Sailor Moon: Feminismo y diversidad
¿Chicas mágicas y empoderadas? ¡Sailor Moon las tiene! Con una perspectiva feminista y reivindicatoria hicieron historia.
Sailor Moon es una serie de anime que pertenece a la categoría de las magical girls o maho shōjo —lo he mencionado en otro artículo donde me centré en la temática de comedia romántica— y aunque nació en 1991, para luego pasar a la animación en 1992, recuerdo haberlo visto desde muy pequeña porque la historia, los personajes y la paleta de colores fue vibrante, atrayente y distinta a lo que solía haber en televisión.
El concepto de por sí es excelente y llamativo, porque se trata de unas adolescentes que poseen poderes mágicos, usan lindos trajen y se transforman con poses divertidas para derrotar a los malos. Para mí fue como un sueño, porque quería algo diferente y dejar de ver que las chicas siempre necesitan de un caballero de brillante armadura para salvarse.
Por si fuera poco, a medida que avanzaba la trama, también evolucionaron los personajes y hubo un proceso de maduración de los mismos, así que por mucho tiempo sentí que crecía con ellas, que superaba miedos y me fortalecía en aspectos que me provocaron inseguridad.
Además, era como un manual de mujeres fuertes, empoderadas, inteligentes y decididas que ¡salvan el día! Eso fue totalmente innovador y disruptivo en comparación con las series animadas que eran producidas en Occidente.
De esta manera, Sailor Moon empezó una revolución y fue como un soplo de aire fresco al tema feminista, porque introdujo a un grupo de heroínas que usaban sus habilidades para el bien, iban a la escuela y también se divertían.
Y uno de los aspectos más importantes que nos enseñó a varias generaciones —porque el anime cuenta con una gran fanaticada— es que la amistad es un vínculo esencial para las personas, que es valioso y debe ser constantemente alimentado como lo fue el caso de Usagi, Ami, Rei, Makoto, Minako, Haruka, Michiru, Setsuna, Hotaru y Chibiusa, quienes conformaron un equipo excelente.
Más allá del rosa, es feminista
No cabe duda que Takeuchi marcó un hito en el mundo del anime con su visión feminista, porque la mayoría de los personajes son mujeres con habilidades que les permiten hacer frente a todo tipo de obstáculos y villanos, valiéndose por sí mismas, sin necesitar de un hombre que las defienda.
Sin embargo, hay uno que otro aspecto que si bien se le puede reprochar, se debe atribuirle la época y el lugar de donde proviene su creadora. No por ello podemos ponerle un tachón rojo encima, porque ha permitido visibilizar muchas cuestiones que vemos con normalidad en la actualidad y formó parte de nuestras infancias.
Además, nos muestra la sororidad, mucho antes de que comenzara a formar parte del discurso feminista, ya que muestra el empoderamiento de las mujeres a través del reconocimiento de su propia valía y la unidad entre ellas, porque todas son piezas claves para la construcción de la sociedad, para lograr el bien común y así sucesivamente.
Por ello, es que una de las enseñanzas más resaltantes es la hermandad fundamentada en la confianza, el respeto, el amor mutuo y la aceptación, cuestiones que vemos en los vínculos que se forman entre las protagonistas de la serie a pesar de que son diferentes en el físico, en ideas y perspectivas.
Aunque hay una gran diversidad, existe la igualdad y la inclusión en este grupo, porque se escuchan, se ayudan a resolver los problemas y fomentan un valor que se ha perdido en la actualidad: la lealtad, en el sentido de que no se dan la espalda, practican la honestidad y están allí por si alguna necesita ver la realidad desde otra óptica.
También podemos rescatar el hecho de que —por fin— se le dio seriedad y profundidad a los personajes femeninos en escenas de acción, dándoles habilidades y capacidades que tienen sentido para vencer a los adversarios. No estaban simplemente allí luciendo bonitas y limándose las uñas.
La reivindicación de las magical girls
Sailor Moon dispuso las bases para que el resto de series de este tipo pudiesen caminar después de ella, donde ideas como el poder femenino, la igualdad, la autorrealización de las féminas y el triunfo se volvieron parte del vocabulario que se le transmitió a las niñas, adolescentes y adultas que vieron el anime.
Sé que hoy en día esas mujeres son feministas y luchan por continuar esparciendo esos valores en su entorno, para que todas podamos vivir con esa armonía que tanto se anhela.
Por otro lado, no podemos olvidar que nos hace reflexionar sobre el tema de la venganza, porque abre la puerta hacia la idea de redención, ya que bajo el poder del amor por encima de todos, hasta los malos pueden ser perdonados y encontrar una nueva oportunidad de vivir si deciden hacer lo correcto.
En términos de diversidad sexual, Sailor Moon también es bastante progresista, ya que muestra relaciones homosexuales (la relación entre Haruka y Michiru), Ojo de pez, villano de la cuarta temporada, es un hombre homosexual que gusta de vestirse como mujer y las Sailor Star Light que son consideradas como personajes trans.
¡Por el poder de la luna! Empodérate y alcanza la igualdad.