Aida Quilcué y el derecho a la verdad en Colombia
Aida Quilcué, senadora indígena y activista colombiana, ha sufrido en sus carnes innumerables momentos de tragedia, dolor y rabia. Sin embargo, ella sigue fuerte, mirando hacia el frente y luchando por la paz.
Aida Quilcué es una senadora indígena y activista colombiana que ha luchado durante 24 años por hacer justicia, tras el asesinato a mano armada de su esposo, el activista José Edwin Legarda Vásquez.
El asesinato de Legarda Vásquez se produjo el 16 de diciembre de 20o8, en Totoró. El activista fue emboscado y tiroteado por un grupo de militares que, luego de darle muerte, mintieron sobre él y dijeron que era parte de los grupos irregulares armados existentes en la zona.
La Justicia Especial para la Paz (JEP), órgano encargado de hacer valer la ley en casos donde se ha falseado la realidad y construido falsos positivos, está revisando el caso.
Para la JEP: “…el homicidio en contra del señor José Edwin Legarda Vásquez, se encuadra en los supuestos de las ejecuciones extrajudiciales, toda vez que se presentó como una operación militar en apariencia legítima y sobre las cuales la Jurisdicción Ordinaria condenó a algunos de estos comparecientes al encontrarlos penalmente responsables por los hechos referenciados”.
33 de los militares acusados en el hecho, decidieron recurrir al JEP y esperan por los resultados.
El atentado
A finales del pasado mes, Quilcué sufrió nuevamente un atentado. Ya antes había hecho 120 denuncias sobre este tipo de acciones en su contra, pero esta vez fue sumamente violento.
Sobre eso, la senadora ha dicho: “He tenido un sin número de amenazas de las Águilas Negras, disidencias de las FARC por nuestra labor como movimiento indígena del Cauca. La tarea que me corresponde y lo que he hecho toda mi vida me ha traído consecuencias. Pero bueno, seguimos con esos esfuerzos de la paz y sabemos que hay enemigos de la paz”.
Lo importante de esta medida judicial es el precedente que trae consigo. Colombia como país, necesita sanar las heridas dejadas por todos estos años de injusticia, racismo y violencia más atroz.
Gustavo Petro, junto a su gobierno, ha tomado como centralidad en sus discursos y praxis a la paz. Una paz que por ahora tiene muchos enemigos. Sin embargo, al final del día es inevitable si el país granadino quiere mirar al futuro con más certezas que temores.
Mujeres como Aida Quilcué vienen de la Colombia profunda, y sus orígenes indígenas la hacen doblemente vulnerable y fuerte a la vez.
La actual senadora y lideresa indígena, está llamada a representar a toda esa región hasta ahora olvidada por el poder instituido. Su recorrido es el de miles de personas que necesitan justicia y verdad.