Precios de Guerra IV: remedios temporales a la crisis energética
El conflicto mundial y la crisis energética que representa la guerra entre Rusia y Ucrania llegaron para acentuar las desigualdades.
La crisis energética comienza a hacer estragos en la estabilidad social. El alza de los precios de los combustibles producto de la guerra Rusia–Ucrania, provoca sismos sociales en algunos, mientras otros procuran suavizar el impacto haciendo uso de sus reservas.
EE.UU. y la Unión Europea refuerzan las sanciones contra Rusia, y en respuesta a las restricciones anunciadas por Moscú relacionadas con el cobro en rublos, EE.UU. libera una cantidad importante de sus reservas petroleras.
Panorama de los precios
Los precios del petróleo West Texas (WTI), se encuentran en 96 dólares el barril.
El anuncio oficial de liberación de 120 millones de barriles, por parte de la Agencia Internacional de Energía (AIE), podría explicar este ligero descenso que consigue poner el barril de crudo, por debajo de los 100 dólares.
El petróleo Brent, bajó a 101 dólares el barril, con tendencia descendente. Por los momentos, los pronósticos fatalistas, que anunciaban un alza hasta los 300 dólares por barril, no se han cumplido, no obstante, la oferta petrolera sigue restringida, y se prolonga la crisis energética.
El suministro de EE.UU. no puede sustituir la oferta rusa
La oferta petrolera de la AIE, que se estima entre los 120 y 180 millones de barriles, no sustituye la oferta de Rusia, que ronda los 7 millones de barriles diarios.
La inserción en el mercado de un millón de barriles, por parte de la AIE, es insuficiente para siquiera mitigar la crisis energética, y solo consigue aliviar temporalmente la presión de los precios.
Los efectos embates de la crisis energética, se sienten en la cotidianidad de la mayoría de los países alrededor del mundo, el caos se percibe, sobre todo, entre quienes todavía no se recuperan de los embates de la pandemia del Covid-19.
Los efectos
El alza en el precio de los combustibles afecta el transporte de carga y de personas. Crisis como el paro de transporte en Perú, que coloca en vilo a Pedro Castillo, son una muestra de los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania.
Por otro lado, algunos expertos afirman que la “transición energética”, se acelera con el advenimiento de la guerra.
El portal Sputnik Mundo, destaca que el conflicto entre Rusia y Ucrania podría significar a largo plazo la sustitución de los combustibles fósiles por energías limpias, “verdes o sustentables”. En este contexto, es probable que acelere el cumplimiento de la agenda cero emisiones 2050 de la ONU, dirigida a consolidar una nueva matriz energética.
Los principales sustitutos de los combustibles fósiles, serían la energía solar, y la energía eólica.
Para la movilización, los automóviles eléctricos serían el principal vehículo en un futuro próximo.
La posible trampa
La riqueza actualmente sigue estando ligada al comercio y uso de los combustibles fósiles, por ende, no cualquiera podrá lograr la ansiada transformación de la matriz energética.
Por otro lado, la energía solar y eólica no son del todo limpias y tampoco tan eficaces, por ende su sostenibilidad sigue siendo cuestionable, en el entendido de que su renovación todavía depende de otros combustibles.
Tal es el caso de los automóviles eléctricos, que además de tener altos costos de fabricación, su recarga depende de la producción de energía eléctrica que en muchos casos proviene de los hidrocarburos.
La superación de la crisis energética está todavía lejos, y el conflicto mundial que representa la guerra entre Rusia y Ucrania llegó para acentuar las desigualdades.