Kim Kardashian, la anorexia y el negocio de la bariátrica
No se trata simplemente del “retorno de las huesudas” con la apariencia anoréxica de Kim Kardashian. El asunto puede ir más allá, beneficiando al gran negocio dedicado a reducir el estómago.
Se ha dicho bastante de la caquexia de Kim Kardashian y el retorno de las figuras extremadamente estilizadas. Hay que apuntar hacia donde abultan los bolsillos y al gran negocio detrás de esta clase de parámetro estético: la cirugía bariátrica.
A las chicas las confunden y las convencen por un lado, les hablan del “body positive”, pero por el otro las obligan a volverse más pequeñas. Y no se trata de salud, sino más bien de todo lo contrario. Se trata de un lucrativo negocio que se nutre de la dismorfia corporal.
Entre la vanidad y el suicidio
La cirugía bariátrica no es un procedimiento estético. Fue concebido para tratar la obesidad y el síndrome metabólico a personas con un índice corporal mayor a 40, y con más de 100 libras o 45 kilos de sobrepeso.
Algunos famosos con obesidad acudieron a este procedimiento buscando mejores condiciones de salud. Entre ellos Sharon Osbourne, Mariah Carey y la cantante Olga Tañón. Esta última, recomendó a sus seguidores apelar siempre al largo camino de la dieta y ejercicios, en lugar de pasar por el quirófano.
Una persona que se somete a esta cirugía puede sufrir desnutrición, obstrucción intestinal, úlceras y cálculos biliares. No obstante, algunas “influencer” se atreven a pasar por ese trance para reducirse el estómago y llegar rápidamente a “la figura ideal”.
No es para todos
En España, más de 23 millones de personas tienen exceso de peso, y casi 400 mil sufren de obesidad. Según la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad, 11 mil españoles esperan por una cirugía bariátrica.
Pero el costo de una intervención de este tipo es alto. Se trata de al menos 10 salarios mínimos de España, y 11 de los EEUU.
“El retorno de las huesudas”
El País y otros medios, apuntaron simplemente al “retorno de las huesudas” para recibir a bombo y platillo la tendencia de los años 2000, sin celebrarlo necesariamente.
“Las transformaciones estéticas de personajes conocidos son granjas de clics asegurados”, advierte el medio español, anunciando que volvió la supremacía de la anorexia.
El negocio no cubre solamente las granjas de clics, sino las salas de intervención quirúrgica. Una intervención de esta clase cuesta entre 11 mil y 35 mil dólares, sin contar los cuidados postoperatorios.
Por eso se trata de soluciones drásticas a problemas graves como la diabetes y la hipertensión. Ahora bien, hay que tener en cuenta que está médicamente contraindicado para salvar la imagen de una “influencer” que se mantiene en peso saludable, pero desea entrar en la talla 00.
La verdad de las K
Las Kardashian son las personalidades con mayor peso en la creación de tendencias. Fueron ellas quienes popularizaron la figura “reloj de arena”, y abrieron paso a los grandes traseros y a los pechos bien rellenos.
Si bien todos saben que se trata de figuras esculpidas por cirujanos, el patrón corporal menos estrecho acabó con la dictadura de la anorexia, al menos por un tiempo.
Pero Kim, la mayor de las Kardashian, llegó a la MET Gala del 2022, metida en un icónico vestido de Marilyn Monroe y con 10 kilos menos.
Luego se supo que, para transformarse, la Kardashian había removido implantes de su trasero y busto. También se rumoreó que había acudido a la cirugía bariátrica, al igual que su hermana Kourtney, quien tiene una banda gástrica para reducir la ingesta de calorías.
Ninguna de ellas califica para un procedimiento semejante, pero la supremacía de la anorexia demanda reducir el estómago a costa de lo que sea.
Nadie lo va a admitir
Esta remisión silente al suicidio no puede ser admitida por los famosos, por eso las sugerencias apuntan a llevar un estilo de vida “más saludable”.
Pero para llegar a la cúspide se precisa mucho más que la dieta y el ejercicio. Las que no lo saben, lo intuyen, y no tardarán en perseguir la solución mágica y en llenar los bolsillos de quienes puedan entregarla.