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She Hulk: feminista, abogada y cómica

Jennifer Walters, She Hulk, es la estrella de una historia que nos trae Marvel con feminismo, abogacía y humor.

El universo cinematográfico de Marvel continúa haciéndose cada vez más extenso con el inicio de la denominada “Fase 4”. Esta será protagonizada por nuevos personajes heroicos, los cuales renovarán los antiguos liderazgos de Capitán América, Iron Man y Thor.

Si bien hemos discutido en varias ocasiones sobre las joyas que tiene —en películas y series—, esta vez nos involucramos con uno de sus proyectos más novedosos: “She Hulk: Defensora de Héroes”. Lo creemos conveniente porque ha sido blanco de numerosas críticas debido a tener ideas feministas y visibilizar muchas cuestiones que enfrentan las mujeres día a día.

No les mentiré, me emociona mucho este tipo de caracteres que intentan balancear ambas vidas: como justicieros y también profesionales en su cotidianidad, dilema al que se enfrenta Jennifer Walters.

Pero antes de entrar de lleno, es preciso destacar que no existe ningún tipo de “inclusión forzada” a menos de que la existencia de mujeres —y encima, mujeres no blancas— no sea cierta.

Si bien, She Hulk nos permite ver otra cara de la historia, viendo a una mujer fuerte, determinada y valiente que se abre paso en el medio de la abogacía a pesar de los techos de cristal, los suelos pegajosos, el machismo, la misoginia, el sexismo y también la brecha salarial.

Seamos realistas, nada de lo que se ve en la serie es algo de “otro mundo”. Por desgracia, todas en algún momento de nuestras vidas hemos sufrido cierto tipo de acoso y también somos etiquetadas bajo el “no puedes conseguirlo porque eres mujer, y si llegas ahí, es cuestión de suerte o porque te acostaste con alguien”.

El humor está en cada episodio

Los fanáticos de Marvel sabemos que el humor es un componente de suma importancia en la narrativa que envuelven a nuestros superhéroes. A diferencia de DC Cómics, esta franquicia no utiliza una paleta oscura y tampoco es lúgubre en sus diálogos.

Y eso no es nada nuevo, pues, queda plasmado en las historietas, todas estas interacciones jocosas y frescas de los personajes que nos hacen empatizar mucho más con ellos, porque nadie está enfadado o triste todo el tiempo.

Ahora, en She Hulk, los guionistas han ido más allá, Puesto que están incorporando comedia, un poco de sátira y situaciones cotidianas a las cuales están expuestas las mujeres.

También está el hecho de que Jen se la pasa rompiendo la cuarta pared, lanzando diálogos hacia la audiencia o expresiones graciosas, como las que yo suelo lanzar a la cámara invisible cuando estoy ante hechos hilarantes.

Por otro lado, está el detalle de que aquí no hay un gran y temible villano que amenaza con extinguir la humanidad. El argumento va de las luchas diarias de nuestra protagonista como nueva heroína y también como abogada.

No es “la versión femenina de Hulk”

Una parte considerable de los fanáticos han comenzado a decir que no es necesaria la versión femenina del monstruo verde, pues, con Banner es suficiente y les parece un desperdicio de presupuesto esta serie que es políticamente correcta.

Pero a ver, el personaje es defendible de principio a fin. La mujer verde se inventó en 1980 y cobró vida gracias al talento de Stan Lee, el rey del cómic.

She-Hulk también ha hecho apariciones en televisión, específicamente en varias series animadas que para mí son divertidísimas y entretuvieron a una generación cuando era transmitida en Disney XD.

Así que esta serie tiene muchísima vigencia y fuerza, aún más porque responde a las ideas que están circulando en las sociedades actuales, combatiendo algunos arquetipos en cuanto al género y luchando contra la desigualdad.

En mi perspectiva, Tatiana Maslany está haciendo un gran trabajo, de la mano de Mark Ruffalo como su mentor. Sucede lo mismo con los otros vínculos que está forjando en la pantalla, con Ginger Gonzaga como Nikki Ramos, y su archienemiga Titania (Jameela Jamil), que en un primer instante sí me pareció demasiado llamativa y chocante.

Alguna polémica más

No es uno de los mejores trabajos de la franquicia. Sin embargo, es entretenido y resulta una excelente idea para pasar el rato. Por otro lado, se le están añadiendo una serie de cameos que funcionan muy bien, como lo es Wong, y después será el Diablo de Hell’s Kitchen. Sí, el único Daredevil.

Lo último que desató una ola de inconformidad fue la secuencia en una escena de poscréditos. En ella se muestra a Jennifer Walters, junto a la cantante Megan Thee Stallion —quien es su clienta—, haciendo twerking.

Sin ambiciones de salvar a todo el mundo, y con un estilo despreocupado e irreverente, el elemento central sería su peculiar personalidad. Claro está, además de su objetivo de salvar con la ley a quienes pueda, y con sus poderes a quienes quedan desamparados por la ley.

Asimismo, una de las características más resaltantes de Jennifer es su habilidad de reírse de sí misma. Está llena de buenas intenciones y es  una mujer bastante auténtica que fácilmente representa a todo un público femenino.

Nos permite ver, desde su óptica, el mansplaining, críticas familiares, crecimiento personal, la dinámica laboral y cómo se forjan las amistades en la vida adulta. No perderás nada con darle una oportunidad.