El pasado 18 de marzo en televisión nacional, la vicepresidenta Rosario Murillo, anunciaba el primer caso de coronavirus, el que había sido importado desde Panamá por un nicaragüense que había viajado al país canalero días atrás.
Anteriormente a esto semanas, la rerecha criolla emprendió una campaña mediática y en redes sociales, desprestigiando al gobierno, al afirmar que el coronavirus ya se encontraba en Nicaragua, y que el ejecutivo se negaba a aceptar que la pandemia había alcanzado el territorio.
Creando fake news para generar una matriz de opinión en torno a la cantidad de casos sobre el COVID-19 que presenta el país, para crear tensión social, han fracasado en este intento porque la OMS/OPS emite continuamente comunicados respaldando las cifras presentadas por el gobierno de Nicaragua.
La oposición en Nicaragua ha hecho el llamado a una paralización de las actividades comerciales y de servicios desde el 2018, cuando de forma inconstitucional y violenta intentaron dar un golpe de Estado al gobierno legítimo del presidente Daniel Ortega. No lo lograron, aunque trancaron el país ilegalmente durante tres meses.
A pesar que la economía desde entonces a la fecha ha demostrado ir en un índice favorable de recuperación, la oposición no pierde las esperanzas de que gracias a cualquier evento fortuito o no, poder asestar un punto a su favor desbaratando las finanzas del país, y creando crisis mediante muertes de cualquier forma tal y como lo hicieron durante el fallido golpe de estado del año 2018.
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La economía nicaragüense se mantiene estable gracias a que los trabajadores por cuenta propia, emprendedores, pequeñas y medianas empresas, -representan más del 80% de la masa laboral-, se mantienen activos en sus labores sin atender los llamados de los conservadores a repetir los tranques que generaron cientos de muertos y miles de heridos.
Por lo tanto, siendo esta mayoría la generadora de divisas, es la que precisamente no puede irse a cumplir una cuarentena tal y como están promoviendo la oposición en los medios de difusión, además porque son trabajadores que viven el día a día, sus ganancias dependen de lo que hagan diario en sus negocios.
Para el economista José Manuel Meléndez, de implementarse las medidas de cierre por cuarentena del comercio, podría significar una recesión de la economía nacional. Mientras el país no llegue a la fase tres del manual de la OMS/OPS, no será necesario recurrir al Fondo Monetario Internacional.
“Desde el punto de vista económico, para Nicaragua una cuarentena es tomar medidas que impiden que la gente trabaje y produzca, esto genera un descalabro general, provoca recesión, cierre de empresas que ya habían sido golpeados económicamente en 2018, y que venían teniendo una recuperación lenta pero buena. Una iniciativa así en estos momentos para el país sería sacrificar a muchos trabajadores, significa desempleo, no se puede dar el lujo de cerrar el país macro y micro, no es conveniente.
El COSEP apuesta por la vía económica para golpear al gobierno porque creen que posterior a esta pandemia van a recibir los aviones llenos de dólares y se están equivocando. Ellos no dan el primer paso de declararse en cuarentena, quieren que el ejecutivo lo haga, para luego culparlo de una posterior crisis económica y tumbar así al gobierno”.
Cairo Amador, analista político y miembro de la Comisión de la Verdad Paz y Justicia, indicó que esta pandemia se debe entender que es a escala global, y que ha habido diferentes aproximaciones para tratar de detener su impulso, las mismas que han llegado de países que tienen distintas estructuras sociales.
“China ahora no solamente está registrando poquísimos casos. Aplanó totalmente la curva y está en estos momentos siendo el principal exportador de ayuda mundial. Fíjense en los cambios porque se habían producido desastres naturales en cualquier parte del mundo, y el primero que llegaba a ayudar era USA, ya no llega, ya no cuenta, Está totalmente aislado de este grupo que está prestando su labor humanitaria”.
En estas circunstancias, frente a esta pandemia, no hay ideologías, ni partidos políticos, es patria la que hay que salvar y sanar. Es condenable y deplorable el tono y la visión del objetivo que tiene la oposición de consistentemente minar la confianza del gobierno hacia sus habitantes. Uno de los factores importantísimos para la solución de este problema, es que la gente tenga comunicación permanente con su gobierno”.
Hasta hoy Nicaragua tiene 3 casos activos de COVID-19, todos varones llegados desde los Estados Unidos. No hay contagio local hasta este momento según el parte que diera en conferencia de prensa ayer el doctor Carlos Sáenz, Director de Epidemiología del Ministerio de Salud (MINSA).
El cura de Matagalpa Rolando Álvarez, uno de los opositores más agresivos del gobierno de Nicaragua, durante una misa informó a sus feligreses que estaba preparando Centros de Prevención Médicas más un call center, con el objetivo de “hacerle frente a la pandemia”. Algo que fue totalmente desestimado por el Ministerio de Salud de Nicaragua, quien es la máxima autoridad rectora en este tema articulado con la OMS/OPS.
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“He hecho público el Proyecto de Centros de Prevención Médica, seis en todo el Departamento de Matagalpa y un Call Center para informar, orientar y atender a la población ante el coronavirus, en la medida de nuestras posibilidades. Espero el apoyo de todos”. Fue lo que publicó en Twitter el párroco.
Las maniobras del conservadurismo con respecto a instalar esos “Centros de Prevención Médica” más un call center, es para crear desde ahí falsos positivos que logren hacer efervescencia en la opinión pública, y con ellos consolidar un golpe de Estado, a semejanza de lo que llevaron acabo mediante llos tranques y acciones terroristas en 2018.
“Descubrimos que los países sin políticas universales de vacunación con el BCG, como Italia, Países Bajos y Estados Unidos, se han visto más gravemente afectados en comparación con los países con políticas universales y duraderas de BCG”, afirman los autores”.
Basado en ello se podría tener una estimación del porqué Nicaragua presenta poca afectación del nuevo COVID-19, esto sumado al Modelo de Salud Comunitaria, por el que el pueblo organizado está integrado en las brigadas de prevención y contención voluntarias. Por lo que ante cualquier emergencia, se activan en todo el país, educando a la población en medidas a aplicar para evitar contagios.
Nicaragua es el único país en la región que cuenta con el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (SINAPRED), dedicado a prevenir desastres.
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