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La tercera vuelta francesa será de los insumisos

Como todo un político consumado, conocedor de su país, su partido y de los contrarios en competencia, Jean Luc Mélenchon informó su férrea y estratégica decisión de subir las apuestas.

Como todo un político consumado, conocedor de su país, su partido y de los contrarios en competencia, Jean Luc Mélenchon informó su férrea y estratégica decisión de subir las apuestas y buscar llegar a través del voto asambleario a primer ministro de la nación francesa.

En una alocución impecable, animosa y profundamente democrática, el representante de la izquierda francesa y  posible nuevo primer ministro, pidió a los franceses elegirlo para acompañar y hacer las veces de contrapeso del recién votado presidente Enmanuel Macron.

La larga historia republicana le ha permitido al Estado francés poseer una importante caja de herramientas tecno políticas de las que se sirve para ser una de las democracias más sólidas del continente europeo, y una de las más activas en cuanto a porcentaje de votantes.

Sus palabras “La tercera vuelta comienza esta noche”, fueron  el inicio de la convocatoria para la movilización del  bloque popular, estructura que le acompañó durante las elecciones presidenciales pasadas.

La justa democrática será el 12 y 19 de junio del presente año, fechas importantes para reorganizar y reconstituir un escenario favorable para la izquierda francesa y con ella avivar a la izquierda europea.

 

El objetivo estratégico

La razón fuerza que debe aglutinar la acción y la claridad de la unión popular, plataforma política de Jean Luc Mélenchon,  a de ser agrupar, conservar y ampliar el universo de votantes a favor de su propuesta histórica.

La base fundacional sin duda es Francia y la República, pero también Mélenchon incorpora en su narrativa el factor de cambio, de otro mundo posible; un elemento ideológico que atraviesa transversalmente la lógica de la izquierda planetaria.

La animosidad con la que encara Mélenchon esta nueva cita, representa para sus co legionarios un afluente de energía que debe ser conducido para lograr la mayoría parlamentaria.

Son 577 diputados que serán escogidos en su mayoría por dos grandes bandos en pugna y abiertamente opuestos en lo político ideológico. El grupo de Macron (269 escaños actualmente) que representa a las nuevas corrientes liberales revestidas de accesorios democráticos y una izquierda francesa con una personalidad y carácter histórico.

Del lado de la Unión Popular, una de las tareas que deben trabajar con una claridad esencial, es la recuperación del voto cooptado por la tolda de Marine Le Pen.

Muchos obreros de las franjas industriales y trabajadores del campo, acompañados de mujeres dedicadas a la faena del hogar, se vieron tentados por el discurso bifrontal de la representante del Frente Nacional francés.

Esa movilización del voto, más cercano al voto castigo que al voto consciente, es uno de los grandes retos del partido insumiso; el retorno de ese grupo de la población históricamente de izquierda que se vengó de la crisis sentida, detrás de la cortina en los centros electorales.

La democracia como régimen

Esa es al final la esencia de la democracia, la esencia de la lucha por la transformación, la necesidad de avivar las ideas y los cuerpos con la clara convicción de cambiar, de mejorar, de sumar.

La izquierda del siglo XXI tiene grandes desafíos por delante, mirar hacia dentro y corregir lo que sea necesario corregir.

Las elecciones presidenciales francesas, re significan  muchas  cosas para la actual política europea, incluida la española y sus próximos encuentros con el voto popular.

En los cercanos procesos de escuchas, parte de esas herramientas tecno políticas de las que hicimos mención deben ser bandera que se iza para convocar a la participación popular en los procesos medulares de la Nación.