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Recuperar el Ecuador: la receta

La Política de Estado es inexistente, la inseguridad, el desempleo, el número de muertes violentas y toda clase de delitos han superado toda cifra aceptable.

La debacle institucional y el desmantelamiento del Estado implementados como política de los gobiernos de Moreno y Lasso desde 2017 en Ecuador, han logrado que la Patria que se había logrado reconstruir bajo el gobierno del Presidente Rafael Correa se haya convertido hoy en un despojo cadavérico que apenas logra arrastrarse como un “zombie” por el camino de la historia.

Conociendo esta realidad y la incapacidad de gobernar del banquero-bachiller, que en su afán de sostenerse en la silla presidencial, no le ha importado retacear el país y entregárselo a los chantajistas políticos que le venden humo a cambio de estabilidad; y así se va abriendo paso la corrupción en cada una de las instituciones públicas.

Prueba de ello, es que en un año de Gobierno se ha acelerado la destrucción del Ecuador tanto institucionalmente como en la prestación de servicios, ejemplo: en tiempos de la “década ganada” el documento de identidad, pasaporte o licencias de conducir, se podían obtener en no más de 30 minutos, hoy para acceder a un turno hay que esperar no menos de dos meses en el mejor de los casos, y una vez en el día de la cita, el turno tiene una demora de al menos 4 horas. No hay médicos en los hospitales ni medicinas que entregar, las escuelas y colegios se caen a pedazos por falta de mantenimiento, y el acceso a las universidades está prácticamente negado a una pléyade de jóvenes que van terminando su bachillerato.

La Política de Estado es inexistente, la inseguridad, el desempleo, el número de muertes violentas y toda clase de delitos han superado toda cifra aceptable. Cada vez que el presidente Lasso hace declaraciones públicas, es sólo para mentir, y desmentirse a sí mismo, para decir que todo lo que ocurre es culpa de Correa, cada vez que aparece se ve un Lasso desencajado, temeroso y otras veces vulgar, airado e iracundo.

La pérdida de apoyo de cierto sector de la prensa, de algunos empresarios, productores agrícolas y políticos con quienes en lugar de establecer puentes de acercamiento ha construido barreras infranqueables, van haciendo del gobierno, un remedo mixto de una política plutocrática del siglo XIX que ya había sumido al Ecuador de aquella época en una condición muy similar a la que vivimos actualmente, hacer más ricos a los ricos y empobrecer al pueblo, al punto de desaparecer a la mal llamada “clase media”.

La receta que necesita el gobierno, sea éste o cualquiera otro, a fin de recuperar el Estado es la siguiente:

Para recuperar la gobernabilidad: Restablecer el método D´Hont y abandonar el nefasto método Webster que sólo propicia la dispersión.

Para recuperar el Estado: Establecer una política de mejorar las instituciones y empresas públicas para que sean proveedoras de servicios públicos de calidad y calidez, como los que existieron en el gobierno de Rafael Correa.

Para recuperar la institucionalidad: Una Convención Constitucional que repare toda la debacle insertada después del asalto cometido a través del Consejo de Participación Ciudadana Transitorio que presidió el difunto Trujillo.

Para recuperar la credibilidad y la confianza ciudadanas: Aprobar la creación con intervención internacional, que investigue los casos de violación a los derechos humanos, los casos de justicia selectiva (Lawfare) y la persecución política en contra de Rafael Correa Delgado, Jorge Glas Espinel y los principales actores políticos del gobierno de la Revolución Ciudadana.

Para tener un gobierno ciudadano: Elegir un candidato comprometido con el pueblo, cuyo proyecto político se involucre directamente con el servicio público, educación, salud, vivienda, empleo digno y una política Estatal que priorice el reforzamiento de la institucionalidad del Estado.

¡Con Correa Estábamos mejor!