Eres el puto amo, Almodóvar

Madres paralelas

De nuevo Genial.

Y gracias por superarte a ti mismo, por permitirnos, en medio de tanta mediocridad, el poder contemplar una película tan redonda, tan perfecta, tan auténtica.

Tuvimos la suerte de ser invitados a La Mancha (os amenazo con una posible crónica de viaje), y así poder asistir en el pueblo donde nació, Calzada de Calatrava, al preestreno de la cinta, tras un emotivo y cariñoso mensaje del propio Pedro a sus paisanos, en un espacio/museo con su nombre, con utensilios de cine, cámaras de rodaje, y fotos de los pueblos cercanos que han sido utilizados como localización en muchas de sus películas.

Genial, decíamos. Y no es para menos.

Como ya hemos señalado en otras ocasiones, logra, como Shakespeare con sus bufones, descargar la que sería en ocasiones insoportable tensión con esos golpes de ironía, a veces sarcasmo, tan personales y tan suyos, con sus colores chillones, sus encuadres, sus primeros planos, y esa admirable forma d decir, ya tan reconocible, almodovariana.

Y luego, su fiel y exacto reflejo de la realidad. Nos abruma el arte y la magia para, dentro de la pecera de la película, conformar el agua en la que nadan las tres madres protagonistas con temas tan actuales como la memoria histórica y las fosas comunes, la hipocresía familiar de la burguesía, la bisexualidad, la precariedad del empleo, las violaciones de las manadas y la estupidez y el borreguismo maldito de las redes sociales.

Además, con todo en su justa medida, sin sobreactuar él mismo como creador/director, y bien que podía; perfecto en sus creíbles exposiciones públicas de los sentimientos de unas madres y sus reacciones (a veces poco entendibles a priori de las mismas como tales).

Y todo ello sin exagerar, conteniéndose como decimos, y sin hacer por ejemplo sangre fácil (y no quiero destripar el guion) en la mas mala de ellas (la menos maternal), a la que hace que incluso la entendamos, y por ende, como ocurre siempre que finalmente comprendes a una persona, no podamos odiarla.

Maravillosa, sublime, en plan diva, Penélope Cruz, que como contaba Almodóvar en una reciente entrevista, era para él la madre perfecta.

Y resaltar de nuevo el enorme trabajo que sabemos supone lograr esas frases tan redondas, que a veces merecen ser sentencias, y casi pedirían que se detuviese la proyección para permitirnos reflexionar sobre su contenido.

Felicidades.

Salud y trabajo