Sánchez aboga por una Internacional “más internacional y más socialista”
Pedro Sánchez propone seguir una hoja de ruta para que la Internacional Socialista pueda recuperar parte de su palabra y estatus.
Este fin de semana, se realizó en Madrid el XXVI Congreso de la Internacional Socialista (IS).
En el evento, se reunieron bajo el lema “El socialismo que viene”, personalidades de varias parte del mundo para, entre otras cosas, remozar sus liderazgos.
Es por ello, y como ya habíamos avizorado, que a partir de este fin de semana, Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno español, será también el nuevo presidente de la Internacional Socialista. De esta manera, reemplaza al griego Yorgos Papandréu, en el cargo desde 2006.
Los retos de Pedro Sánchez
Sánchez encara varios retos y desafíos importantes. Dos son las principales líneas de trabajo: revitalizar e internacionalizar al movimiento.
A finales de la década del cincuenta y en los sesenta, la Internacional Socialista tenía un peso específico en la orquesta roja. Sin embargo, en estas últimas décadas su presencia se ha visto mermada. Esta realidad obliga a Sánchez a buscar socios y formas diversas de recolocar en la acción y el discurso a la Internacional.
En este sentido, ha dicho que es necesario encontrar “nuevas respuestas progresistas a grandes retos globales”, “fortalecer” la organización a fin de que “vuelva a ser escuchada y tenida en cuenta en el mundo”, para así “unir a todos los movimientos y partidos progresistas internacionales”. Además, incide en que pueda ser la “casa de las fuerzas socialdemócratas y progresistas del mundo”.
El documento
A partir de estas premisas, el documento de cierre del evento reza:
“Tras las consecutivas crisis financieras, de refugiados, de Covid-19 y energética, la democracia parece verse dramáticamente desafiada. El populismo, la erosión de un sistema global basado en reglas y del estado de derecho en varios países, el debilitamiento sucesivo de los tribunales nacionales e internacionales, la vigilancia digital, los delitos financieros y la falta de solidaridad transnacional, han afectado profundamente a nuestras democracias”.
“Especialmente a nivel nacional, los gobiernos populistas parecen estar debilitando el sistema judicial, tratando de restringir la libertad de expresión y la protección de los derechos civiles y de las minorías. Los ciudadanos están cada vez más sujetos a vigilancia y control en su vida cotidiana. Todo esto está habilitado y reforzado por las innovaciones digitales”.
Por todo ello, es necesario empoderar una institución como la Internacional Socialista para hacer frente y construir nuevas propuestas que profundicen las democracias en constante recomposición.
Para Sánchez, es urgente reincorporar la IS al sistema internacional. Para esto se debe “fortalecer y renovar el vínculo entre la Internacional Socialista y Naciones Unidas. Este debe ser el polo ideológico en defensa de Naciones Unidas, del multilateralismo, para combatir esas amenazas globales que no se detienen ante ninguna aduana. Nuestro internacionalismo es el mejor antídoto contra la política miope de las trincheras y las fronteras”.
En conclusión
A grosso modo, el plan de Pedro Sánchez es hacer de la Internacional lo que siempre ha debido ser: un espacio ideológico de discusión y decisiones colectivas, que sea capaz de asumir un papel protagónico en nuestro mundo de hoy.
Aún queda mucho camino por recorrer. Los conflictos geopolíticos que atraviesan la realidad, y la erosión que proyecta el sistema internacional, son elementos que dificultan y animan a la movilización.