Desarticulando la información: Irene Montero y el bulo de la pederastia
Con un breve mensaje fuera de contexto, las empresas mediáticas aliadas a la derecha ponen al borde de la dimisión a Irene Montero, y cargan incluso contra la propia existencia del Ministerio de Igualdad.
Es una evidente manipulación del discurso de Irene Montero. Y es que habiendo dicho prácticamente lo contrario, a la ministra de Igualdad se le coloca en el banquillo de acusados por supuestamente haber hecho apología a la pederastia.
VOX no lo desaprovecha y carga contra Montero y el Ministerio de Igualdad. Iván Espinosa de los Monteros, portavoz del partido ultraderechista, extendió el discurso de Montero hasta colocar palabras muy distintas a las que salieron de la boca de la ministra.
Lo realmente dicho por Irene Montero
Para comenzar a, efectivamente, desarticular toda la trama que teje actualmente la prensa en España, hay que detenerse en lo que ha dicho la ministra de Igualdad, Irene Montero.
“Porque todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho, a conocer su propio cuerpo, a saber que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren y que eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas eso sí, en el consentimiento, y esos son derechos que tienen reconocidos”, señaló Montero.
A lo que se ha referido Irene Montero, no es a la posibilidad abierta de los niños de mantener relaciones sexuales con adultos. Para nada. Simplemente ha hecho un recuento de los derechos a la educación sexual que tienen los menores de edad.
Hacia donde se extendieron las palabras
Con fines eminentemente políticos, los partidos de derecha y los medios de comunicación, se apresuraron a extender las palabras de Montero, para insinuar que la ministra ve con buenos ojos el intercambio sexual entre un menor y un adulto.
“La ministra de Igualdad dijo literalmente que los menores, los niños y las niñas, deben poder mantener relaciones sexuales con quienes quieran, con adultos incluso, siempre que haya consentimiento. Como si un menor pudiera ofrecer consentimiento en relaciones sexuales, un menor, un niño o una niña, con adultos”, expresó el portavoz del partido de la extrema derecha.
Lo cierto es que ni literal, ni implícitamente, Irene Montero ha dicho que los niños y niñas deben poder tener relaciones con adultos. De hecho, si se amplía la escucha del contexto, se comprende mejor qué dijo la ministra y, sobre todo, por qué lo dijo.
Se refiere a jóvenes de 16 y 17 años
El contexto en el cual Irene Montero ha dicho que existen derechos a amar y decidir con quién tener relaciones sexuales, es el de los derechos sexuales y reproductivos, en especial, el de las mujeres.
“Garantizar a las mujeres la posibilidad de decidir sobre sus propios cuerpos es un medidor fundamental de la democracia. Precisamente porque cuando las sociedades quieren reducir la democracia, cuando las sociedades quieren limitar los derechos de más de la mitad de la población que somos las mujeres, lo primero que hacen es reducir o prohibir el ejercicio de nuestros derechos sexuales y reproductivos”, apunta Montero.
Es a partir de allí, del reconocimiento y ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, donde Irene Montero aborda la condición de los jóvenes como sujetos de derecho.
“Si una mujer no puede decidir sobre su propio cuerpo, no decide sobre su propio proyecto de vida, lo deciden por ella”, advierte Montero.
No es solo el aborto
El resto del contexto omitido por los medios, es aquel donde Irene Montero señala que los derechos sexuales y reproductivos no se restringen al derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.
“Es una ley de derechos sexuales y reproductivos, no solamente para garantizar el acceso efectivo a la interrupción voluntaria del embarazo, sino para hablar de educación sexual, por ejemplo, que es un derecho de los niños y de las niñas…” refiere Montero antes de comenzar las frases citadas por parte de la prensa mediática en España.
Relativización juega en contra
Lo que ha podido ser una mala selección de palabras, está siendo usada de manera descarada como un arma para conseguir posicionar una mentira. Con ello buscan una justificación para la demolición de una estructura, política y jurídica, que defiende la progresividad de los derechos sexuales y reproductivos.
No obstante, la mentira se sigue tejiendo.
