Tres épocas, tres grandes y tres traidores
He aquí algunos ejemplos de traición en tres épocas diferentes de la historia.
UNO
“Quo vadis Domine”, preguntó Pedro. La respuesta que recibió fue “Romam vado iterum crucifigi”.
Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes y les dijo: ¿qué queréis darme y yo os lo entregaré? Ellos le asignaron treinta monedas de plata.
Era la hora nona y exclamó con fuerte voz: “Elí, Elí, Lema Sabactaní y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo”.
Sigue vivo hasta hoy, a pesar de haber experimentado la muerte. Después de tres días salió del sepulcro y regresó a la casa del Padre.
DOS
«Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro».
El general Montilla no pudo contener el llanto y exclamó: “¡Ha muerto el Sol de Colombia!” Desenvainó su espada y cortó el cordón del péndulo que marcaba la hora, el cual se quedó para siempre marcando la hora séptima.
Sigue vivo hasta hoy, aunque del sepulcro no salió. Sus ideales, su genio y su figura se mantienen vigentes y su espada aún camina por América Latina.
“Oponerme a la dictadura era mi deber, so pena de incurrir en la nota de infame, desleal y falso magistrado. Y si porque me opuse se me califica de enemigo del Libertador, puedo vanagloriarme entonces”.
TRES
“Mi sueño desde la humildad de mi Patria Morena es un país sin miseria. Una patria sin opulencia, digna y feliz”.
“¡Gracias pueblo ecuatoriano! Dejo la Patria en puerto seguro y en las mejores manos: las de Lenín y Jorge…”.
Sigue vivo hasta hoy, y el pueblo del Ecuador añora su regreso. Fue vicepresidente de Rafael Correa, pero lo traicionó desde que llegó a Carondelet. Hizo de su antiguo mentor un enemigo, y fue cómplice en urdir la trama de un espurio juicio y nula sentencia que mantienen al expresidente como refugiado político del Reino de Bélgica y opinó lo siguiente:
“Ahora que hay una justicia autónoma e independiente, ha determinado la orden de prisión contra el señor Correa, que debería estar allí por la cantidad de males, de daños, de lesiones que realizó sobre la dignidad de los ecuatorianos y sobre todo su economía, si Correa vuelve a Ecuador, va a la cárcel, que es donde debe estar”.