Coaliciones en el gobierno de España: 1936 frente a 2019
En ambas ocasiones han estado el PSOE y el PCE, sin embargo actualmente a causa del desplazamiento del tablero político a la derecha, sus posiciones se han moderado.
La izquierda española ha tenido dos periodos de cohesión fundamentales, los cuales han marcado en su correspondiente contexto histórico importantes paradigmas para la historia política de España. Todo ello a la luz de la constante necesidad de superar las viejas estructuras conservadoras del Estado español en aras de favorecer la implantación de una República plurinacional.
De este modo, en menos de un siglo se han presentado dos propuestas de alianzas, ambas nacidas desde la izquierda política de España. La primera materializada en el conocido Frente Popular de 1936, obtenida a por medio de la última elección democrática previa a la dictadura de Franco.
Por otra parte, en tiempos reciente la coalición gubernamental establecida entre el PSOE y Unidas Podemos a partir del año 2019, el cual parte de una agenda programática en común para la materialización de políticas con un sentido más social.
Ambas alianzas parten de la caracterización de su tiempo, a la vez que fungen como manifestación de una histórica necesidad de cohesión de la izquierda española.
El Frente Popular de 1936
El Frente Popular fue una histórica coalición electoral creada en enero de 1936 por los principales partidos de centro-izquierda españoles. El 16 de febrero, consiguió ganar las últimas elecciones democráticas durante la II República, antes del golpe de Estado que produciría la Guerra Civil Española.
El Frente Popular de España, coalición política de republicanos de izquierda, socialistas y comunistas formada en 1935 ganó las elecciones celebradas el 16 de febrero de 1936 y se mantuvo en el gobierno hasta el final de la Guerra Civil Española en 1939, con Manuel Azaña como presidente de la II República. La presidencia del Gobierno, por su parte, la ocupaba Casares Quiroga.
Estaban entre otras organizaciones, el PSOE, el sindicato UGT, el Partido Comunista de España (PCE), los marxistas del POUM, además de los partidos republicanos Izquierda Republicana (IR) de Manuel Azaña y la Unión Republicana (UR) de Diego Martínez Barrio.
La coalición entre socialistas, comunistas y nacionalistas republicanos tenía un programa reformista, como la defensa de las reformas sociales del primer gobierno de 1931, que estaban siendo paralizadas o eliminadas por el posterior gobierno conservador.
También surgía como respuesta para pedir la liberación de los detenidos y sometidos a proceso por responsabilidades en los hechos ocurridos durante la Revolución de Asturias en 1934, y ante el avance en Europa del fascismo de Hitler o Mussolini. En ese momento también en el vecino país de Francia gobernaba el Frente Popular Francés.
Los principales partidos conservadores y monárquicos, se aglutinaron como respuesta en el Frente Nacional (en Cataluña, Frente de Orden o Front d’Ordre) liderados por el partido gobernante de la CEDA de José María Gil Robles, insistían en identificar al Frente Popular como un pacto revolucionario bolchevique que liquidaría a la nación frente a las disputas regionalistas o las influencias de la nueva potencia comunista, la URSS.
El fracaso electoral de los conservadores, como ya pasó con la izquierda tras su fracaso en las elecciones de 1933, había dado como resultado al aumento de la radicalidad del discurso. Unos 15.000 afiliados en las juventudes de la CEDA se unen a Falange.
De este modo, el 18 de julio se produce el intento de golpe de Estado, en un principio liderado por el general Mola, apoyado por algunos sectores de Falange pese a la oposición explícita de José Antonio y los carlistas.
Entre los generales se encuentra el joven general Francisco Franco que posteriormente se hará con el poder de los rebeldes. Con el fracaso del golpe de Estado en la mayor parte del país, y el apoyo imprescindible de las potencias fascistas europeas se inicia la última Guerra Civil española.
Con la división de las distintas organizaciones moderadas e izquierdistas, enfrentadas a menudo entre sí, entre otras razones, y la ausencia de ayuda del resto de naciones democráticas ante el temor, luego real, de provocar la Segunda Guerra Mundial, el gobierno electo debe abandonar el país. Franco, en una larga dictadura personal se hará con el poder hasta su muerte en 1975.
El Gobierno de Coalición desde 2019
Durante los últimos años, España ha sido testigo de una dinámica de gobernabilidad relativamente novedosa, todo ello a raíz del pacto suscrito entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos (UP). Dos visiones ideológicas contrapuestas, pero con un parcial esquema funcional en común.
El referido pacto de gobernabilidad entre el PSOE y Unidas Podemos, tiene una gran trascendencia. No solo por dar paso al primer gobierno de coalición que se ha formado en España desde la transición democrática. Es también el primer gran pacto de un gobierno progresista desde la llamada Transición, y se basa en un programa con un fuerte contenido social.
Las organizaciones políticas pactantes suscribieron un documento denominado “Coalición Progresista: un nuevo acuerdo para España”, fijando una hoja de ruta para sus acciones programáticas conjuntas. Se trata de un texto caracterizado por la derogación parcial de los aspectos más perjudiciales de la reforma laboral.
Asimismo, el referido programa propone una reforma fiscal ambiciosa con subidas de impuestos a los poseedores de grandes fortunas, así como a las empresas que posean grandes capitales. De igual forma, neutraliza la llamada ley seguridad ciudadana y propone una fuerte subida del salario mínimo, todo ello con un acentuado discurso social.
El acuerdo para un Gobierno progresista, establece la regulación del precio de los alquileres, incluye la construcción de un parque público de viviendas y recoge un plan estatal para la rehabilitación.
El referido documento dedica un epígrafe entero para la igualdad de oportunidades, políticas feministas. Los dos partidos pactantes se comprometen a aprobar una ley contra las violencias sexuales, frenar la trata y explotación de las mujeres.
A las medidas proyectadas por el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos se suma el establecer como prioridad la aprobación de la ley de cambio climático y transición energética. Telecomunicaciones, sanidad y apoyo al empleo en el ámbito rural.
Igualmente, se ha contemplado declarar el 31 de octubre como “día de recuerdo para las víctimas del franquismo”, y el 8 de mayo para reconocer a los exiliados. La primera fecha coincide con el aniversario de la aprobación de la Constitución de 1978 y la ley de memoria histórica en 2007.
Entre los retos a superar también se encuentra el encausar la conflictividad territorial en España. Es menester establecer un diálogo político entre el gobierno catalán y el estatal, para establecer las bases para la negociación y el pacto que dé soluciones perdurables.
Los históricos posicionamientos de la izquierda se enmarcan en alianzas estratégicas entre partidos, manifestación política recurrente en sistemas con cierta tendencia hacia la democracia.
Basado en un criterio de coste-beneficio, se afianza un pacto de gobernabilidad para garantizar un conjunto de parámetros de convivencia política entre el, donde la integralidad española y el cambio sistémico es el centro de la acción del Gobierno central.