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Yolanda Díaz, soltar amarras con el PSOE para renovar a España

Para que Yolanda Díaz logre ser una opción real en España, debe quitarse la amarra que significa estar al lado de Pedro Sánchez.

En la política como en el  deporte, el gran resultado esperado es lograr llevarse el primer lugar. El triunfo trae consigo desde un trofeo hasta poder llegar a dirigir los destinos de un país.

A pesar de lo postmoderno, irreal y superficial que puede ser hoy día nuestro mundo, aún es importante llevar las riendas de un territorio y tratar de construir un nuevo proyecto de Nación.

Este es el caso que nos trae hoy día. Hasta ahora el trabajo que ha llevado a cabo Yolanda Díaz es uno de los bastiones más importantes a la hora de mostrar gestión de este gobierno que transcurre.

El trabajo disciplinado, concentrado y oportuno de la experimentada política es sin duda de lo mejor que podemos ver de este gobierno de extracción izquierdista. Sin embargo, este escenario debe ser prontamente superado para que ella deje su papel de entrenadora y rápidamente logre ser quien levanta el premio, objeto del deseo de muchos a su alrededor.

Desligar

Es importante para los planes futuros de Díaz cultivar un espacio propio fecundo lejos de Pedro Sánchez y su sideral soberbia.

La izquierda española, paralizada y cansada hasta el hartazgo de promesas de futuro sin cumplir, necesita a rabiar  de una figura carismática, agitadora, creíble, revestida de legitimidad y sobre todo honesta.

Una dirección en y para la calle, para la gente y sus anhelos, lejos de las oficinas y sillones capitoneados.

El próximo proceso de escuchas ha de servir para no solo intercambiar y tejer en colectivo la hoja de ruta por venir; sino también para tomar rumbo propio, para insuflar de energías renovadoras a una izquierda que está ahí, expectante, llena de ideas que quieren ser plasmadas en la realidad.

De realmente querer tener en las manos la presidencia del gobierno, Yolanda Díaz debe dejar el juego de sombras que como en el boxeo solo sirve para llevar a uno solo al triunfo.

La capacidad de Díaz, su gente y su proyecto está llamada para cosas  sensibles y muy superiores a las de ser segundo violín. Lo más importante de esto, su olfato político lo reconoce.

Está en un excelente momento para seguir en solitario su propuesta. Las falencias del gobierno de Pedro Sánchez solo llevarán a la pérdida del poder por parte de los que como ella desean otro derrotero para el país.

Las medidas del actual presidente del gobierno parecieran estar destinadas a plagar, a propósito, de heridas y errores a la izquierda española ya golpeada por Castilla y Andalucía.

Al parecer el papel histórico de Sánchez es desterrar las ideas revolucionarias del imaginario ibérico.

Esto no puede ocurrir sin al menos dar la batalla desde un flanco más lleno de futuro.