El blanqueo incesante de los medios hacia la ultraderecha
Los medios de comunicación siguen con el incesante goteo en forma de blanqueo. Nadie vela por la información veraz y realista, por lo que el ciudadano se enfrenta a zancadillas diarias para recibir las realidades como tocan.
Los medios de comunicación italianos, al igual que los de toda Europa, han seguido construyendo realidades a partir de las sombras. Todo gracias a un sistema de blanqueo que parece no tener fin.
Como en el mito de la caverna, los medios, a través de sus viejos y nuevos instrumentos de dominación, a saber, televisión, prensa y redes sociales, logran crear una visión tan alejada de la verdad, como la idea fuerza de hacer creer que la ultraderecha ganadora en los últimos comicios, en realidad, son hartos defensores de los asuntos más sublimes de sus ciudadanos y libertades.
“Aquí están las portadas de ABC, La Razón y El País cuando Tsipras y Syriza ganaron las elecciones en Grecia. Y después, las portadas de hoy. Luego habrá quien pregunte por qué los fascistas ganan elecciones”, decía Pablo Iglesias en franca alusión a las portadas partidistas de según qué medios.
El blanqueo
La razón de estas palabras del político morado, descansan en esa mueca brutal que ofrecen los medios al tratar de disminuir lo terrible que es el ascenso de la ultraderecha en diferentes países europeos.
Los medios, siendo actualmente uno de los actores más cercanos al capital y sus intereses, demuestran con esas acciones hacia dónde van las ideas y acciones futuras de la élite que decide.
“Una de las claves para entender el éxito político del fascismo es su normalización mediática”, añade Pablo Iglesias.
Y es aquí donde está la clave del asunto. Alimentan la gran jugada de la ultraderecha, normalizando la violencia, la xenofobia, inequidad, en fin, problemas sociales que forman parte del discurso de Meloni, y hacen que estos líderes puedan alcanzar el poder.
Dio, patria e famiglia
La carga semántica del eslogan de Meloni es un gramo de sal. Esta mujer, por cierto periodista de profesión, se encarga de asumir para sí tres elementos ultraconservadores, y a la vez peligrosos, dentro de su discurso.
La presencia de un personaje como este en el presente europeo, hecha puentes hacia formas de acción política desde lugares supuestamente ya superados.
Los pesos y contrapesos de su coalición harán el resto. Desde su partido Hermanos de Italia, buscará hacer cambios en lo sustantivo, será cuestión de tiempo saber si logrará sus objetivos políticos.
Por lo pronto, los medios seguirán hilando falsas realidades, cambiando el rostro de la ultraderecha por uno potable, cercano. Y desde aquí seguimos preguntando, ¿dónde está la izquierda italiana y cuál será su siguiente paso?