La llamada “alianza” entre el PSC y CREO es realmente una tregua. Una en la que la gente de Nebot se ha comprometido a no joder a la gente de Lasso hasta acabar con una amenaza común. Muestra de la buena voluntad de esta tregua, es el retiro de la candidatura de Cristina Reyes, a quien se había puesto, precisamente, para joder.
El documento fue redactado por el PSC, esto es evidente. El sujeto activo de la “alianza” es Cristina Reyes, pues fue ella quien hizo “un llamado” en el cual CREO y su candidato, dice el documento, “han atendido”, así, en pasado participio, denotando su condición de sujeto pasivo de la relación. Y ojo al verbo: “atender”. Sutilmente, los de CREO están en el rol secundario de hacer caso.
Hay dos cosas relevantes en el documento firmado: Una, refundida en su primer punto, el cual es el retiro de la candidatura de Reyes. El otro, implícito, es que la candidatura de Lasso se ha hecho con el control del CNE, cosa harto conveniente en general y para el día de las elecciones en particular, como el mismo Lasso lo acreditaría.
Así, el escenario posible para las elecciones del 2021 es que se enfrenten el lugarteniente de Correa (AKA “la amenaza común que justifica esta tregua”) contra Lasso. Es decir, lo mismo de las elecciones presidenciales del 2017, salvo por el detalle importante de que el CNE ahora estará a favor de Lasso.
Así, el 2021 se repetirían las doscondiciones que se dieron el año 1998 para la elección del nefasto Presidente Jamil Mahuad, el último candidato de derechas que llegó a la Presidencia con un programa y un partido identificados con esa tendencia.
En la papeleta electoral de Mahuad no hubo un candidato del PSC en competencia. En el órgano electoral de la época (se llamaba Tribunal Supremo Electoral y estuvo presidido por un adicto a la Democracia Popular, el partido por el que corrió Mahuad), hubo claras intensiones en ayudar Mahuad en su triunfo. Las dos cosas se reiteran, 23 años después.
Eso sí, una gran diferencia con la elección de 1998 es el rival a vencer. En 1998, el candidato opositor era el millonario Álvaro Noboa, en la que fue su primera campaña presidencial. En esta ocasión, el candidato opositor es un lugarteniente del expresidente Rafael Correa, Andrés Arauz, un candidato joven y chiro que tendrá frente a sí un reto enorme, casi hercúleo: vencer en unas elecciones nacionales al “establishment” político, económico y mediático del Ecuador.
La suya será una empresa de supremo esfuerzo y resistencia frente a un continuo “cargamontón” en su contra. Una de las consecuencias de esta tregua será, de hecho, articular eficazmente ese cargamontón en su contra.
Así, lo que se busca con el documento firmado es eliminar a esta amenaza común, el “correísmo”, lo que se verificará (o no) el 7 de febrero de 2021, día de las elecciones. Al día siguiente, el PSC declara concluida la tregua, sea que pierda Lasso, o aun cuando gane, pues deja claro en el cuarto punto del documento que Lasso, si llega a ser Presidente, deberá ejecutar su programa de gobierno, y que el PSC podrá actuar con libertad en la Asamblea Nacional, donde ellos “mantendrán las coincidencias y diferencias ya conocidas”.
En conclusión, esto es una tregua, redactada en los términos del PSC, por la que el PSC y su líder se comprometen a no “joder” a Lasso y su gente por un tiempo, el estrictamente necesario para vencer a su enemigo común. Es una tregua que materializa la frase: “el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Aunque sea por un rato”.
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