Justicia global, la visión geopolítica de Andrés Arauz
El multilateralismo rechaza la imposición de los intereses de los países hegemónicos, y este principio orientará la política exterior de Andrés Arauz otorgándole al Ecuador una posición muy diferente en el tablero geopolítico mundial.
El candidato presidencial de la Revolución Ciudadana, que se presenta por la Lista 1, ha elaborado un programa electoral que abarca todas las cuestiones políticas, sociales, económicas y culturales que vertebran la realidad cotidiana de la población ecuatoriana.
La geopolítica es una cuestión que aparece, de forma importante en la propuesta que Andrés Arauz pondrá en las urnas el próximo 7 de febrero para que los electores juzguen si debería ser el próximo presidente de la nación suramericana.
Con un posible principio del fin de la restauración conservadora iniciada con el golpe de estado en Honduras durante el año 2009, el contexto geopolítico está en una tensión que podría decantarse hacia un regreso a la integración latinoamericana que espera a que la izquierda llegue al poder ejecutivo en Ecuador. El candidato progresista ha preparado una completa propuesta para afrontar el reto que supondrá.
Justicia global
Es evidente, Ecuador ha perdido terreno en el escenario geopolítico latinoamericano y mundial.
La subordinación al Fondo Monetario Internacional con la consecuente adopción de posiciones más cercanas a Washington que a sus países vecinos, le ha quitado brillo a la política exterior ecuatoriana que protagonizó junto a otras naciones el auge de la integración latinoamericana que combatió la Doctrina Monroe con el propósito de beneficiar a sus pueblos.
La integración para la supervivencia
Esto no es nuevo, desde mediados del siglo XX, América Latina comprendió que la manera más eficaz de superar la vulnerabilidad económica y la pobreza, era consolidando mercados comunes, nació en este contexto el Mercosur y otros mecanismos de integración como la Comunidad Andina de Naciones.
Sin embargo, a principios del siglo XXI la ruptura de Argentina, Brasil y Venezuela con el llamado “Consenso de Washington”, colocó sobre el tapete la necesidad de llevar la integración más allá de las concesiones arancelarias y otras facilidades para el intercambio de bienes.
La integración política servía para abarcar acuerdos económicos, educativos, migratorios, culturales, de salud, inclusive, la integración en el marco de la llamada Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), comprendía la creación de un Consejo de Defensa de las Naciones Suramericanas integrada por representantes de las Fuerzas Armadas de cada país miembro.
Todo este escenario, fue abandonado por Lenín Moreno tributando a una tendencia hacia la desintegración regional, propia de los países que asumieron el proyecto neoliberal patrocinado por EEUU a través del Fondo Monetario Internacional.
El distanciamiento fue tal, que el actual presidente ecuatoriano inició los trámites para desincorporar a Ecuador de la UNASUR, y despojó a este organismo de su edificio sede que quedaba a las afueras de Quito.
Los candidatos de la Unión por la Esperanza, Andrés Arauz y Carlos Rabascall, se trata de decisiones que desfavorecen la soberanía del Ecuador al colocarla en una situación de vulnerabilidad y de poca preponderancia en el escenario geopolítico regional y mundial.
Según lo expuesto por estos candidatos, Ecuador debe asegurarse las posibilidades de colocar sus productos en el mercado internacional, comenzado por sus aliados regionales de Suramérica.
Andrés Arauz se propone retomar los mecanismos de integración establecidos en la UNASUR y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para poder retomar la senda de la superación de la dependencia mediante la complementariedad económica y política con sus países vecinos.
Multilateralismo y causas justas
No ser un voto más en las iniciativas de los más poderosos parece ser otra de las apuestas de quien pudiera ser el próximo presidente del Ecuador.
El apoyo y la participación activa en foros multilaterales para la lucha contra el calentamiento global, la trata de personas, la defensa de la igualdad de género y los derechos de los migrantes, son algunas de las estrategias que propone Andrés Arauz para promover lo que denomina como justicia global.
El multilateralismo rechaza la imposición de los intereses de los países hegemónicos, y este principio orientará la política exterior de Andrés Arauz otorgándole al Ecuador una posición muy diferente en el tablero geopolítico mundial.
Una postura no alineada acercaría a Ecuador nuevamente a Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia y no solo a otros países de la región, también lo acercará a potencias como Rusia y China, con quienes el candidato Arauz desea establecer lazos de cooperación tecnológica.
Con respecto a los EEUU, no está descartada la ampliación de las relaciones de cooperación con esta potencia aún cuando ha dejado claro que no cumplirá con los acuerdos establecidos por el actual gobierno del Ecuador con el Fondo Monetario Internacional.
En cuanto al apoyo a las causas justas, Andrés Arauz también ha señalado que revisará la decisión de Lenín Moreno donde se le revocó la ciudadanía al ciberactivista australiano, Julian Assange.
Arauz también ha manifestado su voluntad de reconocer al actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ofreciendo mediación para la solución de la crisis en ese país.