Europa a merced del gas ruso: El rublo como arma geopolítica
El suministro de gas a los países europeos es de vital importancia para mantener su industria y para poder aguantar las embestidas del frío invierno.
La decisión de Rusia de suspender la entrega de gas a los países que se han negado a pagar los hidrocarburos en rublos, moneda oficial del gigante euroasiático, ha traído consecuencias en las economías europeas.
Distintos países están ante la una dura disyuntiva, los mismos se debaten entre mantener el suministro del gas desde Rusia o sumergirse en una de las peores crisis económicas de su historia. Las exigencias del Kremlin tienen dos objetivos fundamentales.
El primero consiste en evitar la devaluación de su moneda ante las sanciones económicas que afronta a consecuencia de la invasión a Ucrania. La segunda, trata de romper la unidad europea, que por los momentos se ha presentado como un solo bloque contra Rusia.
El suministro de gas a los países europeos es de vital importancia para mantener su industria y para poder aguantar las embestidas del frío invierno. Estas naciones se ven cada vez más en la obligación de abrir una cuenta en rublos en el Gazprombank con sede en Suiza, en lugar de pagar en euros o dólares como hasta hace un par de meses lo hacían con normalidad.
No han faltado voces de protesta frente a las condiciones impuestas por Rusia. En este sentido, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen ha declarado que las naciones europeas “no deben acceder a las demandas rusas. Sería un incumplimiento de las sanciones y un alto riesgo para las empresas“, advirtió en rueda de prensa después de que Gazprom cortara el suministro a Polonia y Bulgaria.
La dinámica de la guerra, así como los temores de su prolongación han llevado a los distribuidores de Alemania, Austria, Hungría y Eslovaquia a considerar ceder a las demandas de Putin. La cada vez mayor disposición de pagar en rublos ha levantado las cotizaciones de dicha divisa, la cual alcanza máximos desde noviembre de 2021.
La nueva perspectiva del rublo ha superado la fuerte caída que sufrió los primeros días del conflicto. Entre los países que han aceptado las demandas de Rusia se encuentra Hungría, quien pagará con rublos sus importaciones de petróleo y gas.
Al respecto el ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, defendió la decisión argumentando que “el 85% del suministro de gas” y “el 65% del suministro de petróleo” llegan desde Rusia. “¿Por qué? Está determinado por la infraestructura. No es por diversión, no hemos elegido esta situación“, dijo el funcionario.
El decreto por el que Rusia demandó que el pago del abastecimiento de gas se ejecute en rublos, entró en vigencia el pasado 1 de abril y deja a Europa frente a la posibilidad de perder más de un tercio de su suministro de gas, materia prima para la industria, la energía y el consumo particular.
La Federación Rusa por su parte da razones de su postura energética. “¿Qué está pasando realmente? Hemos suministrado a los consumidores europeos nuestros recursos, en este caso gas. Lo recibieron, nos pagaron en euros, que luego ellos mismos congelaron. En este sentido, hay muchas razones para creer que entregábamos parte del gas suministrado a Europa prácticamente gratis“, aseguró el presidente Vladimir Putin.
En la Unión Europea (UE) existe gran preocupación por la posible falta de gas en las temporadas de mayor demanda. Una emergencia de suministro obligaría a los gobiernos a racionar el gas en la industria para proteger el consumo de los hogares. Esto último traería como consecuencia una sensible alza en los precios que ya venían afectados desde antes de la invasión militar rusa a Ucrania.
Asimismo, Rusia pretende extender a otros productos básicos como fertilizantes o alimentos, de los que es un proveedor mundial clave. Por su parte, Francia asegura que tiene suficiente gas para el invierno y que se prepara para todos los escenarios; y Reino Unido insiste en que, bajo ninguna circunstancia, pagará en rublos.
Se prevé que para el segundo semestre del año diversos países europeos se declaren en emergencia energética. Ante de tales medidas Italia se declaró a la espera de que Gazprom se pronuncie antes de declarar cualquier alerta, igualmente Países Bajos, que tampoco planea impulsar ningún plan de crisis hasta que se encuentre ante una situación de racionamiento.
Bajo esta situación los países importadores deben encontrar una entidad bancaria que les permitan cambiar euros o dólares por rublos, una tarea demás complicada debido a que algunos bancos de ese país han sido bloqueados o eliminados del sistema Swift de pagos internacionales.
Sin embargo, aún con las sanciones estadounidenses, todavía existen bancos rusos que no han sido castigados del todo. De esta forma las sanciones aplicadas por el Tesoro de EE.UU., las cuales impiden las transacciones bancarias, contienen puntuales excepciones para los pagos de energía. Esto último se traduce en una concesión política a los aliados europeos que dependen mucho más del petróleo y el gas de Rusia.
Si occidente le paga a Rusia en rublos ayudaría al país euroasiático eludir las sanciones económicas al mismo tiempo que oxigena el rublo. Si bien para un importador podría ser más conveniente pagar con rublos, lo complicado será conseguirlos en un mercado que ha sido sancionado en un amplio espectro.