Black Metal: sus verdaderos orígenes
La historia del black metal es curiosa y larga. Por eso, conviene atender a todos sus frentes con cierta precisión. En esta ocasión, abordamos los comienzos del estilo. Sus influencias, primeros pasos y la evolución de la primera ola del black metal.
Aunque mucha gente no lo sepa, el black metal es uno de los estilos musicales más numerosos en cuanto a bandas y lanzamientos se refiere. A pesar de su radicalidad en el sonido, cuenta con una infinidad de propuestas que se bifurcan en diferentes vertientes y que son muy aceptadas por oyentes de todo el planeta.
¿Y qué es el black metal? Para simplificarlo un poco y que cualquier lector lo pueda entender, se trata de un tipo de metal extremo en el que conviven las guitarras distorsionadas, voces chilladas, baterías con la utilización del doble bombo y la técnica de los blast beats, y un sonido en general muy crudo y poco producido.
¿Siempre fue así? No, la primera ola del black metal, la cual tuvo lugar a principios de la década de los 80, no reunía todas estas características. Muchas de estas se fueron aceptando con el paso de los años, como una especie de experimentación para saber hasta dónde podía llegar la música en nivel de frialdad y agresividad.
¿Y en la actualidad? Pues depende, ya que con el paso de los años y la consiguiente evolución del estilo, han aparecido diferentes vertientes de black metal con características similares, pero también otras propias. Además, hace tiempo que los músicos black han adoptado una producción mucho más cuidada y espectacular. Ahora bien, algunos puristas siguen optando por la baja fidelidad.
¿Cuándo florecen las primeras semillas que darían forma al black metal?
Hace tiempo que debato sobre los orígenes del black metal. Bueno, del black y de otros muchos estilos, ya que son cuestiones interesantes a la hora de saber de dónde surgen los distintos sonidos hoy conocidos. Y ojo, no es tarea fácil. En primer lugar porque en la música todo es flexible. Me explico. Es complicado decir a ciencia cierta tal estilo comienza desde un punto concreto. No, no hablamos de compartimentos estancos, y con el black metal sucede lo mismo.
Nos vamos a centrar en tres bandas musicales. La primera de ellas es la británica Venom. Integrada por Tony Bray “Abaddon”, Conrad Lant “Cronos” y Jeffrey Dunn “Mantas”, fueron considerados una de las bandas del movimiento NWOBHM (New Wave of Brithish Heavy Metal), aunque combinando heavy metal, speed metal y un poco de thrash. Después de un EP llamado Demon (1980), debutaron con su primer trabajo Welcome to Hell (1981). Se recrearon en una visión musical sucia, de baja fidelidad, con textos que iban de la violencia al satanismo, algo que se acrecentó con el posterior Black Metal de 1982. Este hecho es importante, ya que su segundo disco tenía por título dos palabras que se emplearían para denominar a este estilo que todavía estaba por definirse.
Ahora bien, ¿eran Venom un grupo de black metal? Definitivamente no. Como había dicho, su música tenía más de speed, heavy y thrash que otra cosa. Lo que influyó al black fue su parafernalia satánica, algo que no llevaban en serio, sino que formaba parte de su show. De ahí que para el estilo se adoptase el nombre de su segundo disco, los cuales ellos eligieron para diferenciarse así del resto de bandas británicas de heavy metal. Influencia sí, mucha, pero no formaban parte de lo que se conocería como black metal.
¿Qué otras bandas fueron clave para la futura aparición del black metal?
Con Mercyful Fate y Discharge estamos en el mismo caso que con Venom. Ninguno de ellos hizo black metal jamás. Ni al principio de su carrera, ni después. Los daneses Mercyful Fate no eran más que una banda de heavy metal con temática satánica, con su vocalista King Diamond como maestro de ceremonias. Sus primeros pasos los dieron en 1981 a la hora de publicar varias demos, pero no fue hasta 1983 cuando debutaron con el fantástico Melissa.
Lo característico de su vocalista era esa dualidad de voces, a veces en exagerado falsete y otras con gruñidos más profundos, pero hay un detalle que también influyó a parte del black, principalmente a partir de la segunda ola: las pinturas en su rostro. No es algo que no hubiesen hecho anteriormente Kiss, pero Mercyful Fate acompañaba esas pinturas de su vocalista con una música “malévola”, siempre claro está, como vehículo artístico.
Con los británicos Discharge tenemos que detenernos en su álbum debut Hear Nothing See Nothing Say Nothing de 1982. Aquel disco se enmarcaba dentro del estilo D-Beat. Se trata de un hardcore punk que combina sus elementos con algo de metal. ¿Y qué tienen que ver ellos aquí? Pues que varios pioneros del black metal como Tom G. Warrior y Quorthon, mencionaron a la banda como una de sus principales influencias. Por lo tanto, a pesar de lo lejanos que pudiesen parecer, los riffs de varias de sus composiciones fueron una motivación para los inicios del estilo.
