusia en la crisis ucraniana, donde “subrayó la importancia de contrarrestar la campaña de mentiras y desinformación desatada por los países occidentales“. De igual forma, le expresó a su homólogo ruso la “firme disposición en favor del entendimiento y el diálogo, como vía para la preservación de la paz“.