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La televisión pública española, ante una nueva embestida

Tras años de números rojos en la televisión pública española, desatinos en su administración y cambios repentinos en su programación, el último gramo de sal se lo ha llevado con la incorporación de la productora de Ana Rosa Quintana, Cuarzo Producciones.

La televisión pública española ha pasado por una serie de sinsabores en los últimos años. El que nos ocupa tampoco está siendo una excepción. Tras años de números rojos, desatinos en su administración y cambios repentinos en su programación, salta la noticia de la incorporación de la productora de Ana Rosa Quintana, Cuarzo Producciones.

Problemas y protestas

La directiva de RTVE ha decidido incorporar a la parrilla, que por décadas estuvo de la mano del área informativa, un programa en el que los perros, gansos y menudencias relacionadas al funeral de la Reina de Inglaterra, fueron delicia de los espectadores.

La reacción no se hizo esperar. La presentadora del Canal 24 horas, Beatriz Pérez Aranda, y el equipo que la acompaña, han mencionado que “los servicios informativos de TVE trabajan en su plena misión de servicio público. Su misión y su espacio en el principal canal de TVE es desplazado por una productora. La dirección de RTVE, en un importante quebranto de legalidad, ordena el estreno de un programa de productora”.

El giro dado por la televisión pública española, en ruptura con la naturaleza del medio, ha dejado varias impresiones. Sin embargo, todas ellas apuntan, en principio, a las contradictorias declaraciones dadas en el mes de abril por Pérez Tornero. Las realizó ante la comisión mixta del Congreso y el Senado, y decía que “todo lo que sea banalización, show, espectacularidad o escándalo, no debería estar en la línea de programación de Radiotelevisión Española. En ninguna parte, pero fundamentalmente en los informativos. Hay que recordar que la ley, exactamente dice que la información es responsabilidad interna de Radiotelevisión Española”.

Esto choca con los programas del corazón y la monarquía presentados justo en el momento informativo.

Si bien es cierto que los canales públicos pueden y deben recurrir a cambios que apunten a su actualización y mejoras, también lo es que la esencia de los mismos deben responder a intereses colectivos basados en otro tipo de programación. Estos no deben estar asociados a líneas editoriales que, transgrediendo este principio, utilicen el medio como vitrina.

Blanqueamiento de la extrema derecha

Ejemplos como el caso del programa Masterchef y la presencia del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (VOX), donde para algunos conocedores se busca blanquear a la ultraderecha, forman parte de este nuevo juego.

Siguiendo con el tema de los informativos, una denuncia sindical levantada ante esta arbitraria acción, plantea que las dos primeras presentaciones de “Hablando claro” van de “materiales banales y tratamiento simplón. Alejados de los contenidos de calidad y próximos al tratamiento de los programas del corazón”.

Desde RTVE aducen que, “ceder a una productora un espacio estelar de programación informativa, es un decepcionante mensaje y una clara declaración de intenciones”.

Estas cosas vulneran, no solo el carácter público y plural de la televisión, sino también a su público, principal agente a considerar. Veremos cómo evoluciona este caso, ya que no parece que muchos de sus trabajadores se vayan a quedar de brazos cruzados.