¿Cuándo aparecen exactamente las primeras bandas de black metal?
Pues no mucho más tarde que los primeros pasos de los grupos anteriormente mencionados. Eso sí, lo harían bajo unos parámetros más agresivos que aquellos. Sin embargo, todavía no contendrían todos los ingredientes del black metal propiamente dicho, ya que todos ellos aparecen de forma más evidente durante la segunda ola.
Antes de mencionar a varios de los nombres realmente pioneros que sí forman parte de su sonido primigenio, está el interrogante de si aceptar la primera demo de los alemanes Sodom dentro del estilo. La banda es conocida como una de las grandes del thrash metal alemán, sin embargo, antes de dar paso a sus primeros álbumes de estudio, demos como Witching Metal (1982) tenían influencias de Venom. Lo cierto es que aquella música era aún más violenta y cruda, y adoptaron algunos de los elementos del black. ¿Podrían ser uno de los pioneros? A regañadientes.
Sin embargo, si atendemos a todos los criterios posibles, no hay ninguna duda es que el primer grupo de black metal primigenio fue Hellhammer. Los suizos, capitaneados por Tom G. Warrior, lanzaron varios álbumes en 1983, siendo el más famosao Satanic Rites, el tercero de ellos. Esos primeros temas fusionaban el black con el thrash, el speed y el doom. Sin embargo, y a pesar de que a día de hoy son una agrupación de culto, tuvieron que superar varias dificultades, aunque Tom no se rindió en ningún momento y sería protagonista de nuevo más adelante.
La importancia de Bathory
En el año 1983 aparecía una formación sueca que sería, junto a Hellhammer, capital para llevar el estilo a su forma más reconocible. Se llama Bathory, y aunque contó con varios integrantes, es más exacto decir que se trata del proyecto personal del multiinstrumentista Thomas Forsberg, mejor conocido como Quorthon.
En 1984 publicó una obra homónima de vital importancia para el sonido. Era agresiva, fría, de baja fidelidad, con textos antireligiosos y mitológicos, y extremadamente rítmico. Su música era una fusión entre el black primigenio y el thrash metal. Pocos podrían suponer que sería el revulsivo definitivo para la aparición de otras formaciones también pioneras como Poison (no, nada que ver con los de glam metal), Tormentor, Sarcófago, Outrage, Parabellum o unos por aquel entonces novatos Mayhem, entre otros.
¿Qué sucedió después?
Los meses posteriores a este primer movimiento, sirvieron para que bandas de diferentes partes del mundo comenzaran a hacer black metal, aunque en su mayoría fusionada con el thrash.
Bathory siguió evolucionando su sonido en posteriores álbumes. Además optaría por una producción algo más cuidada, pero también se iría inclinando hacia otro estilo llamado Viking Metal. Por su parte, Tom G. Warrior formaría Celtic Frost, una banda que en sus comienzos apostaría por un thrash con pinceladas black y algo de doom, para acabar convirtiéndose en un nombre importante en todos esos sonidos.
El problema es que, con el paso de los años, la primera ola de black metal sería eclipsada por bandas que habían perfeccionado y evolucionado el thrash metal. También por la creciente popularidad de un estilo que tenía pocos meses de vida como es el death metal. En 1990, el black metal había sido ahogado casi por completo hasta que, un poco más tarde, los anteriormente citados Mayhem, junto a otras bandas como Burzum, Darkthrone, Immortal, Dissection o Emperor, moverían el árbol con todas sus fuerzas para iniciar la más reconocible como segunda ola del black metal, liderada principalmente por formaciones procedentes de Noruega.
Eso sí, esta fase la abordaremos con detenimiento en otro artículo en un futuro, ya que a partir de ahí, el estilo sería mucho más numeroso y tendrá un enorme tirón hasta nuestros días.
Aclaración
Aunque al principio del artículo he hablado de unas características concretas y habituales dentro del black metal, cabe decir que, con el tiempo, todo ello ha evolucionado. Por ejemplo, en la actualidad puedes encontrar a grupos del estilo con temáticas variopintas que van desde la naturaleza o los conflictos bélicos, hasta los trastornos mentales y mucho más. Sí, también hay otras que siguen con textos antireligiosos, satánicos y con historias de terror. Además, la mayoría de los grupos ya han apostado por un tipo de producción mucho más avanzada y de alta fidelidad.
Hay de todo y para todos los gustos, incluso en lo que concierne a la ideología. Por desgracia, existen algunas bandas afines a la extrema derecha, pero hay muchas otras abiertamente de izquierdas. Quizá una mayoría de ellas simplemente no se posicionan de ninguna manera, ya que sus textos y declaraciones no aluden a nada de ello.