La canción semanal: “The Ladder” (Motorpsycho)
Motorpsycho han vuelto al estudio poco después de habernos obsequiado con su anterior trabajo. Ellos son los elegidos para protagonizar la sección de esta semana.
Motorpsycho están de vuelta pocos meses después de haber publicado su anterior Kings of Oblivion. Los noruegos se ve que no pueden estar demasiado tiempo quietos, y han traído un nuevo trabajo bajo el brazo. En esta ocasión, el título elegido es Ancient Astronauts.
En contexto
Para quienes no conozcan a esta formación, decirles que se formaron en 1989, en la localidad de Trondheim (Noruega). Desde entonces hasta nuestros días, han pasado por multitud de etapas. La mayoría de ellas se diferencian por la propuesta musical ofrecida, ya que no son un grupo fiel a un sonido concreto, sino que son más bien eclécticos. Ahora bien, siempre han mantenido su huella y carácter.
A lo largo de su carrera, han sido capaces de componer álbumes de indudable calidad en clave de rock alternativo, indie, stoner, pop rock, rock psicodélico y rock progresivo, entre otros. Esto significa que sus integrantes han sabido canalizar diferentes propuestas con mucha solvencia, demostrando su versatilidad y sus ganas por ofrecer diferentes trazos sonoros.
Además, tampoco es que hayan sufrido demasiados cambios en su formación para el espacio de tiempo que llevan trabajando. Desde sus comienzos permanecen Bent Sæther (bajo, voz principal, guitarra, teclados, etc) y Hans Magnus Ryan (guitarra, voz, teclado, etc). El puesto de la batería es el que más ha rotado, siendo ahora Tomas Järmyr su dueño desde 2017. Eso sí, para la ocasión y como viene siendo bastante frecuente, han contado con la colaboración del teclista Helge Sten, quien en su momento sí formó parte de la banda de forma permanente.
Nueva criatura
Con Ancient Astronauts han virado de nuevo hacia el rock progresivo, quizá en una proporción mayor que en Kingdom of Oblivion, estando algo más en consonancia con trabajos como el aplaudido The All is One de 2020. A cambio, han sacrificado parte de su carácter psicodélico, que lo sigue habiendo, pero en esta ocasión es como un barniz para el resultado final de la obra.
La obra se compone de cuatro piezas, una de ellas rebasando los 22 minutos de duración. Sin embargo, no he optado por dicha suite, ya que pretendo mostrar una parte de la esencia del álbum. Un mordisco más pequeño para tratar de atraer oyentes hacia su receta musical.
Es por ello que nos vamos a quedar con la composición inicial titulada “The Ladder”. Algo más modesta en extensión, pero con muchas de las virtudes del disco y de Motorpsycho.