Las izquierdas ante la guerra interimperialista
El Partido Comunista de los Trabajadores de España, junto a más de cincuenta organizaciones comunistas de diversos países, se opone al conflicto imperialista en Ucrania.
Hay varias maneras de pulsar si la reacción propia coincide con la de otras personas de izquierdas. La primera es en conversación con conocidos y amigos; compruebas que no hay unanimidad. La segunda puede ser en las redes sociales; los primeros días se podían exponer las ideas con la libertad constreñida que permiten esas redes, unos condenando sin paliativos la decisión rusa, otros no condenando el paso dado. A día de hoy, las RRSS solo permiten abiertamente los mensajes que ataquen a Rusia, incluso que manifiesten abiertamente el deseo de la muerte de Putin o de los rusos. Se pretende silenciar a quienes hacen un análisis científico de los hechos.
Pues bien, en estos casos es muy socorrido saber qué opinan aquellos a los que se les supone capacitados de hacer un análisis marxista de la situación. Y quiénes mejor que los comunistas aupados por sus militantes en los comités centrales de sus respectivos partidos. Tras una sesuda reunión, sacaron al conocimiento de la izquierda sus deliberaciones en forma de comunicado.
El Partido Comunista de España condena la invasión inadmisible de Ucrania por parte de Rusia; espera iniciativas de solución pacífica; sitúa en un mismo plano de la lógica de la tensión militar sobre Ucrania a Rusia, EE. UU. y la OTAN; asegura que nada de esto habría ocurrido si se hubiera implementado la Seguridad Continental Integrada tal y como se aprobó en 1990 en la llamada “Carta de París”; Europa debe iniciar procesos de desarme verificables y conseguir convertirse en una zona libre de armas de destrucción masiva; España no debe formar parte de ese conflicto; se solidariza con todas las fuerzas políticas y sociales de Ucrania, Rusia y europeas que defienden una solución de paz frente a la guerra y llama a la ONU y la OSCE para una conferencia internacional. Firma con un rotundo “¡No a la guerra!”.
El Partido Comunista de los Pueblos de España exige, para el bien de los pueblos, el cese real de todas las hostilidades, el reconocimiento de la soberanía de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y la retirada de todas las tropas a sus fronteras. Aun reconociendo que es una guerra interimperialista, acusa a la OTAN de haber provocado esta situación con sus continuas agresiones a la convivencia pacífica entre los pueblos y a su extensión hacia el este de Europa, cuestionando la seguridad de Rusia; sitúa en el origen del conflicto en el golpe de Estado nazi fascista de 2014; como en 1914, el Movimiento Comunista Internacional debe denunciar la guerra imperialista y aprovechar la crisis generada para sentar las bases de la derrota definitiva del capitalismo en su última fase de desarrollo imperialista; esta situación afectará muy negativamente a las condiciones materiales de vida de la clase obrera y los sectores populares; la OTAN y sus aliados harán negocios con los previsibles 5 millones de refugiados, así como los oligarcas y especuladores con la caída de la Bolsa; la inflación empobrecerá a la masa popular; la maquinaria de manipulación y desinformación generará el más amplio consenso social a favor de la OTAN; más deuda, más dependencia de la OTAN y la UE y, aun si cabe, menos soberanía; las fuerzas fascistas hallarán su caldo de cultivo en la concentración de fuerzas nacionales.
Acusa al secretario general de la ONU de haber denunciado a los efectivos rusos como responsables exclusivos de la guerra mientras calla sobre los ataques al Dombass, Yugoslavia, Libia, Sáhara Occidental, Irak, Palestina o Cuba; la clase obrera debe quebrar los planes más guerreristas del gobierno de coalición PSOE/UP. Acaba su comunicado con los lemas de ¡NO A LA GUERRA IMPERIALISTA!, ¡NI PAZ ENTRE CLASES NI LUCHA ENTRE PUEBLOS!, ¡OTAN NO, BASES FUERA!
El Partido Comunista de los Trabajadores de España, junto a más de cincuenta organizaciones comunistas de diversos países, se opone al conflicto imperialista en Ucrania, consecuencia del derrocamiento del socialismo y la disolución de la URSS; los acontecimientos en Ucrania son una lucha en el marco del capitalismo monopolista, entre los EE. UU., la OTAN y la UE contra la Rusia capitalista por el control de los mercados, las materias primas y las redes de transporte del país; denuncia la actividad de las fuerzas fascistas y nacionalistas en Ucrania, el anticomunismo y la persecución de los comunistas, la discriminación de la población rusohablante, los ataques armados del Gobierno ucraniano contra el pueblo en Donbás; el reconocimiento de las repúblicas populares del Donbás por parte de la Federación Rusa tuvo como único objetivo promover los intereses de los monopolios rusos en el territorio ucraniano y su feroz competencia con los monopolios occidentales; asegura que nunca habrá un imperialismo pacífico mientras existan la OTAN y la UE; llama a los pueblos de gobiernos en la OTAN y la UE y de Rusia a luchar contra la propaganda que lleva a los pueblos a la picadora de carne de la guerra imperialista. Abrió el comunicado con un ¡No a la guerra imperialista en Ucrania!
Recogiendo las aportaciones de cada partido, la conclusión es que, en el mismo nivel de culpabilidad que la OTAN y la UE, Rusia se ha lanzado a una guerra interimperialista contra una nación soberana (cuyo Gobierno, heredero del golpe de Estado fascista del Maidán, anticomunista y exterminador de comunistas, asesina a sus conciudadanos en el Donbás) con el único fin de favorecer a los intereses de la oligarquía rusa frente a la occidental.
Por eso ahora nos explicamos por qué no se recurre a la violencia para resolver situaciones de injusticia seculares, porque, por un lado, no despiertan la codicia de las oligarquías imperialistas, con lo que están a salvo del ataque de cualquier potencia neoliberal y la injusticia se diluirá en la quinta generación, y por otro, la vanguardia organizada del movimiento obrero internacional, ante las matanzas que se cometen contra los pueblos por ejércitos regulares armados por los EE. UU., la OTAN o la UE apuestan por resolverlos dialogadamente en instancias internacionales o con la victoria incruenta del socialismo sobre el capitalismo.
Los tiempos están cambiando a marchas forzadas, tanto que ha aparecido una potencia dormida que, según los partidos comunistas, se ha puesto al mismo nivel criminal que la OTAN. Aunque les diferencia que todavía no tiene bases cercando las fronteras de los Estados Unidos de Norteamérica.
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