Dentro de la terminología médica, sea en el ámbito psíquico –mente- y/o somático –cuerpo-, existe un concepto referente a un elemento que actúa como un detonante de una problemática pre-existente en el sujeto. Se le denomina detonante porque actúa como una “chispa que prende la pólvora”, es decir, pone a manifiesto una problemática latente.
Por un lado, Latinoamérica, a lo largo de su historia ha atravesado diferentes colonizajes y dominios a nivel meso y macro, provenientes de Europa o de la misma región. Estos eventos marcan, en la conciencia colectiva, pensamientos y prejuicios, unos más marcados que otros.
Existen, en diferentes países de Latinoamérica, gobiernos con políticas neoliberales donde claramente los mandatarios en sus discursos sostienen su identificación con la tranquilidad y el orden, como diría Galeano en Las venas abiertas de América Latina. Ejemplo de ello es Lenin Moreno, presidente de Ecuador, donde la tranquilidad la traduce en diálogo elitista y el orden en represión.
Así mismo, desde el discurso neoliberal, marca la aplicación de políticas públicas en función de la acumulación de riqueza, una nueva forma de colonialismo: neocolonialismo.
La población en sí misma, por condiciones históricas, presenta ausencia de conciencia de clase como refería Marx, misma que torna vulnerable la condición de los pueblos y nacionalidades latinoamericanas.
En época de pandemia, el aislamiento se presenta como un detonante ante los pueblos y nacionalidades, que han naturalizado su condición de neocolonizados por élites criollas que imponen sus políticas, haciendo del hambre un apéndice de los pueblos históricamente explotados.
elestado.net no tiene por qué compartir la totalidad del contenido de los artículos que se publican en su sección de opinión.