Cultura del liderazgo: ¿A dónde vamos?
El liderazgo es uno de los temas más importantes para discutir y analizar, pero ¿sabes que existe una cultura sobre ello?
Hablar de liderazgo implica un sinfín de categorizaciones, características, elementos y procesos muy distintos que pueden variar tanto frente al individuo quien ejerce dicha función; o por la naturaleza de ese mismo fenómeno.
Pero lo cierto es que un líder es una de las piezas claves para construir estructuras sostenibles en el tiempo, que logren los objetivos y fomenten una cultura en la organización sea pública o privada.
Es casi que indispensable que quien posea el liderazgo en cualquier escenario, circunstancia o entidad pueda reforzar y promover los valores y, al mismo tiempo, responsabilizar a las personas para que funcionen correctamente como equipo.
Asimismo, tienen una amplia capacidad de influencia sobre los miembros del equipo, la cual puede desencadenar un efecto positivo o negativo según el estilo de liderazgo y la ejecución de estrategia que utilice.
Cultura de liderazgo
Diversos autores han discutido este término, que realmente hace referencia a la forma en que se hacen las cosas; es decir, de qué manera interactúan las personas, cómo se toman las decisiones en cualquier dimensión, las relaciones de poder y cómo se puede influir en la perspectiva de un tercero.
Por tanto, las propias creencias conscientes e inconscientes de los líderes impulsan las decisiones y los comportamientos. Esos mismos comportamientos repetidos se convierten en prácticas de liderazgo.
Es por ello que actualmente se cuenta con distintas tipologías de liderazgo que pueden variar según la dinámica que persista en ellos. A su vez las organizaciones que buscan adaptarse durante tiempos turbulentos.
Y también enfocarse en el camino de cambio a través de enfoques puramente técnicos como la reestructuración y la reingeniería. Así que es necesario que tengan las competencias para replantear los dilemas que aparecerán constantemente.
Sin embargo, cultivar esta transformación e incitar a la cultura del liderazgo es un proceso que lleva tiempo y esfuerzo, ya que una estructura no se convierte en eficiente, operativa y óptima de la noche a la mañana; por lo que es algo que requiere de persistencia.
De algunos catedráticos del tema, se pueden destacar tres sencillos pasos en los cuales coinciden que son importantes y sencillos de seguir para crear una cultura de liderazgo:
- Lo primero es trazar un objetivo a largo plazo, identificar a los miembros del equipo que tengan el potencial más alto para posicionarse como líder.
- El segundo paso es establecer planes concretos con metas alcanzables, debe ser algo realista para que las personas puedan visualizar cómo llegarán a cumplirlas.
- El tercer paso es hacer responsables a las personas del equipo para hacer que se sientan parte de los pequeños proyectos que constituyen los objetivos a largo plazo.
Los tipos de liderazgo más resaltantes
Uno de ellos es el de estilo democrático, por ser el más empleado en los últimos años; ya que el líder toma decisiones basadas en los aportes de cada miembro del equipo y aunque él o ella hace la decisión final. Cada involucrado tiene la misma opinión sobre la dirección de un proyecto. De esta forma, el liderazgo democrático es uno de los más efectivos.
Por otro lado, está el liderazgo autocrático, donde el líder toma decisiones de manera unilateral y arbitraria, porque no considera al resto de las personas que forman parte del grupo.
En ese mismo orden de ideas, se encuentra el liderazgo transformacional, que siempre está “transformando” y mejorando las convenciones de los entornos donde se desempeñan.
Ahí, las personas pueden tener un conjunto básico de tareas y objetivos que completan cada semana o mes, pero el líder los empuja constantemente fuera de su zona de confort y a reinventarse.
Y por último, dentro de los que se abordaron este apartado, están los líderes estratégicos, que se posicionan en la intersección entre las operaciones principales de la estructura y sus oportunidades de crecimiento.