Todos contra Andrés Arauz, el tiro por la culata del neoliberalismo ecuatoriano
El 7 de febrero se vota por la continuidad neoliberal o su ruptura para traer de vuelta la alternativa que ensayó con acierto la Revolución Ciudadana.
El escenario político y social de Ecuador alberga a dos actores principales: ruptura y continuidad. El tradicional eje izquierda-derecha sigue vigente, como siempre que exista propiedad privada de los medios de producción, sin embargo están supeditados a la disyuntiva entre continuar en el camino de Lenín Moreno o romper con él para reestablecer la Revolución Ciudadana.
El actual sistema, torpemente, ha creado una suerte de bipartidismo con la esperanza de sustituir en el campo progresista a Andrés Arauz por Yaku Pérez, pero en su desesperación ante el avance del candidato de la Lista 1, han quitado la careta progresista del líder electoral de Pachakutik, y lo han situado en la orilla en la que está Guillermo Lasso.
Un favor a Andrés Arauz, que ya no tiene que iniciar una disputa para hacerse con el liderazgo del campo progresista, por lo que se erige como la ruptura, la única existente, con el actual sistema neoliberal apoyado apenas por un 8% de los ecuatorianos.
Ese es el vector que explica en gran parte la subida de Andrés Arauz en las encuestas, es percibido como el representante de la ruptura anhelada por la gran parte de la sociedad que ha visto empeoradas en gran medida sus condiciones de vida que en 2017 no dejaban de mejorar.
Guillermo Lasso y Yaku Pérez, en vez de sostener un teatro que los hiciera parecer enemigos políticos, se han centrado en atacar a Arauz. Ambos con los mismos argumentos, los de la oligarquía ecuatoriana, los del gobierno usados en las farsas judiciales con las que han perseguido a su oposición, lo que los ha anclado en el imaginario colectivo como la continuidad con el actual sistema representado por Lenín Moreno.
La mayoría social de Ecuador votará por la ruptura con respecto a Lenín Moreno, y según la Teoría de las Dos Orillas formulada por el político y pensador comunista español Julio Anguita, Andrés Arauz es el único candidato que se encuentra en la misma orilla en la que permanece el pueblo, mientras que los otros candidatos están en la orilla del actual gobierno, los grandes empresarios y los banqueros.
En un momento en que el cambio se queda en un freno liberador, que solo traería algunas reformas cosméticas, el escenario ecuatoriano clama por la ruptura que deshaga lo que el viraje de Lenín Moreno ha ejecutado, y gracias al ataque de los candidatos, Andrés Arauz destaca como la única representación política de la ruptura.