La izquierda en Latinoamérica: unos van a Chile, otros a Venezuela
Un forcejeo de modelos declarado por Chile pretende dividir a la izquierda latinoamericana, algunos manifiestan su preferencia públicamente, otros se desmarcan.
Existen dos tendencias claras, la izquierda más roja, y otra un poco más rosada. La izquierda en Latinoamérica tuvo en su momento de mayor auge estas dos facetas, con Brasil y Argentina, por un lado, y Venezuela, Bolivia y Cuba por el otro, con uno que otro invitado como Ecuador, que finalmente cayó en el error de la alternabilidad obligatoria, y abrió paso a la traición.
Pero actualmente Chile, que presencia un nuevo ascenso de la izquierda al poder con Gabriel Boric, pretende erigirse en una alternativa que desecha la apuesta antiimperialista, es una izquierda alineada a los EEUU, que etiqueta como fracaso las gestas de Venezuela, y Nicaragua, ambas, sometidas al bloqueo norteamericano.
Mientras el joven presidente de Chile gira invitaciones por toda Latinoamérica, y el mundo, convocando a líderes como Lula Da Silva de Brasil, y Pepe Mujica, de Uruguay, otros como Evo Morales, y Rafael Correa, visitan Venezuela en el marco del V Congreso de Partido Socialista de Venezuela.
Quienes si acompañaran a Boric, serán el Rey de España, Felipe de Borbón, el candidato a la presidencia de Colombia, Gustavo Petro, y el presidente de Perú, Pedro Castillo, entre otros líderes políticos de menor influencia.
Se trata de eventos de distinta envergadura, pero es evidente que la escena política latinoamericana, tiene entre sus principales puntos de reunión a Venezuela, y a Chile. La medición de fuerzas es ineludible.
Gracias, pero no, gracias
Gabriel Boric espera con entusiasmo su ascensión oficial al poder en Chile. A su cargo, tiene 26 invitaciones que ha aprovechado para convocar a figuras de la izquierda como Álvaro García Linera de Bolivia, a quien profesa pública admiración.
Pero ha decidido no invitar a Nicolás Maduro, y tampoco a Daniel Ortega, el gesto es interpretado como un desconocimiento a ambos gobiernos, y es posible que Boric reconociera a Juan Guaidó, el “presidente parcial” de Venezuela, ahora desconocido tácitamente por los propios EEUU, que ya negocian con Maduro su seguridad energética.
La invitación girada a Luis Inacio Lula Da Silva, ha sido rechazada con mucha delicadeza, mostrando “agradecimiento por el gesto”, parece que por ahora, Lula no participará del “interesante eje”, que mencionó Boric en su polémica entrevista a la BBC de Londres.
Venezuela resiste e insiste
El cisma abierto por la derrota de Barinas, obligó a la izquierda venezolana a revisarse. De igual forma, el escándalo de las diputadas detenidas por narcotráfico, terminó de encender las alarmas dentro del PSUV.
Después de abrirse procesos de consulta a varios niveles, la dirección nacional del PSUV, convocó al V Congreso del Partido, al cual asistieron más de 2 mil 400 delegados que representaron a todos los territorios del país y a los sectores que componen este partido de masas.
A la cita en Caracas asistieron el expresidente de Ecuador Rafael Correa, el expresidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, así como otros intelectuales como Katu Arkonada y el eurodiputado Manu Pineda, también personas influyentes de Centroamérica como la Diputada salvadoreña Nidia Díaz.
Venezuela es un referente de la izquierda al cual Gabriel Boric, y Gustavo Petro critican constantemente y del que pretenden desligarse. No obstante, Nicolás Maduro y el chavismo siguen convocando a la izquierda latinoamericana, que se solidariza con la Venezuela bloqueada y atacada económicamente por los EEUU.
En Venezuela no solo se abrió el espacio de debate para los delegados del PSUV. La Unión de Comuneros realizó al mismo tiempo su Congreso Fundacional, en las instalaciones de la Comuna El Maizal ubicada al occidente del país.
No es un asunto solo de convocatorias
Los pronunciamientos públicos también se miden. La tendencia a suavizar la influencia del imperialismo en las fallas de los modelos económicos alternativos, recibe contundentes respuestas de quienes han probado el trago amargo de la injerencia.
Cuando Gabriel Boric afirmó que Venezuela era una experiencia fracasada y que “prueba de ello era la diáspora”, Rafael Correa llenó los vacíos en el planteamiento del presidente electo de Chile.
“¡A Venezuela le impiden vender su petróleo! ¿Cuántos chilenos estarían en la diáspora si le impidiera vender el cobre a Chile? Es como encontrar un ahogado encadenado, y decir que murió por no saber nadar”. Declaró el exmandatario ecuatoriano.
Por su parte, el fundador de Perú Libre, Vladimir Cerrón, saludó públicamente la celebración del V Congreso del PSUV, y al igual que Evo Morales, respalda la lucha antiimperialista de Venezuela.
Bolivia es el faro
No se trata de un punto medio, sino la acumulación de una serie de lecciones como las que dejaron el golpe de Estado de 2019, y los episodios de injerencia que desestabilizaron a Bolivia.
Por ello, este país suramericano prioriza la estabilidad política y para ello la consolidación de un modelo económico alternativo que no descarta la inversión extranjera, pero que mide muy bien la distribución de la riqueza en función de garantizar el bienestar colectivo.
La firmeza de Luis Arce, ha servido para prolongar la experiencia que crearon Evo Morales y Álvaro García Linera, y comienza a erigirse como un punto de convergencia de la izquierda latinoamericana.
El objetivo debe ser la unión
Por encima de las diferencias, y las gradaciones de color, el objetivo tiene que ser la unión latinoamericana.
La creación de un bloque alternativo no puede ser excluyente, Chile, Brasil, Colombia y Perú no pueden ir por una parte y Venezuela y Nicaragua por otra. Estas fracciones solo contribuyen a mantener la hegemonía de los EEUU, un país en clara decadencia que, con su fragilidad, amenaza con secuestrar los recursos naturales que abundan en el continente.