Joan Comorera fue un hombre fundamental en Cataluña. Sus opiniones, análisis y trabajos destacaron ampliamente en la izquierda española.
Se ha convertido en referencia para muchos militantes comunistas de España siendo promotor del análisis del contexto nacional, la solidaridad internacional y la lucha antifascista. Comorera fue militante del “Partit República Català” de Lluís Companys, Marcelino Domingo y Francesc Mairet.
En Tortosa fue encarcelado por escribir un artículo en el periódico republicano local “El pueblo” contra los militares. Ya en libertad provisional se dirige a París e inicia su exilio en la República de Argentina.
Ya establecido en Buenos Aires, entre los años 1919 y 1930 forma parte del Partido Socialista de Argentina, donde milita y accede a cargos de dirección, involucrándose decididamente en la causa democrática. Tras los acontecimientos que desembocaron en el golpe de Estado comandado por el General José Félix Uriburu, Camorera fue expulsado del país.
Vivió durante un tiempo en Montevideo, capital de Uruguay, hasta que volvió a la Cataluña proclamada en el contexto de la Segunda República Española. Ejerció en la Generalitat de Catalunya, presidida por Lluis Copmanys, como ministro de economía y agricultura.
Como ministro en funciones, ejerció un rol decisivo en la redacción de contratos de cultivo para las tierras catalanas, lo cual provocó un enfrentamiento directo con el gobierno de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) y otras agrupaciones políticas.
Tras la instalación de la denominada “Mesa de Unificación Proletaria”, dirigida por Andreu Nin en Barcelona durante el año 1935, y tomando en cuenta las experiencias de la Unión de Hermanos Proletarios (UHP) de la Revolución de Asturias y el intento de proclamación de la República Catalana durante el gobierno de la CEDA en 1934, fortaleció la clase trabajadora de España que día a día se incorporaba en gran número a los sindicatos de la clase trabajadora.
A pesar de la represión en la península, durante dicha reunión, aunque el partido Izquierda Comunista Española (ICE) y el Bloque Obrero y Campesino (BOC) llegaron a un acuerdo de unificación comunista, se dio a conocer el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Este acontecimiento hizo que el resto de fuerzas políticas discrepasen con las ideas de Andreu Nin y Joaquín Maurin.
Joan Comorera así como otros partidarios marxistas y catalanistas, viendo las circunstancias que vivían tanto España como Cataluña, decidieron defender al presidente Lluís Companys votando en favor del Front D´Esquerres y del Frente Popular.
El 23 de Julio de 1936, cinco días después de la rebelión de las tropas de áfrica y declarada la guerra civil por la traición militar contra la legalidad republicana constitucional, Joan Comorera se reafirma como marxista-leninista.
Fue promotor de la defensa del catalanismo. En vista de las posiciones españolistas de gran parte de la izquierda, funda el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) con la ayuda del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la Unión Socialista de Catalunya (USC), el Partido Comunista de Catalunya (PCC) y el Partit Catalá Proletari (PCP) teniendo como referencia político-ideológica el VII Congreso de la Internacional Comunista.
Cabe mencionar que tanto el PCC y PCP estuvieron en el intento de proclamación de la República Catalana, durante la cual perdieron la vida muchos de sus militantes bajo el fuego de la guardia civil, junto a miembros del Estat Català durante el año 1934.
Entre los años 1936 y 1937 Joan Comorera ocupa los ministerios de economía, servicios públicos, abastos, trabajos, obras públicas y justicia durante en el gobierno de la Generalitat de Catalunya.
Por otra parte, para el PSUC fue fundamental organizar la lucha contra las tropas rebeldes franquistas, realizando llamamiento a la unidad antifascista de Cataluña, la cual debía luchar contra la insurrección de derechas.
El PSUC fue columna vertebral en la batalla ideológica contra la Revolución Social Anarquista asumida por la CNT el 19 de julio de 1936 en Cataluña, que aún teniendo el objetivo de aplastar el fascismo, también buscaba llevar a cabo una revolución, la cual en palabras de Joan Comorera, era material, táctica y bélicamente imposible.
Lo prioritario para Cataluña y España era ganar la guerra civil. El PSUC, con Joan Comorera como Secretario General, consideraba que la industria catalana debía estar al servicio del Ejército Popular de la Segunda República Española.
Los partidos políticos de Cataluña, quienes se declararon antifascistas, posteriormente constituyen el Comité de Milicias Antifascista de Barcelona con el fin de crear el El Ejército Popular del gobierno republicano en Cataluña. Del mismo modo, Joan Comorera firmó el “Pacto de Unidad Sindical” con la CNT y UGT para fortalecer la unidad de la clase obrera.
El PSUC, funda junto al UGT el batallón Karl Marx, el cual fue integrando en el ejército republicano luchando en la batalla del Ebro y en la defensa de Barcelona. Joan Comorera se mantuvo fiel a los principios y valores del catalanismo en profundo enfrentamiento con Vicente Uribe, debido a discrepancias respecto a la dirección del PCE el cual seguía la línea ideológica del PCUS tras su XX Congreso.
Su posición frente a la Yugoslavia de Tito trae como consecuencia su expulsión partido. Finalmente, Joan Comorera muere en el penal de Burgos en año 1968.
En función de lo anteriormente expuesto, es deber de todo marxista-leninista, leer con sumo detenimiento las obras escritas de Comorera, para comprender las realidades históricas de aquellos pueblos oprimidos por su lengua, cultura, territorio nacional y por su condición de clase.
Respecto al debate ideológico de la época, las posiciones de Joan Comorera eran poco vistas en la izquierda española. Fue un internacionalista y eterno defensor de la liberación nacional y promotor del autogobierno de Cataluña.
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