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3 íconos intelectuales y artísticos comunistas

En la historia se han destacado diversos íconos por ser comunistas, pero estos tres lo hicieron por su aporte al arte y la filosofía.

El Partido Comunista es el representante internacionalista de la vanguardia obrera y el defensor de los ideales de justicia e igualdad. Por tanto, a lo largo de los años, ha ido echando raíces en distintos Estados, logrando diferentes objetivos y enriqueciendo la ideología conforme se desarrollan las sociedades del mundo, marcando una pauta con estos tres comunistas.

Este aspecto condujo a lo inevitable: acoger a importantes artistas e intelectuales que pertenecieron de una u otra forma a dicha formación política, o al menos llevándolos a profesar ciertas ideas de la doctrina comunista forjada por Karl Marx. Así como en todo, estas ideas encontraron refugio en diversas manifestaciones como novelas, poemas, textos intelectuales, pinturas, canciones y otras formas de expresión del ser humano.

Por tal motivo, en este apartado se destacarán tres figuras que son íconos universales por su contribución intelectual o artística, los cuales probablemente ya conocías, pero no sabías de su respectiva inclinación por el comunismo.

Frida Kahlo

Esta artista nació el seis de julio de 1907, tres años antes de la Revolución Mexicana, sin embargo, ella siempre narró su vida partiendo de la idea de ser “hija de la revolución“, por lo cual se hacía llamar irreverente y revolucionaria. Fue así como, Frida a los diecisiete años perteneció a la juventud comunista de México y se convirtió en una orgullosa activista del movimiento nacionalista en pro de los campesinos y obreros mexicanos.

Posteriormente, en 1929 contrajo matrimonio con el muralista Diego Rivera, un hombre que compartía su afinidad política por el marxismo, ya que era miembros del partido desde hacía unos años atrás. Eso le permitió forjar su pensamiento frente a la igualdad de derechos para la mujer, y el poder de ellas sobre su propio mundo, premisas que la proyectaron como una referente del feminismo, no solo en contra del sistema patriarcal y machista de su país, sino del mundo entero… hasta que se habla de su relación conyugal disfuncional.

En su arte, que es denominado “socialista”, edifica una forma de pensar, a la vez, de fomentar criticidad en una sociedad capitalista, consumista y progresista. También, la mexicana buscaba representar su propia realidad, la cual coopera con la educación como una función social y cultural, y con ello, se garantiza una nueva relación entre la artista y el colectivo.

Quedó evidenciado a través de “el corsé” que usó, incorporando la hoz y el martillo como símbolos de la ideología, porque buscaba enfatizar su afición con los fundamentos socialistas y participante activa del movimiento comunista mexicano. Kahlo afirmó que reflejaba una lucha entre sus emociones internas y la realidad política mexicana, porque ella misma se veía como un personaje revolucionario.

Jean Paul Sartre

Sartre fue un reconocido escritor y filósofo que pasó la mayor parte de su vida dividido entre la ética de las convicciones fuertes —a las que no quería llamar verdades— y la ética de la responsabilidad en la cosa pública, responsabilidad que no consideraba exclusiva de los políticos.

Lo cierto es que este intelectual estaba comprometido con la causa de la libertad y era entusiasta de la política, pese a no tener ninguna preparación académica en ese ámbito y tampoco relacionó análisis de política en lo que se entiende como teoría hoy en día.

Pero sostenía que: “todo anticomunista es un perro” y nunca fue considerado como un militante del partido, pero en reiteradas ocasiones tuvo encuentros cara a cara con el partido para demostrar que no era un intelectual burgués sino un soldado disciplinado al servicio del proletariado, porque no tenían la conciencia de la clase obrera.

No obstante, la Segunda Guerra Mundial le cambió en esto y fue en los años que transcurrieron posteriormente, cuando, tras el fracaso en la construcción de una ética, Sartre daría concreción a su moral de la ambigüedad a través de un extenso diálogo con el marxismo y con el movimiento comunista, donde perfiló su posición política.

En aquella época, para muchos de los jóvenes revolucionarios, Jean-Paul Sartre fue el iniciador de un marxismo renovado, de un marxismo existencial que prestaba atención a la antropología y al papel de la subjetividad en la historia; y fue visto al mismo tiempo como uno de los exponentes principales de la otra política internacional, atenta a la liberación y autodeterminación de los pueblos que se estaban librando del yugo colonial.

Gabriel García Márquez

El escritor colombiano nunca ocultó su simpatía al gobierno cubano, donde era considerado “como una especie de ministro de cultura, jefe de cinematografía y embajador plenipotenciario, no del Ministerio Relaciones Exteriores, sino directamente de Castro“. Es por ello que García Márquez quería que el mundo fuera socialista, porque creía que tarde o temprano lo sería y, en una entrevista de 1971, dijo: “Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina, y que hay que tener una militancia más activa“.

Sin embargo, no se puede negar que el escritor siempre estuvo muy comprometido políticamente. Incluso ejerció como mediador en los procesos de negociación entre el gobierno de su país y las guerrillas FARC y ELN. Esto sucedió por primera vez en las conversaciones de paz en 1985, cuando el entonces Presidente Belisario Betancur inició un proceso de negociación, que se saldó con la entrega de armas de uno de los bandos.