¿Igualdad para qué? La Paridad de Género
El feminismo logró establecer una medida clave en las legislaciones de diferentes países: la paridad de género.
Uno de los logros que ha podido obtener el movimiento feminista en diferentes sociedades es la paridad de género en instituciones, organizaciones y estructuras tanto públicas como privadas. Estas garantizan una participación equitativa entre hombres y mujeres.
Este principio ha dado en el blanco al impulsar la igualdad en el acceso a puestos de representación. Muy especialmente en la política, donde siempre ha existido una brecha mayor entre ambos géneros por distintos motivos como los valores machistas, tendencias misóginas, etc.
Aunque muchos se han quejado porque “limita” las decisiones de los individuos y condiciona sus elecciones, este criterio estipulado por la legislación de cada país es necesario. El machismo es un problema sistémico, y por consiguiente, debe atacarse desde la raíz.
En diversos textos constitucionales queda de manifiesto que los partidos políticos deben promover y garantizar la paridad entre hombres y mujeres. Tanto en la integración y postulación de candidatos a los cargos de elección popular, como en las directivas de las mismas organizaciones.
ONU Mujeres
Las Naciones Unidas, como organismo internacional que impulsa y protege los derechos humanos de todas las personas, así como también es promotor de la paz y el diálogo, tiene una gran responsabilidad al liderar con su ejemplo. En su composición hay una participación igualitaria y activa de las mujeres en todas las categorías del sistema.
Por tanto, nació la iniciativa de ONU Mujeres, para así incorporar una perspectiva de género en las políticas y los programas de las Naciones Unidas. A su vez dirige, coordina e insta a la rendición de cuentas por parte de esta misma estructura. Todo para que exista una representación equitativa de las mujeres en los diferentes escenarios.
Es importante recordar que, la Carta de las Naciones Unidas, estipula que no establecerán restricciones en cuanto a la elegibilidad de hombres y mujeres para participar en condiciones de igualdad, y en cualquier carácter dentro de las funciones de sus órganos principales y subsidiarios. Tal como lo expresa su sitio oficial, en la Declaración Universal de Derechos Humanos se reforzó este principio, indicando que no puede haber ninguna distinción o discriminación por razones de sexo.
En el caso venezolano
Al menos en Venezuela, que tiene un escenario similar a otros países de América Latina al compartir ciertas creencias, existe un notorio historial de resoluciones del Consejo Nacional Electoral (CNE), en la que se han promulgado leyes que contemplan la paridad de género.
Por otra parte, al contar con una Constitución que establece el ejercicio en condiciones de igualdad de los derechos y libertades, se deberían visualizar dichos resultados en las cifras. Sin embargo, todavía persisten brechas significativamente amplias.
Lo cierto es que todavía mantienen a las mujeres al margen de los asuntos políticos del país. También de los espacios de toma de decisiones debido a cuestiones machistas que posee la sociedad, que es patriarcal a pesar de que algunas personas sostengan que es “un matriarcado social” debido a la ausencia de la figura paterna.
En Venezuela, los asuntos públicos han sido dominados por el género masculino. Estos conforman en mayor medida las élites políticas y económicas. De acuerdo con el estudio de ONU Mujeres “Mujeres en la política 2020″, Venezuela está en el puesto 90 de 190 países en relación al porcentaje de mujeres en el Parlamento.
Esto queda evidenciado cuando vemos la representación actual en la Asamblea Nacional. Las mujeres apenas constituyen el 22% del total de diputadas y diputados, siendo una cifra bastante clave.
De esta forma, el aumento de la participación de las mujeres en el parlamento venezolano y en otras instituciones, no es una política trazada por el Estado para lograr la paridad de género en los organismos. Es el resultado de una lucha histórica de las propias mujeres que ha costado mucho conseguir.
Estrategias de paridad
Tal como lo proponen las Naciones Unidas y otros organismos pertenecientes a la comunidad internacional, es clave establecer metas para alcanzar la representación igualitaria de mujeres y hombres. No se puede dejar todo al azar.
Por ende, los Estados deben asumir compromisos específicos y objetivos claros con sus sociedades. Deben estimular el liderazgo y rendición de cuentas, alta dirección, selección y retención de personal, creación de un entorno posibilitador, y operaciones en el terreno.